Opinión

Universidades y empleo

Las universidades no son responsables del desempleo, pero sí lo son de la empleabilidad de sus titulados

El desempleo es, sin lugar a duda, el mayor problema de la Comunidad Valenciana, de España e incluso de Europa. Evidentemente la crisis económica ha acentuado el problema hasta límites dramáticos, pero el empleo en España ha sido problemático incluso en épocas recientes de “prosperidad”. En plena euforia económica, año 2006, una encuesta europea mostraba que los recientes graduados universitarios españoles tenían los salarios más bajos de todos los países encuestados, además de tener las tasas de temporalidad y desempleo más altas. El mercado laboral español, con crisis y sin crisis, nunca ha ...

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El desempleo es, sin lugar a duda, el mayor problema de la Comunidad Valenciana, de España e incluso de Europa. Evidentemente la crisis económica ha acentuado el problema hasta límites dramáticos, pero el empleo en España ha sido problemático incluso en épocas recientes de “prosperidad”. En plena euforia económica, año 2006, una encuesta europea mostraba que los recientes graduados universitarios españoles tenían los salarios más bajos de todos los países encuestados, además de tener las tasas de temporalidad y desempleo más altas. El mercado laboral español, con crisis y sin crisis, nunca ha funcionado bien. Llevo años preguntándome el porqué y he de confesar que aún no he encontrado una respuesta satisfactoria. Pero si nos centramos en el empleo de los graduados universitarios, que es lo que abordamos aquí, si tengo dos respuestas que, aunque son parciales, explican parte del problema.

Una primera razón está del lado de la oferta: la economía española está lejos de ser una economía basada en el conocimiento. El nivel tecnológico y organizativo de gran parte de la economía española no es suficiente para absorber una mano de obra altamente cualificada como puede ser la universitaria. Y cuando la absorbe, lo hace con salarios bajos y condiciones precarias. La segunda razón está del lado de la demanda: la empleabilidad (las capacidades, conocimientos, y actitudes respecto al trabajo) de los titulados universitarios españoles no es la óptima para una economía innovadora, globalizada y cambiante.

Las universidades no son responsables del desempleo, pero sí lo son de la empleabilidad de sus titulados. Hay que recordar que el objetivo explícito del Proceso de Bolonia era mejorar la competitividad, la movilidad y la empleabilidad en la educación superior europea. Lo de los tres ciclos o los créditos, por ejemplo, eran solo instrumentos para aquel fin. Es decir, mucho antes del inicio de esta crisis, la empleabilidad de los graduados ya era un objetivo esencial de todo el proceso de reformas abordado en las universidades europeas.

Conscientes de este problema y de la responsabilidad social que les corresponde, las universidades valencianas y la Generalitat, a través de la Agència Valenciana d’Avaluació i Prospectiva (AVAP), están finalizando el Libro Verde sobre la Empleabilidad de los titulados universitarios de la Comunitat Valenciana. Un estudio que cuenta con la implicación activa de todas las universidades, públicas y privadas, y en el que han participado más de cinco mil titulados, profesores y empleadores, contestando a encuestas en las que se les preguntaba sobre su experiencia de aprendizaje en la universidad y sus primeros contactos con el trabajo, en el caso de los graduados; sobre cómo enseñan y qué creen que es importante que los estudiantes aprendan, en el de los docentes; y sobre cuáles son las competencias que necesitan los titulados en el caso de los empleadores.

Los resultados de las tres encuestas están ahora en fase de análisis y discusión con los representantes de las universidades valencianas y con un comité de expertos, pero las primeras impresiones permiten ser moderadamente optimistas. Por ejemplo, se aprecia una gran coincidencia entre graduados, profesores y empleadores acerca de dónde están los problemas y de cuáles son los déficits formativos para mejorar la empleabilidad, lo que hará mucho más fácil proponer soluciones. Una segunda impresión, también favorable, es que las cosas están cambiando a mejor. Se ha detectado en los graduados valencianos opiniones más positivas hacia el aprendizaje recibido que el que manifestaban hace unos pocos años y, además, las opiniones del profesorado están también notablemente más adaptadas a la realidad del mercado laboral.

Aunque todavía queda por avanzar, las universidades y las administraciones educativas valencianas están reforzado su compromiso con la empleabilidad de los titulados. Cabe esperar que los resultados finales del Libro Verde, traducidos en recomendaciones para todos los actores, sean una guía consensuada para progresar en la mejora de la empleabilidad de los jóvenes graduados valencianos. En la situación que vivimos actualmente, no hacerlo sería un crimen.

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José-Ginés Mora es profesor de la Universidad de Londres

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