Amenaza de cierre de un centro de Vigo que acoge a 73 discapacitados

La Asociación San Francisco, fundada hace cuatro décadas, a punto de perder la ayuda de la Xunta

La Asociación Galega San Francisco fue fundada hace cuatro décadas por el sacerdote Carlos Ortiz y desde entonces ha atendido a cientos de discapacitados intelectuales en el área de Vigo. La entidad es una institución en la ciudad y su fundador ha recibido todo tipo de reconocimientos, pero el conflicto que mantiene la asociación desde hace unos años con la Consellería de Traballo e Benestar amenaza con suponer el cierre de su principal centro, situado en el barrio de Coia y en el que atiende a 73 personas.

 La mayor parte del coste de esas plazas venía siendo mantenido por la Xunta a t...

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La Asociación Galega San Francisco fue fundada hace cuatro décadas por el sacerdote Carlos Ortiz y desde entonces ha atendido a cientos de discapacitados intelectuales en el área de Vigo. La entidad es una institución en la ciudad y su fundador ha recibido todo tipo de reconocimientos, pero el conflicto que mantiene la asociación desde hace unos años con la Consellería de Traballo e Benestar amenaza con suponer el cierre de su principal centro, situado en el barrio de Coia y en el que atiende a 73 personas.

 La mayor parte del coste de esas plazas venía siendo mantenido por la Xunta a través de convenios discrecionales, como hacía con otros centros similares. Pero en 2008 y 2009 entraron en vigor nuevas leyes que obligan a la Administración a convocar concursos públicos también para subvencionar este tipo de plazas asistenciales. Aunque en otros lugares la Xunta convocó esos concursos de forma negociada, lo que en la práctica supuso entregar las subvenciones a dedo a entidades tanto privadas como sin ánimo de lucro, en el caso de Vigo no lo ha hecho así. El motivo es que en la zona existen otras entidades habilitadas para prestar los mismos servicios, lo que obliga a la Xunta a convocar un concurso abierto y no negociado. Y es a ese concurso al que se ha presentado una residencia del grupo Doral con sede en Mos, que ha logrado mejor valoración técnica y económica que el centro de San Francisco. Además, la Xunta asegura que la asociación no ha adaptado sus instalaciones a las últimas exigencias legales del sector, lo que la entidad atribuye a obstáculos puestos por la Administración tras invertir en ello más de 700.000 euros.

Si se confirma la adjudicación definitiva de la subvención a la residencia privada, la asociación sin ánimo de lucro perderá el grueso de sus ingresos, lo que amenaza la continuidad no solo del centro de Coia sino que podría poner en peligro también otras dos instalaciones para 88 discapacitados con grandes necesidades que también tiene en Vigo.

La Xunta asegura que todos los afectados por el posible cierre del centro de Coia dispondrán de una plaza en el centro privado de Mos, pero desde San Francisco se lamenta que los desplazamientos supondrán un retroceso en el proceso de integración en la sociedad viguesa que la asociación lleva años impulsando.

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