Un plan pretende abrir un 5% más de plazas en temporada baja

El pasado 1 de marzo, un 48% de los establecimientos turísticos del litoral andaluz (216) estaban cerrados, lo que supone el 54% de las 84.386 plazas hoteleras que hay en la franja litoral. Se trata de una cifra que, en opinión del consejero de Turismo, Rafael Rodríguez, el destino Andalucía “no se puede permitir” y que tratará de combatir el plan contra la estacionalidad. Este programa, consensuado con sindicatos y empresarios, recibirá luz verde el próximo 21...

El pasado 1 de marzo, un 48% de los establecimientos turísticos del litoral andaluz (216) estaban cerrados, lo que supone el 54% de las 84.386 plazas hoteleras que hay en la franja litoral. Se trata de una cifra que, en opinión del consejero de Turismo, Rafael Rodríguez, el destino Andalucía “no se puede permitir” y que tratará de combatir el plan contra la estacionalidad. Este programa, consensuado con sindicatos y empresarios, recibirá luz verde el próximo 21 de abril en la Mesa del Turismo y plantea como principal meta que las camas cerradas en temporada baja se reduzcan un 5% al año. El horizonte de trabajo es 2020.

La estacionalidad es uno de los principales enemigos a los que se enfrenta el sector turístico. La situación ha empeorado con la crisis y un 44% de las pernoctaciones se concentran en Andalucía entre julio y septiembre. Para intentar atajar el problema, el plan diseñado por la consejería persigue aumentar el número de visitantes y se priorizarán mercados concretos en temporada baja y media. Los turistas nórdicos serán objetivo en enero, febrero y noviembre; los franceses, en abril y mayo; y los alemanes y británicos, durante los meses de principio y final de año.

Para el mercado español, del que Andalucía es totalmente dependiente (suman el 54% de las pernoctaciones), crecerán los esfuerzos para ser destino en minivacaciones y se potenciarán segmentos como los cruceros, el golf o la naturaleza. El turismo senior y joven también ocupan un lugar destacado. Otra vertiente del plan, que se desarrollará y dotará de financiación a través de programas bianuales, es incentivar fiscalmente a los empresarios turísticos que decidan permanecer abiertos durante todo el año. Se plantean bonificaciones del Impuesto de Actividades Económicas (IAE) y del de Bienes Inmueble (IBI) y primar en las acciones de promoción a quienes echen el cierre durante menos tiempo al año.

Junto al consejero estuvieron en Málaga los representantes de Turismo de UGT y CCOO y el presidente del Consejo de Turismo de la CEA, Miguel Sánchez, que insistió en la necesidad de reducir costes de explotación.