opinión

Elogios envenenados

Susana Díaz tendrá un papel importante en el futuro inmediato del socialismo, andaluz y español

“Partido político en coma busca cura que lo sane y médico que lo atienda”. Un anuncio parecido podría salir hoy en las páginas de breves de los periódicos.

Ese partido es el PSOE, sumido en una profunda depresión, tras las severas derrotas electorales de los dos últimos años. Hundido en las encuestas, acusado de haber traicionado sus principios ideológicos forzado por los mercados, el PSOE inicia el camino de la recuperación de la confianza perdida.

La primera etapa de su remontada comienza mañana. De la conferencia política debe salir el diagnóstico y la cura que necesita el pac...

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“Partido político en coma busca cura que lo sane y médico que lo atienda”. Un anuncio parecido podría salir hoy en las páginas de breves de los periódicos.

Ese partido es el PSOE, sumido en una profunda depresión, tras las severas derrotas electorales de los dos últimos años. Hundido en las encuestas, acusado de haber traicionado sus principios ideológicos forzado por los mercados, el PSOE inicia el camino de la recuperación de la confianza perdida.

La primera etapa de su remontada comienza mañana. De la conferencia política debe salir el diagnóstico y la cura que necesita el paciente. Y, quiéralo o no la dirección actual, quién o quiénes pueden ser los médicos que la apliquen.

El deterioro sufrido por el partido ha afectado seriamente a la actual dirección, con el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, a la cabeza. Y vuelven a surgir los mismos nombres que se repiten desde hace meses para sustituirle: Patxi López, Eduardo Madina, Carme Chacón, Emiliano García-Page…

A todos esos se suma uno nuevo, el de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. Una mujer casi desconocida al norte de Despeñaperros hasta hace dos meses, a pesar de llevar ya media vida en política.

La irrupción en el escenario político nacional de esta trianera de 39 años ha sido impactante. Muchos han elogiado su desparpajo y claridad en el mensaje. La prensa conservadora la colmó de elogios cuando recriminó a Zapatero decir que aceptaría “cualquier Estatut” que llegara del parlamento catalán.

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Pero ojo con los piropos. Los de la derecha, porque están envenenados. No son elogios gratuitos, son puñaladas al hígado de Rubalcaba. Y los de las filas propias, por excesivos. Tras un desayuno informativo en Madrid, el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, dijo pomposamente de Díaz: “ha nacido una estrella”. El secretario general de los socialistas cordobeses, Juan Pablo Durán, ha calificado a Díaz como “la primera gran líder del socialismo español de principios del siglo XXI tras José Luis Rodríguez Zapatero”. El peloteo puede hacer perder el equilibrio.

Es indudable que Díaz tendrá un papel importante en el futuro inmediato del socialismo, andaluz y español. Por ello, debe jugar bien sus cartas y manejar adecuadamente sus tiempos.

Ante todo, deberá confirmar en las urnas el liderazgo heredado de su antecesor, José Antonio Griñán, ganando unas elecciones autonómicas, cuando llegue el momento. En el corto plazo, deberá hacer valer el peso del socialismo andaluz en los órganos federales. Pero colaborando lealmente con el nuevo equipo dirigente y huyendo de quienes le propongan apoyar corrientes alternativas. Mucho menos, encabezar el asalto a la secretaría general del PSOE.

La mejor aportación que puede y debe hacer Díaz a la regeneración del socialismo español es demostrar que se puede gobernar de otra manera. Y, además, en coalición. Porque gobernar con mayoría es fácil. Lo hace hasta Rajoy

Díaz tiene la oportunidad de demostrar que hay alternativas reales a la dictadura de los mercados. Que las políticas sociales, la salud y la educación, están por encima de los recortes. Que defiende los derechos robados a las clases trabajadoras. Que practica una democracia de proximidad al ciudadano. Que gobierna con transparencia. Que es contundente, como dijo en su investidura, contra la corrupción. La orden de investigar a fondo las cuentas de la UGT es una medida acertada.

En resumen: Susana Díaz debe demostrar con hechos, no con hermosas palabras, que sabe gobernar. Puede hacerlo, porque gobierna. Y no cualquier comunidad, sino la más poblada del país y también la más golpeada por la crisis, con más de la tercera parte de su población activa en paro. Ese es su gran reto. Por ahora.

@JRomanOrozco

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