El nuevo centro de convenciones de Córdoba no encaja en el calendario

El gesto más simbólico y audaz del alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto (PP), en estos dos primeros años de mandato fue enterrar de sopetón el ambicioso, carísimo y siempre frustrado proyecto de los anteriores gobernantes (IU y PSOE) para construir un nuevo centro de congresos en la ciudad: el famoso Palacio del Sur. Cuando Nieto decidió no asumir ese gasto —ha llegado a asegurar que superaba los 100 millones de euros—, planteó una alternativa más barata y rápida: reformar el pabellón de Cajasur, que hoy se encuentra s...

El gesto más simbólico y audaz del alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto (PP), en estos dos primeros años de mandato fue enterrar de sopetón el ambicioso, carísimo y siempre frustrado proyecto de los anteriores gobernantes (IU y PSOE) para construir un nuevo centro de congresos en la ciudad: el famoso Palacio del Sur. Cuando Nieto decidió no asumir ese gasto —ha llegado a asegurar que superaba los 100 millones de euros—, planteó una alternativa más barata y rápida: reformar el pabellón de Cajasur, que hoy se encuentra semiabandonado y ruinoso, y remozarlo en un flamante Centro de Exposiciones Ferias y Convenciones (CEFC) de Córdoba. Todo, con un plazo muy ajustado. El año 2015, fecha de las próximas elecciones locales, debería estar abierto.

Pero los planes no acaban de encajar en el calendario. Esta semana, el Ayuntamiento ha dejado desierto el procedimiento para la adjudicación del proyecto de reforma del pabellón, que Cajasur ya ha donado a la ciudad. Al concurso se habían presentado tres equipos de arquitectos: la Unión Temporal de Empresas (UTE) Qurduba, el arquitecto Francisco Jurado Jiménez y el estudio de Rafael de la Hoz.

En un principio, el Ayuntamiento quiso encargar el proyecto directamente a Rafael de la Hoz. Es más, cuando el alcalde de Córdoba anunció que desechaba definitivamente construir el Palacio del Sur y comunicó su alternativa en el edificio de Cajasur, lo hizo utilizando una infografía del estudio de este arquitecto en la que ya se presentaba un primer proyecto de remodelación. Y ello, sin haberse anunciado concurso de ningún tipo ni haberse publicitado la intervención.

En seguida se levantaron las primeras voces alertando de que, por la envergadura y coste de la empresa —se calcula que alrededor de 40 millones— era imposible que el Ayuntamiento diese el plan a dedo a un estudio. Los partidos de la oposición y hasta el Colegio de Arquitectos reclamaron una rectificación y la convocatoria de un concurso público. El pasado verano, el Ayuntamiento terminó reculando y lo convocó, a pesar de que ajustaba todavía más su apretado calendario para finalizar el proyecto.

Tampoco la convocatoria pasó desapercibida y sus exigencias levantaron más críticas todavía. Hasta el punto de que, el mes pasado, el Colegio de Arquitectos de Córdoba recurrió por vía administrativa las condiciones exigidas por el Ayuntamiento para optar al concurso. El Colegio rechazó los férreos corsés impuestos a los arquitectos que iban a presentar sus proyectos y que, en su opinión, limitaban enormemente la posibilidad de elección.

El portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Juan Pablo Durán, calificó de “traje a medida” el concurso. Según Durán, era “improbable” que un arquitecto que no fuese Rafael de la Hoz tuviese tiempo material para presentarse al concurso, ganarlo y poder tener listo el trabajo antes del 2 de diciembre, que es el plazo de entrega que se ha marcado el propio Ayuntamiento.

Apremiados por el almanaque, las alegaciones presentadas contra la convocatoria fueron rechazadas a toda prisa y en su conjunto por el gobierno local. Y el proceso siguió adelante.

Pero todo se ha vuelto a complicar una vez que el concurso ha quedado desierto. “Ninguna de las tres propuestas se ajustaba al pliego de exigencias”, dicen en el Ayuntamiento. Ni siquiera la de Rafael de la Hoz. Para el PSOE, todo se debe a la “chapucera” fórmula elegida para redactar el pliego de condiciones del concurso y que solo dejaba dos alternativas: o dejar fuera a De La Hoz o declararlo desierto. Finalmente, el miércoles, el Consistorio informó de que, “basándose en informes y criterios técnicos, la mesa de contratación había propuesto a la junta de gobierno local declarar desierto el procedimiento abierto”.

Y ahora, vuelta a empezar. El Ayuntamiento del PP piensa convocar un nuevo concurso, tras descartar el procedimiento sin publicidad que le permite la legislación en caso de quedar desierto un proceso de adjudicación.

El gobierno municipal ha iniciado, además, conversaciones con el Ministerio de Hacienda para garantizar la aportación de los 1,5 millones de euros programados para 2013 en este proyecto y que pueden perderse si no se aprueba una adjudicación antes de fin de año.

El gobierno local quiere garantizarse ese dinero, aunque los trámites se prolongasen más allá de diciembre. “Confiamos en la buena predisposición que ha mantenido el Gobierno central con este proyecto y así poder tomar decisiones que permitan contar con esa primera aportación prevista”, concluyen en el Consistorio.