Extraños en el palacio

Arranca un ciclo de visitas por seis casas señoriales que fueron residencias de la aristocracia

Visita guiada, el pasado lunes, al Palacio del Marqués de Fontalba, actual sede de la Fiscalía General del Estado.SANTI BURGOS

A día de hoy, sobre todo en tiempos de rampante crisis, la ostentación puede estar mal vista, pero hubo otros tiempos en los que los más ricos no levantaban sus palacios en urbanizaciones de las afueras, lejos de los ojos de la plebe, sino en plena ciudad, donde mostraban sus cuidados jardines y sus blasones como símbolo de poder y riqueza. “La zona de la Castellana y el barrio de Salamanca no era muy atractiva a principios del siglo XIX, porque había quien decía que estaba lejos del centro y que era como vivir en el campo”, explica la técnico de Patrimonio Cultural Elena Rosado. Pero tras el ...

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A día de hoy, sobre todo en tiempos de rampante crisis, la ostentación puede estar mal vista, pero hubo otros tiempos en los que los más ricos no levantaban sus palacios en urbanizaciones de las afueras, lejos de los ojos de la plebe, sino en plena ciudad, donde mostraban sus cuidados jardines y sus blasones como símbolo de poder y riqueza. “La zona de la Castellana y el barrio de Salamanca no era muy atractiva a principios del siglo XIX, porque había quien decía que estaba lejos del centro y que era como vivir en el campo”, explica la técnico de Patrimonio Cultural Elena Rosado. Pero tras el ensanche ordenado por el plan de Castro, aprobado en 1860, y con el motor urbanístico del Marqués de Salamanca, quien construyó buena parte del barrio que lleva su nombre (y se arruinó en tres ocasiones), se puso de moda entre los más pudientes trasladarse a esta zona.

“Si antes los palacios eran más recogidos y cerrados, ahora, esta nueva nobleza financiera formada por burgueses exitosos, que habían amasado fortuna y obtenido títulos, quería que los ciudadanos, al pasear por la Castellana, identificasen cada propiedad con su dueño, aunque la mayoría de la gente jamás pudiese acceder a su interior”, dice Rosado. Había unos 35 palacios en el eje de la Castellana, de los que quedan ocho, según la técnico. Las demoliciones fueron constantes, como en el caso del palacio neomudéjar de Xifré, enfrente del Museo del Prado, cuyo espacio ocupa hoy el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad; el palacio del Duque de Medinaceli, donde hoy está el Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa; o el palacio del Duque de Lerma, en cuyo solar se construyó el hotel Palace, con motivo de la boda de Alfonso XIII.

Sobre estas líneas, uno de los salones del Palacio de Fernán Núñez.LUIS SEVILLANO

Las cosas han cambiado mucho desde la época de los palacios: la zona perdió atractivo como lugar de residencia y se convirtió en la zona financiera y administrativa que conocemos: los palacios que han sobrevivido a la piqueta están ocupados en el presente por instituciones públicas o privadas, lo que ayuda a que se conserven frente a la especulación inmobiliaria. Y, además, algunos, tanto en la Castellana como en el resto de la ciudad, pueden ser visitados por los ciudadanos a los que antes estaban vedados, dentro del ciclo de visitas guiadas que organiza la dirección general de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid y que arrancaron este mes. La iniciativa se llama ¡Bienvenidos a Palacio!

El primero en abrir sus puertas ha sido el Palacio del Marqués de Fontalba, sede actual de la Fiscalía General del Estado, en Castellana 17, que puede visitarse, mediante inscripción previa, durante todo este abril. Diseñado en 1911 por José María Mendoza Ussía, se trata de una arquitectura monumental, típica de la ostentosa nobleza de la restauración alfonsina y organizado en torno a una escalinata y un gran claustro neoplateresco central, de dos plantas, con cubierta de vidriera-claraboya. “Obtuvo un premio de arquitectura del Ayuntamiento”, cuenta Rosado, que ejerce de guía en la visita. “En otros casos, ese premio se daba más por motivos estilísticos, pero en este se otorgó por sus modernas instalaciones interiores, como la centralita telefónica, en cuya incorporación a las residencias privadas este edificio fue pionero”, añade. En sus estancias hay donaciones en depósito de otras instituciones, como cuadros del Museo del Prado o relojes de Museo Nacional de Artes Decorativas. Y, tras las reformas, quien pulula por aquí no son los suntuosos marqueses o el sufrido personal de servicio, sino los fiscales, muchos de cuyos despachos dan al patio central.

