El Gobierno catalán subasta inmuebles de herencias intestadas por 777.000 euros

De 35 lotes expuestos, se han adjudicado ocho, formados por una plaza de aparcamiento y siete pisos

La Generalitat ha adjudicado este martes en subasta siete pisos y una plaza de aparcamiento procedentes de herencias intestadas (sin testamento ni herederos) por un importe total de 777.632 euros. Fuentes del Departamento de Economía de la Generalitat han precisado que el dinero recaudado se destinará a financiar proyectos sociales y culturales sin ánimo de lucro.

En la subasta, que se ha celebrado en la sala de actos de la dirección general de Patrimonio de la Generalitat, se sacaban a subasta 35 lotes, formados básicamente por pisos. Se trata de inmuebles que no se colocaron en la sub...

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La Generalitat ha adjudicado este martes en subasta siete pisos y una plaza de aparcamiento procedentes de herencias intestadas (sin testamento ni herederos) por un importe total de 777.632 euros. Fuentes del Departamento de Economía de la Generalitat han precisado que el dinero recaudado se destinará a financiar proyectos sociales y culturales sin ánimo de lucro.

En la subasta, que se ha celebrado en la sala de actos de la dirección general de Patrimonio de la Generalitat, se sacaban a subasta 35 lotes, formados básicamente por pisos. Se trata de inmuebles que no se colocaron en la subasta celebrada en abril, por lo cual el Gobierno catalán aplicó un descuento de un 20% al precio de salida de estos pisos.

Finalmente, de esos 35 lotes se han adjudicado ocho, formados por una plaza de aparcamiento y siete pisos, seis de ellos en Barcelona y otro en Cabrera de Mar (Barcelona). Estos siete lotes partían de un valor de salida de 701.443 euros, y se han acabado adjudicando por 777.632 euros, dada la competencia entre algunos ciudadanos por hacerse con algunos de ellos.

El dinero recaudado se destinará a financiar proyectos sociales y culturales sin ánimo de lucro

Cuando una persona muere sin dejar herederos ni testamento, y siempre que un juez haya declarado luego heredera a la Generalitat, la administración puede subastar los bienes para destinar el dinero recaudado a proyectos sociales y culturales sin ánimo de lucro. Una vez contabilizado el patrimonio, entra en juego la Junta Distribuidora de Herencias, en la que representantes del ayuntamiento donde vivió esa persona, del consejo comarcal, de la Diputación y del gobierno catalán determinan el destino de los fondos. La Junta siempre da prioridad a entidades que guarden una cierta proximidad geográfica o sentimental con el fallecido, y en ningún caso la Generalitat ni otra administración ganan dinero en el proceso.

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