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Los 12 momentos de 2012

Lágrimas de Aguirre y de desahuciados. Una fiesta mortal. Diputados díscolos. Mineros, médicos y profesores. El año de las protestas y los recortes

Mañana del 26 de abril. Jonatan Torres abrazaba a su abuelo Vicente al enterarse de que habían ganado la batalla al desahucio que amenazaba con dejarlos en la calle. El anciano, enfermo de corazón, había avalado en 2004 a su único hijo para que se comprara una vivienda. Cuando el padre de Jonatan dejó de pagar las cuotas del préstamo, Citibank inició los trámites de desahucio. Finalmente Vicente, de 78 años, logró un acuerdo para seguir en su piso de Carabanchel durante cinco años con un alquiler de 150 euros. Como reconocieron en su día, no lo hubieran conseguido sin la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Madrid (PAH), de los vecinos del barrio y del 15-M, que unieron sus fuerzas contra este drama social. Solamente en Madrid, el movimiento antidesahucios ha logrado paralizar este año casi 200 lanzamientos y ha conseguido abrir el debate entre los partidos políticos. El 15 de noviembre el Gobierno central aprobó una serie de medidas para paliar los efectos de los desahucios entre las que destaca una moratoria de dos años para las familias más vulnerables. Pero estas medidas no contemplan los principales reclamos de la PAH: ni aluden a la dación en pago ni suponen un cambio en las leyes que regulan el proceso del desalojo. FOTO: ÁLVARO GARCÍA / TEXTO: MARÍA HERVÁS
3.32 del 1 de noviembre. Uno de los cuatro pasillos de dos metros y medio de ancho que servían para entrar y salir de la pista del Madrid Arena se bloqueó al caer al suelo varias personas y amontonarse sobre ellas hasta cinco o seis como sacos de arena. Cinco chicas de 17 a 20 años se dejaron allí la vida. Se celebraba una fiesta de Halloween con un aforo máximo de 10.500 personas. Sin embargo, la investigación judicial indica que el organizador, Miguel Ángel Flores, vendió 16.791 entradas. Esa madrugada, podría haber en la pista hasta 15.000. Flores está imputado por el juez, que lo puso el viernes en libertad después de que abonara en pocas horas una fianza de 200.000 euros impuesta por riesgo de fuga. También están imputados los encargados de la seguridad y el control de aforo del recinto esa noche; y el concejal Pedro Calvo, como responsable político de que el Ayuntamiento de Madrid alquilara el pabellón a Flores. La comisión de investigación impulsada por el líder municipal socialista, Jaime Lissavetzky desveló sombras en la actuación del Samur y la Policía Municipal. Además, el Ayuntamiento sabía desde 2010 que el Madrid Arena tenía fallos de seguridad, pero siguió alquilándolo sin solventarlos. La regidora ha prohibido que se celebren macrofiestas y ha reducido notablemente el aforo de los recintos municipales; además, ha avanzado que privatizará la gestión del Madrid Arena. Pero pese a la estricta vigilancia policial y el celo extremo desplegado por el Ayuntamiento tras la tragedia para enjuagar su imagen, Madrid ha vivido de sobresalto en sobresalto: el festival Primavera Club ha emigrado a Francia tras sufrir un fuerte recorte de aforo de última hora; el rastrillo benéfico Nuevo Futuro estuvo a un tris de suspenderse por falta de seguridad. Y la policía paró y tuvo que reanudar ante las protestas del público el acceso a un concierto en Vistalegre, que lleva meses con el plan de seguridad caducado.FOTO CEDIDA POR ESTEFANÍA SA / TEXTO: BRUNO G. GALLO
19.30 del 7 de agosto. Un estruendo rompe la tranquilidad de una soleada tarde de verano en las cocheras de Metrosur en Loranca (Móstoles). El gerente de mantenimiento de ciclo corto de Metro José Manuel Pérez García, de 36 años, y la canguro suiza Jeanne A., de 17, pierden la vida en el choque del metro M-8403 que circula por los 800 metros de una vía muerta. En el siniestro también resultan heridos la esposa del gerente y el hijo de ambos. La tragedia es el resultado de una temeridad, porque está prohibido que personas ajenas a Metro entren en el espacio donde se arreglan y duermen los convoyes. Sin embargo, minutos antes, Pérez había pedido las llaves para coger un metro al jefe de depósito, que no pudo decirle que no a su superior. El gerente lleva el tren al principio de la vía muerta y choca tras recorrer más de 500 metros. La cabina queda hecha un amasijo de hierros a los pies de un talud ubicado al final de la vía. Sus 4,5 metros cuadrados terminan en la parte delantera del espacio destinado a los pasajeros. No hay ni llamas ni explosiones. Solo hierros doblados y una catenaria —el cable que transmite la energía eléctrica— derribada. La extracción de los cuerpos se convierte en una tarea difícil. Los bomberos tienen problemas para cortar la chapa del convoy convertido en un acordeón. A las diez de la noche termina el operativo después de que la Policía Científica haya recogido las grabaciones de las cámaras de seguridad.FOTO: LUIS SEVILLANO / TEXTO: F. JAVIER BARROSO