“La Fiscalía se crea con la Constitución. Hasta ese momento, la cabeza rectora del ministerio fiscal, que es el conjunto de los fiscales del país, era el fiscal del Tribunal Supremo”, explica María Luisa Conde, responsable de Gestión de la Información de la Fiscalía. La cabeza de este organismo, el Fiscal General del Estado, actualmente Eduardo Torres-Dulce, es nombrado por el Rey a propuesta del presidente del Gobierno y con el beneplácito del Consejo General del Poder Judicial y el Congreso de los Diputados. Los tres poderes. El inmueble fue adquirido por el Ministerio del Ejército en 1944, tras la muerte del segundo marqués, y aquí se ubicó el Consejo Supremo de Justicia Militar. En 1991 llegó la Fiscalía y en 2006 tuvo su última rehabilitación. En lo sucesivo, a palacio por mes, se podrán visitar otros cinco edificios.

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Interior del Palacio de Godoy, en Madrid.CRISTÓBAL MANUEL

Don Guillermo de Osma fue un político y diplomático cubano que dotó a su palacio de una nutrida colección artística y documental. En 1894 se acabó su palacete, de estilo neomudéjar, en el barrio de Chamberí, calle de Fortuny, 43, que hoy está ocupado por el Instituto Valencia de Don Juan. Se podrá visitar en mayo.

En Santa Isabel, 44, está uno de los palacios mejor conservados de la ciudad: el Palacio de Fernán Núñez, sede de la Fundación Ferrocarriles Españoles, cuya historia se remonta al siglo XVII, cuando se parcelaron los huertos del convento de Santa Isabel para su venta. En 1815 fue heredado por Felipe María Osorio, duque de Fernán Núñez, y lo convirtió en un centro neurálgico de la vida social capitalina. En junio abrirá sus puertas.

El Colegio Notarial de Madrid, en la calle de Ruiz de Alarcón, 3, barrio de los Jerónimos, ocupa la Casa Palacio de don Manuel González-Longoria, que se podrá visitar en julio. En el Palacio Godoy está el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, en la plaza de la Marina, 9, que fue declarado Bien de Interés Cultural en 1962. Carlos III ordenó la compra de los terrenos para la apertura de la calle de Bailén y la construcción de la residencia de su secretario de Estado, el marqués de Grimaldi. La obra fue proyectada por Sabatini y su escalera es una de las piezas más valorada de la arquitectura madrileña. Se abrirá en agosto.

Por último, el Palacio Bauer, que alberga la Escuela Superior de Canto, en San Bernardo, 44. Fue construido en el siglo XVIII sobre una propiedad que perteneció al Noviciado de la Compañía de Jesús, que le da nombre a la zona de Noviciado. A finales del XIX fue adquirido por Ignacio Bauer, banquero de origen húngaro. Su palacio fue un centro del ocio aristocrático donde se turnaban bailes y conciertos. Este palacio cerrará en septiembre el ciclo de visitas que suma 4.500 plazas y que, debido a su éxito, ya ha anunciado una prórroga. Parece que hay interés en conocer cómo vivían los ricos de antes.

Más palacios para el programa

Los primeros. En los próximos meses se podrán visitar el Palacio del Marqués de Fontalba, en el paseo de la Castellana, 17 (abril); el Palacete de Don Guillermo de Osma, en la calle de Fortuny, 43 (mayo); el Palacio de Fernán Núñez, en Santa Isabel, 44 (junio); la Casa Palacio de don Manuel González-Longoria, en Ruiz de Alarcón, 3 (julio); el Palacio de Godoy, en la plaza de la Marina, 9 (agosto); y el Palacio Bauer, en San Bernardo, 44 (septiembre).

La ampliación. Las 4.500 plazas para visitar esos seis primeros palacios se agotaron en solo cinco días. Así que la Consejería de Cultura ha anunciado una próxima ampliación del programa, no solo con nuevas plazas, sino también con visitas guiadas a nuevos palacios tras la Semana Santa.

La inscripción. Las visitas guiadas son gratuitas y se celebran en horario de mañana y de tarde. En principio, están organizadas en grupos de 25 personas como máximo. Para participar en ellas es necesario inscribirse de manera individual rellenando un formulario en la página web del programa: http://www.bienvenidosapalacio.es.

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