Un hombre con pies de barrio

Candidato al Goya a mejor actor revelación, al intérprete le gustan los comercios cercanos y sostenibles y Lavapiés

Manuel Burque, en la cafetería Carmen del Mercado de San Fernando, en Lavapiés.Julián Rojas

1. Mercado de San Fernando. Prefiero los mercados porque son más sostenibles que los supermercados, que me ponen un poco nervioso. Me gusta participar en un proyecto económico que revierta en mis vecinos. Aquí compro fruta a mi frutero y luego él viene a ver mis monólogos. Conozco a muchos de los tenderos: algunos son tradicionales y otros gente joven, hay regeneración (Embajadores, 51).

2. Cafetería Carmen. Desayuno casi siempre aquí. Es agradable, está cerca de casa y el café está muy rico. Fue clave en la película Requisitos. Para ser una persona nor...

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1. Mercado de San Fernando. Prefiero los mercados porque son más sostenibles que los supermercados, que me ponen un poco nervioso. Me gusta participar en un proyecto económico que revierta en mis vecinos. Aquí compro fruta a mi frutero y luego él viene a ver mis monólogos. Conozco a muchos de los tenderos: algunos son tradicionales y otros gente joven, hay regeneración (Embajadores, 51).

Actor, guionista y nominado

Manuel Burque (1980) es canario criado en Galicia. Se considera guionista. Está nominado como actor revelación a los Goya por Requisitos para ser una persona normal. Rueda la segunda temporada de El partido y la primera de Buscando el norte.

2. Cafetería Carmen. Desayuno casi siempre aquí. Es agradable, está cerca de casa y el café está muy rico. Fue clave en la película Requisitos. Para ser una persona normal me cambiaron la dieta para que engordara 15 kilos (siete comidas al día, tres desayunos, hidratos a tope, batidos después del postre...). Tenía que comer siempre proteínas: aquí me dan pan con tomate y jamón york. Los de producción me alimentaban como si fuera un caballo de carreras (Dentro del Mercado de San Fernando).

3. La Escalera de Jacob. Hace unos años empecé a hacer sketches cómicos en esta sala, con Eva Redondo. Por primera vez tenía una casa, después de mucho tiempo actuando por calles y bares. Y, de pronto, venía mucha gente a vernos. Fue un momento de ilusión en el que me di cuenta de que podía dedicarme a la comedia (Lavapiés, 9).

4. Casa Pachuco. Para mí es problemático encontrar un sitio para comer, siempre me produce ansiedad. Con este lo tengo resuelto: es mi restaurante favorito. Es pequeño y barato, montado por un tío al que le gusta cocinar y tiene una carta mínima de comida equilibrada y creativa. Ahora se ha corrido la voz y va mucha gente. (Tres Peces, 15).

5. Parque del Retiro. Es mi oficina. Voy poco a pasar el día, soy muy casero y en principio siempre le veo inconvenientes. Pero me gusta ir a caminar y escribir guiones con mis compañeros (Datell y Araujo) y vamos pensando estructuras, tratamientos y demás. Las ideas las apuntamos en un iPad o en un teléfono. Es muy fructífero, caminar te agiliza la mente y genera ideas nuevas.

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6. Pescadería Alofer. Tengo colesterol alto por genética, así que como pescado en cantidades industriales. Esta es una pescadería barata, buena y curiosa: muy de barrio, con ocho pescaderos que te tratan fenomenal y se lanzan la mercancía por encima de la cabeza de los clientes como jugadores de rugby. Es un espectáculo (Esgrima, 8).

7. Cines Yelmo Ideal. Para mí es imprescindible la versión original. Además, aquí tienen una oferta que trasciende el cine comercial, aunque también se puede ver de este último. Muy pocas veces voy a otros cines, porque además también me queda cerca. Es que soy muy de barrio (Doctor Cortezo, 6).

8. Glorieta de Santa María de la Cabeza. Me gusta porque hay un edificio cuya fachada es puro caos, anarquía pura. Cada vecino ha puesto su tipo de ventana, de cierre, de balcón, de colores... Es muy loco.

9. El Coleccionista. En esta tienda de cómics lo saben todo. Te atienden de forma personal y tiene un público fiel que va a llenar maletas de tebeos. Un día fui a buscar algún cómic español para adaptar y me recomendaron cientos. Increíble (Tribulete, 7).

10 Lavandería Las Musas. Odio hacer la colada en casa, porque además es caro y nada sostenible. Los edificios deberían tener lavadoras para uso comunitario. Así que llevo la ropa sucia, a veces bolsas enormes, a esta lavandería donde ya me conocen y me tratan muy bien (Esgrima, 2).

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