La última calesa de Barcelona

El carruaje que realiza rutas por la ciudad dio ayer su último paseo después de que Colau no renueve la concesión

La calesa sortea un taxi, en uno de sus últimos tours, en Via LaietanaMassimiliano Minocri

La calesa de caballos que durante años paseaba a turistas por la capital catalana realizó ayer su último tour. El Ayuntamiento anunció —el pasado noviembre— que no renovaba la concesión que finalizaba ayer justificando que las políticas del equipo de Ada Colau son contrarias al uso “lucrativo de animales”. El propietario del carruaje que, además, gestiona una cuadra en la hípica municipal de la Foixarda, Alexandre Pujades, no quiso realizar declaraciones dando por perdida esta parte de su...

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La calesa de caballos que durante años paseaba a turistas por la capital catalana realizó ayer su último tour. El Ayuntamiento anunció —el pasado noviembre— que no renovaba la concesión que finalizaba ayer justificando que las políticas del equipo de Ada Colau son contrarias al uso “lucrativo de animales”. El propietario del carruaje que, además, gestiona una cuadra en la hípica municipal de la Foixarda, Alexandre Pujades, no quiso realizar declaraciones dando por perdida esta parte de su negocio.

Balboa y Trasto, los caballos que arrastran la calesa, bajaban ayer de Montjuïc sin saber que serían sus últimos servicios por la ciudad. “El paseo más corto cuesta 20 euros”, informa el cochero en la Rambla de Santa Mónica. No está de buen humor y solo sabe que mañana irá a “preparar” los papeles del paro.

Los caballos trotan con normalidad subiendo la Rambla. “No se asustan con los coches, están muy acostumbrados”, informa el cochero. Dos caballos en una ciudad son suficientes para atraer las miradas de miles de turistas que visitan la Rambla. Cámaras de fotos de decenas móviles inmortalizan a los dos equinos sin prestar atención a los viajeros de la calesa. Tras subir la Rambla, el carruaje gira por plaza Catalunya hasta Vía Laietana. Allí tropieza con taxis que paran en mitad del carril e incluso adelanta a un Porsche pasada la plaza de Ramon Berenguer. Balboa y Trasto alcanzan el paseo de Colón y vuelven al punto de partida. El viaje, monótono y aburrido, de un carruaje tirado por dos caballos en mitad de un mar de coches, motos y humo cuesta 20 euros. Aunque se solicite, el conductor no expide ningún tipo de tíquet o factura. La calesa de caballos de Barcelona dio ayer por la tarde su último paseo.

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