El pacto del azulejo garantiza la paz hasta 2016

Acuerdo de patronal y sindicatos sobre el convenio del sector

El principio de acuerdo alcanzado la noche del viernes entre patronal y sindicatos del sector cerámico garantiza la paz social hasta el fin de 2016, fecha máxima en la que podrá estar en vigor el nuevo convenio colectivo. La negociación, que se ha prolongado durante más de 15, ha sido para los sindicatos la “más dura y complicada” que recuerdan por la entrada en vigor de la reforma laboral y, sobre todo, la caducidad de los convenios que esta introduce. El bloqueo llevó a los sindicatos a convocar una huelga de tres días en diciembre que se iba a retomar la próxima semana.

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El principio de acuerdo alcanzado la noche del viernes entre patronal y sindicatos del sector cerámico garantiza la paz social hasta el fin de 2016, fecha máxima en la que podrá estar en vigor el nuevo convenio colectivo. La negociación, que se ha prolongado durante más de 15, ha sido para los sindicatos la “más dura y complicada” que recuerdan por la entrada en vigor de la reforma laboral y, sobre todo, la caducidad de los convenios que esta introduce. El bloqueo llevó a los sindicatos a convocar una huelga de tres días en diciembre que se iba a retomar la próxima semana.

"La reforma supone la eliminación de la ultraactividad, con lo que la fecha de caducidad del convenio es una presión increíble para la negociación”, explicó ayer el secretario general de MCA-UGT en Castellón, Vicente Chiva. Está previsto que el pacto se haga oficial el 23 de enero. De no ser así, el actual convenio finalizará en julio y el sector y sus 15.000 asalariados pasarían a estar regulados por el Estatuto de los Trabajadores o convenios de empresa.

Esta caducidad ponía a los sindicatos en una posición más débil frente a la patronal. Pese a ello, los representantes de CC OO y UGT han ampliado la duración del convenio hasta 2014 (inicialmente se propuso hasta 2013) y alargado un año más la caducidad. "Tendremos dos años para negociar el siguiente, así que podremos garantizar que habrá paz social hasta el fin de 2016", explicó Chiva.

 Victorias y derrotas

 La reforma laboral ha dejado poco margen más de maniobra. La patronal propuso una congelación salarial que ha sido rechazada de plano por los sindicatos hasta la reunión de este viernes. Hasta entonces reclamaban que, como mínimo, los salarios se igualaran al IPC. “Aún con el pago de los retrasos desde 2009, está claro que los trabajadores van a perder poder adquisitivo porque ya no se van a revisar las tablas en función a la subida del IPC”, recuerda Chiva. El pacto solo incluye un incremento del 1,8% para 2014.

Entre otras victorias sindicales, Chiva apunta la eliminación de la cláusula de absorción y la minimización del impacto de la flexibilidad horaria. Entre las derrotas, la congelación salarial y la no revisión conforme al IPC.

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