La caída del consumo arrasa las tiendas de barrio

Mercedes Santamaría lleva más de una década tras el mostrador de la tienda de moda femenina Soara, en pleno barrio de Horta. No recuerda una campaña de verano peor que la actual. “Es curioso, porque ya no tengo competencia en el barrio, pero aunque seamos menos comercios, también vendemos menos”, asegura. Y saca de todo ello una conclusión: “Las tiendas de barrio van a desaparecer”.

En De Kasta, un comercio de moda de Les Corts, Genoveva Casas lo ve igual. “Cada vez hay menos oferta y eso es como un pez que se muerde la cola: si no hay oferta, la gente no pasea, y si la gente no pasea n...

Mercedes Santamaría lleva más de una década tras el mostrador de la tienda de moda femenina Soara, en pleno barrio de Horta. No recuerda una campaña de verano peor que la actual. “Es curioso, porque ya no tengo competencia en el barrio, pero aunque seamos menos comercios, también vendemos menos”, asegura. Y saca de todo ello una conclusión: “Las tiendas de barrio van a desaparecer”.

En De Kasta, un comercio de moda de Les Corts, Genoveva Casas lo ve igual. “Cada vez hay menos oferta y eso es como un pez que se muerde la cola: si no hay oferta, la gente no pasea, y si la gente no pasea no se vende”. Hay un paso: si no se vende difícilmente se van a abrir tiendas, el principal problema de los barrios apartados del ajetreado centro de Barcelona, el cuartel general de las grandes marcas.

Las ventas minoristas de ropa llevan cayendo desde enero de 2008, con una única tregua en 2010. Algo parecido sucede con el menaje del hogar. Y ese descenso ha barrido a los pequeños comercios. El presidente de la Fundació Barcelona Comerç, Vicenç Gasca, admite que apenas las calles principales de los barrios se han librado de los cierres, mientras que la Confederación de Comercio de Cataluña estima que la cuota de mercado de las tiendas multimarca ha caído del 40% al 25% en diez años en favor de las grandes enseñas.

El riesgo se agudiza con las disposiciones de la Ley de Arrendamientos Urbanos que entrarán en vigor en enero de 2015

Mientras en los barrios periféricos las tiendas adolecen de falta de clientela e inician un creciente déficit comercial, en el centro de Barcelona el movimiento es continuo, favorecido por el buen paso de la llegada de turistas. Hay gente, con más o menos bolsas en las manos como señal de actividad comercial. Y casi no se ven persianas bajadas por las calles. “La crisis está afectando a todos por igual, otra cosa es que en el centro la apertura de nuevas tiendas sea más rápida”, señala Carles Martínez, presidente del eje comercial de Sant Martí.

Las asociaciones comerciales son conscientes de la pérdida de tiendas más allá del centro de la capital catalana. Está en juego el pequeño comercio de moda que daba vida a los barrios más allá de los negocios de alimentación. Y ese riesgo se agudiza con las disposiciones de la Ley de Arrendamientos Urbanos que entrarán en vigor en enero de 2015 y que supondrá acabar con los alquileres de renta antigua. Muchos comerciantes serán incapaces de soportar contratos más caros. “Hay muchas tiendas que no han renegociado y tememos que ello conlleve más cierres y más pérdida de atractivo del comercio de barrio”, sostiene Gasca.

En un proceso similar se encuentra la Confederación de Comercio de Cataluña (CCC). Ha creado un grupo de trabajo que aúna diseñadores, fabricantes y comerciantes locales para intentar poner remedio a la caída de ventas de las tiendas multimarca. Su informe definitivo, con las propuestas, estará listo este mes de septiembre y se presentará ante la Generalitat. “Las tiendas multimarca son un referente de los ejes comerciales y un diferencial de oferta respecto a las grandes cadenas, por lo que tiene que recuperar la clientela”, sostiene el secretario general de la CCC, Miguel Ángel Fraile.

“Es curioso, porque ya no tengo competencia en el barrio, pero aunque seamos menos comercios, también vendemos menos”

En la última década, marcas como Zara, Mango u otras enseñas con tienda propia se han hecho con alrededor del 45% de la cuota de mercado, según Fraile. En cambio, las multimarca, muchas de las cuales representan el pequeño comercio de barrio, han pasado de copar el 40% de las ventas a un 25%, una estadística que explica bien el rally de cierres que ha protagonizado el sector y que ha dejado seco a muchos barrios.

Ayer, precisamente, el comercio cerró la temporada de verano de rebajas. Y los comerciantes no están especialmente satisfechos. Kim Cheng asegura que en su tienda de la calle Rogent se ha vendido la mitad que el año pasado, mientras que Maribel Mallofré dice que han vendido un poco más en la tienda que regenta en la carretera de Sants.

Las rebajas han tenido un seguimiento desigual, pero la CCC considera que las ventas han sido entre un 5% y un 10% inferiores a la campaña del verano pasado. La primera semana de julio es la única que funcionó bien. Ya lo preveía la confederación e incluso la mayoría de las tiendas que, vista la crisis, habían reducido sus pedidos y por tanto llegaron a las rebajas con menos producto. Ahora, en muchas de ellas ya domina la ropa de la temporada de invierno, mientras intentan liquidar la de la campaña pasada.