el incio del curso político

La inquietante soledad del PP

Los populares apelarán a su peso en Álava para participar en el pacto PNV-PSE Confían en la mejora económica para avalar sus nuevas propuestas

Bilbao -
El presidente del PP, Mariano Rajoy y la del PP vasco, Arantza QuirogaSAMUEL SÁNCHEZ

“Tenemos que hacer una oposición constructiva, planteando medidas, sabiendo que la salida de la crisis es lo que realmente importa”. Así lo ha dejado escrito la dirección del PP vasco en su cuaderno de bitácora para el nuevo curso político en Euskadi, donde empieza a sentir la soledad de una incómoda posición, encorsetada por el previsible pacto fiscal PNV-PSE y una indeseada derivada del efecto Gobierno Rajoy, demasiado azuzado por los escándalos y los perniciosos efectos sociales d...

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“Tenemos que hacer una oposición constructiva, planteando medidas, sabiendo que la salida de la crisis es lo que realmente importa”. Así lo ha dejado escrito la dirección del PP vasco en su cuaderno de bitácora para el nuevo curso político en Euskadi, donde empieza a sentir la soledad de una incómoda posición, encorsetada por el previsible pacto fiscal PNV-PSE y una indeseada derivada del efecto Gobierno Rajoy, demasiado azuzado por los escándalos y los perniciosos efectos sociales de una crisis que se resiste a acabar. De entrada, el PP suspira por hacerse un hueco en el acuerdo entre nacionalistas y socialistas. Y cree que lo puede conseguir.

Todo lo fía a su poder institucional en Álava. Los populares trabajan con la idea de que el PNV les llame para sacar adelante en las Juntas Generales el pacto fiscal que tienen prácticamente cerrado con el PSE-EE. “No acabamos de entender cómo los socialistas han adoptado una posición tan sumisa con el PNV después de lo que les hicieron sufrir en la anterior legislatura. Se equivocan”, significan con acidez desde la cúpula de los populares vascos. Precisamente la proyección política del acuerdo PNV-PSE, entendido desde el PP como un previsible punto de partida de un inmediato proceso negociador de los próximos Presupuestos, condiciona el inmediato discurso de los populares. “Nos viene mejor porque nos deja un discurso propio de oposición, pero pensando en la estabilidad que necesita el país lo ideal sería un acuerdo a tres porque, además, somos necesarios”, apunta la misma fuente.

El próximo miércoles

Para conseguir la suficiente notoriedad en un escenario dominado por el acuerdo PNV-PSE y la irrupción de la asignatura pendiente de la paz, el PP arma su dialéctica y la quiere enseñar con rapidez. Así, tras el encuentro del próximo miércoles entre Mariano Rajoy y Arantza Quiroga, concebido como otro espaldarazo a la actual presidenta, el PP va a idear un acto de calado socioeconómico, previo a su conferencia política del próximo 21 de septiembre, en Vitoria. “Tenemos datos que nos hacen pensar en una mejoría de la situación económica en el último trimestre y queremos presentar una serie de medidas concretas que no van por el camino que lleva el acuerdo entre el PNV y el PSE-EE”, precisa.

En ese contexto de mejora de la economía, y pese a que Rajoy ya apuró su propia reforma para lograr más ingresos, el PP vasco no cree en la vía impositiva que exploran socialistas y nacionalistas. El problema es que está sólo los populares lucharán en soledad por difundir su mensaje y lo saben. Más allá del acuerdo puntual en Álava, que “el PNV intentará salvar como siempre con concesiones concretas”, según admiten en el grupo parlamentario, tienen las relaciones cortocircuitadas con el resto de los grupos, y en especial con los socialistas. El PSE-EE no les quiere como compañeros de viaje en el acuerdo con el PNV. “No acabamos de entender esas prisas del PSE para acercarse al PNV”, lamentan desde el PP, conscientes de que la ruptura del pacto político de la pasada legislatura sigue vigente.

El partido no se ha metido en las decisiones de Urquijo"
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Además, el verano se ha encargado de llevar al límite el antagonismo entre la izquierda abertzale y el PP. “Ha sido incómodo, pero la actuación corresponde al delegado del Gobierno que ha actuado conforme ha creído y desde el partido no hemos entrado”, señala un portavoz de la dirección popular cuando fue preguntado por la repercusión estratégica de las polémicas vividas en las fiestas de Bilbao y de Llodio. “Urquijo ha puesto muchas más demandas por el tema de las banderas y no se ha montado tanto lío”, señala otro portavoz popular. Más allá de este distanciamiento con socialistas y radicales, al PP le preocupa que el PNV no se haya entregado en el inicio de la legislatura a la causa independentista y, por tanto, con su moderación les tapona la posibilidad de acercarse a un electorado nacionalista ajeno a las veleidades independentistas.

Además, con el paso del tiempo entienden que “Urkullu tiene muy aprendida la lección de Ibarretxe y no va a llevar a Euskadi por la senda de Cataluña”. Por tanto, sin capacidad para influir en las mayorías parlamentarias, apartado del pacto PNV-PSE, el PP busca su propia senda. Lo hará recordando al lehendakari su permanente disposición al consenso, pero, sobre todo, su correa de transmisión con el Gobierno central para las numerosas cuestiones aún pendientes de resolver y, sobre todo, asegurando que en su línea política no figurará la marcha atrás.

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