De cerro en cerro por la capital

La directora de Veranos de la Villa propone un recorrido muy ligado a su trayectoria profesional, y muestra su preferencia por los alrededores de Lavapiés

Maral Kekejian posa en una puerta de Bodegas Alfaro. VÍCTOR SAINZ

1. Cerro de los Locos. Es un sitio estéticamente muy marciano. Un lugar organizado y vivido por los vecinos de la zona. Ellos han plantado toda la naturaleza que hay alrededor. Las vistas de Madrid son increíbles. Este es el primer año, desde que dirijo Veranos de la Villa, que he conseguido realizar una actividad que encajase allí. (Dehesa de la Villa).

2. Cerro Almodóvar. Un punto cargado de significados —muy vinculado a la Escuela de Vallecas—, que conocí cuando hice el pr...

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1. Cerro de los Locos. Es un sitio estéticamente muy marciano. Un lugar organizado y vivido por los vecinos de la zona. Ellos han plantado toda la naturaleza que hay alrededor. Las vistas de Madrid son increíbles. Este es el primer año, desde que dirijo Veranos de la Villa, que he conseguido realizar una actividad que encajase allí. (Dehesa de la Villa).

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2. Cerro Almodóvar. Un punto cargado de significados —muy vinculado a la Escuela de Vallecas—, que conocí cuando hice el proyecto de Veranos y me puse a estudiar sobre la ciudad. Se encuentra entre Vicálvaro y Villa de Vallecas. Está tan alejado y es tan complicado su acceso que nunca lo he usado. También son bonitas las renuncias.

3. Bodegas Alfaro. Esta taberna casi centenaria es mi punto de reunión. Es donde quedo con mis amigas de toda la vida. He vivido los últimos 15 años en diferentes emplazamientos cerca de Lavapiés: Relatores, Santa Isabel y, ahora, Atocha. (Ave María, 10).

4. Mi terraza. Aquí vivo. Cuando bajo al bar y veo a turistas haciendo fotos me da la risa. Pienso que esto nunca ha sido un lugar de observar, sino de estar. Desde la terraza de mi casa veo el sur de la ciudad. La calle de Atocha es uno de los puntos más altos de la capital; no tengo la sensación de estar en el centro.

5. Calle del Payaso Fofó. En esta calle vivía una de las personas de las que más he aprendido: Carlos Herans, gestor y director de Acción Educativa, una asociación dedicada al teatro infantil. Gracias a él se organizaron los primeros festivales y semanas de teatro internacional para niños en Madrid. (Vallecas).

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6. Boutique Chispas. ]Mi madre se está jubilando, pero durante 35 años ha estado metida en esta tienda de ropa próxima a Marqués de Vadillo. Ahora parece el centro, pero allí he vivido hasta atracos. Empezó con vestidos premamá y fue evolucionando a medida que lo hacían sus clientas. Ropa cara y buena de barrio. Mi abuela era la modista. Es una historia de mujeres que termina con el cierre de la tienda. (Fuenlabrada, 4).

7. Calle de San Gregorio. Aquí antes estaba El Canto de la Cabra, que fue mi primer trabajo relacionado con las artes escénicas. Es probable que la gente no sepa que durante muchos años, a mitad de la calle, donde hay una plaza con un olivo, el lugar fue el escenario del teatro de verano. Hacía de todo, desde taquillera a jefa de sala. Allí se pudieron ver obras como Esperando a Godot o De noche justo antes de los bosques. (San Gregorio, 8).

Arte por los 21 distritos

Maral Kekejian (Madrid, 1977) es la encargada, por tercer año consecutivo, de la dirección artística de Veranos de la Villa, la programación veraniega del Ayuntamiento. Las actividades se extienden a los 21 distritos de la capital hasta el 2 de septiembre.

8. La Casa Encendida (LCE). Aquí trabajé 10 años como responsable de Escénicas. Para mí, La Casa Encendida es lo que no se ve. Mis recuerdos son a las tres de la mañana o muy temprano, cuando estaba cerrada y se realizaban todos los montajes. Era mi sala de juegos. (Ronda de Valencia, 2).

9. Taberna Alabanda. Un lugar que va ligado a su primer dueño: El Bauti, un personaje muy importante en Lavapiés, muy comprometido políticamente y que sobrevivió a todos los cambios de la zona. Yo lo conocí porque allí realizábamos todas las cenas con los artistas de LCE. Ahora sigue Daniela, una mujer atómica. El secreto y las croquetas no los hay mejores en la ciudad. (Miguel Servet, 15).

10. Parque Juan Carlos I. El paisajismo de este parque parece hecho por los masones. Está todo lleno de simbologías. Círculos, cuadrados, pirámides… Este año hemos celebrado un concierto de Atom™, al que fueron invitados artistas madrileños que crecieron allí. Vinieron vecinos y familias. Eso también es lo bonito de los Veranos. (Barajas).

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