Un plan de protección para el futuro de la costa

En estas fechas, en que buena parte de turistas y veraneantes han decidido como destino nuestras costas para disfrutar de sus vacaciones, merece la pena plantearse si el litoral que estamos conformando con las decisiones urbanizadoras que hemos desarrollado desde los años sesenta puede seguir manteniéndose o requiere la adopción de decisiones más contundentes para la protección del litoral y para afrontar con éxito las demandas futuras, esencialmente las turísticas, cada vez más exigentes.

Nuestro litoral ha ido perdiendo sus características primigenias y, salvo los espacios protegidos ...

En estas fechas, en que buena parte de turistas y veraneantes han decidido como destino nuestras costas para disfrutar de sus vacaciones, merece la pena plantearse si el litoral que estamos conformando con las decisiones urbanizadoras que hemos desarrollado desde los años sesenta puede seguir manteniéndose o requiere la adopción de decisiones más contundentes para la protección del litoral y para afrontar con éxito las demandas futuras, esencialmente las turísticas, cada vez más exigentes.

Nuestro litoral ha ido perdiendo sus características primigenias y, salvo los espacios protegidos por la legislación ambiental y territorial, las previsiones urbanizadoras tienden a la plena colmatación de la costa. Como consecuencia, este litoral, que es el marco de una de nuestras actividades económicas y fuente de riqueza más potente, el turismo, está perdiendo día a día su primacía frente a otros destinos que resultan más atractivos y competitivos.

En la decisión de elegir un destino vacacional influye tanto los productos turísticos que se ofrecen como el espacio en que éstos se proporcionan. Todo ello compone el destino turístico e incide en el precio. Un buen producto turístico en un espacio degradado no invita a repetir la experiencia y un espacio turístico excepcional sin servicios limita la demanda. El éxito es la combinación de ambos componentes.

Los productos turísticos se pueden crear y desarrollar, se pueden mejorar, es posible adaptar modelos de negocio ya contrastados a las características del servicio que se quiere ofrecer, se puede formar a profesionales, etc., pero lo que no se puede copiar ni transferir son los recursos turísticos: el espacio, su naturaleza y paisaje, el clima, la gastronomía, la cultura o la idiosincrasia de los habitantes; y todos ellos, en conjunto, es lo que hacen única la experiencia turística y vacacional.

El litoral es el espacio turístico por excelencia en Andalucía e incide en sólo uno de los aspectos de ese entramado denominado destino turístico, pero es un aspecto esencial; es el ámbito en el que se desarrolla nuestra experiencia turística. No obstante, el espacio litoral es algo más, es el marco de vida de los que allí habitan, es naturaleza, medioambiente y paisaje. Su protección es, pues, la garantía para mantener sus valores, para crear un entorno agradable y placentero y para aprovecharlo en favor de nuestro desarrollo económico.

Es con esta perspectiva de proteger nuestro litoral y conformar un espacio turístico para afrontar nuestro futuro que la Junta de Andalucía ha elaborado el Plan de Protección del Corredor Litoral, actualmente en información pública. El plan tiene como ámbito los 500 metros a partir de las playas, dunas y acantilados, es decir, a partir del dominio público marítimo-terrestre. Es, pues, un plan para un ámbito limitado, pero esencial y estratégico. Sobre este espacio se juega el futuro de la actividad turística litoral.

El plan realiza un tratamiento integrado del litoral que permite compatibilizar su desarrollo, esencial para nuestro sistema productivo, con su sostenibilidad ambiental, estableciendo una gradación en los niveles de protección en función de las características de cada tramo litoral. Así, se establece una protección integral en los tramos más valiosos desde la perspectiva ambiental y paisajística y posibilita la actividad turística en aquellos otros tramos que no gozan de estos valores excepcionales. Con sus propuestas pretendemos reforzar el turismo, y a la postre, esto debe redundar en el desarrollo de otros productos inmobiliarios que deben ser más acordes a este espacio excepcional.

Nos encontramos en la primera fase de redacción del plan. Durante tres meses la administración autónoma oirá a los organismos y entidades que deseen aportar su opinión, y todos, ciudadanos y entidades que lo deseen, podrán efectuar alegaciones, observaciones y sugerencias. Esperamos que del contraste de ideas y del consenso, podamos finalmente dotarnos de un plan que salvaguarde y revalorice nuestro espacio costero.

Manuel Benabent Fernández de Córdoba es director General de Urbanismo de la Junta.