Algún momento del 6 de mayo. Un millar de hectáreas al norte de Alcorcón son el destino preferido para albergar Eurovegas, el megacomplejo de casinos, hoteles y congresos que Las Vegas Sands Corporation construirá en la región tras descartar a Barcelona. La elección final se espera para enero y, aunque también compiten las candidaturas de Valdecarros y Paracuellos del Jarama, la ciudad que gobierna David Pérez (PP) es la gran favorita. La estampa de Sheldon Adelson, señor de los casinos y 14ª fortuna mundial, inspeccionando los terrenos el 6 de mayo corrobora las impresiones al respecto. La misma Esperanza Aguirre lo ha dejado caer: su “intuición” es que Eurovegas irá a Alcorcón. Pese a que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid anulara tres semanas después los acuerdos de 2008 que convertían en urbanizables 1.231 hectáreas que de momento —la Comunidad ha recurrido al Supremo— vuelven a ser rústicas. El examen de Adelson fue una visita de apenas cuatro horas que vale una docena de hoteles, seis casinos, miles de millones y hasta 250.000 empleos, según las cifras más optimistas. Le acompañaron su esposa, Miriam Ochsorn; Pérez, Jesús Sainz (presidente de Promomadrid), Percival Manglano (exconsejero de Economía y Hacienda), Pablo Cavero (consejero de Transportes) y David Hatchwell, vicepresidente de los judíos de España. Cuatro meses más tarde, Las Vegas Sands elegía a Madrid como “localización preferente”. En diciembre de 2013 está previsto que se coloque la primera piedra de un proyecto al que sus detractores ven mitad centro de perdición mitad brindis al sol, y sus defensores como la oportunidad de hacer de Madrid la capital de los congresos del sur de Europa. Aunque el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, asegura que el juego solo representará al 3% del negocio que mueva Eurovegas, la batería de medidas fiscales y administrativas aprobadas por la Comunidad dan a entender que será mucho más.FOTO: COMUNIDAD DE MADRID / TEXTO: JOSÉ MARCOS
Mañana del 10 de septiembre. Tenía que ser otro de esos actos perfectamente sincronizados. Visita, recorrido, planos amables con niños para las cámaras de televisión y vuelta al coche oficial. La presidenta Aguirre llegó al colegio público Virgen de Navalazarza (San Agustín de Guadalix) con un anuncio preciado bajo el brazo: todos los nuevos colegios públicos serán bilingües. Sandra Peralta, madre de dos hijos y ama de casa en un hogar con economía maltrecha, se encontró con la comitiva a la puerta del centro al que iba para su hija a la lista de préstamos de libros. Madrid ha eliminado las ayudas a textos (que recibían 310.000 familias) y ha reducido un tercio del presupuesto para becas de comedor. A cambio, se abren los comedores para las familias que den a sus hijos comida en una tartera, pagando hasta 3,80 euros, menos que un diputado madrileño por su menú en el Parlamento regional. Un grupo de profesores de la marea verde protestaba junto al acceso. Una protesta más de entre miles. Este año la Comunidad de Madrid ha perdido docentes, ha cerrado colegios, ha aumentado las tasas universitarias, recortado presupuestos… Las movilizaciones han ganado en contundencia mientras algunos directores de instituto han confesado que es “imposible” garantizar la limpieza y los rectores universitarios se han declarado en rebeldía contra los recortes. Los manifestantes de aquella mañana llevaban tuppers como símbolo de protesta. Y le dieron uno a Peralta. “Se lo entregaré a Aguirre cuando salga y le preguntaré si llevaría a su hijo con comida para recalentar al colegio”, pensó. Pero el cordón de seguridad le impidió acercarse a la presidenta. Y la mujer lanzó la tartera al paso sin pensar en las consecuencias. Acto reflejo. Aún avergonzada, mientras las redes sociales desbordaban con las imágenes su gesto, la mujer reflexionaba: “A los pobres no se les puede reventar así”.FOTO: SANTI BURGOS / TEXTO: PILAR ÁLVAREZ
Noche del 10 de julio. Madrid parecía muerta. Los recortes y la crisis habían enterrado el ánimo ciudadano y lo peor se veía ya como sinónimo de lo inevitable. Entonces llegaron los mineros, caminando desde sus cuencas secas de ayudas al carbón en Aragón y Asturias para reivindicar un poco de épica obrera. Durante 19 días les precedieron relatos sobre ampollas sangrantes y abrazos solidarios en cada pueblo del camino. Y el 10 de julio al fin entraron en el centro de Madrid. Desde Moncloa hasta Sol las calles de la ciudad se colapsaron para ovacionar a los caminantes coronados con las linternas del casco prendidas. Sin convocatorias ni anuncios: un golpe de rabia espontánea. Al paso de la marcha negra hubo aplausos, lágrimas y silencios respetuosos. En Sol se escuchó un Santa Bárbara bendita de gargantas rotas. Los mineros pelearon por su pan y su forma de vida, y perdieron: sin darles tiempos a descansar, se confirmó que el Gobierno retiraba las ayudas a la producción de carbón. Quedó la luz romántica de la que tiñeron Madrid aquella noche de verano como un anuncio del endurecimiento de las protestas. FOTO: ULY MARTÍN / TEXTO: JERÓNIMO ANDREU
Noche del 25 de septiembre. De derechas, formal, encargado de un bar de los de toda la vida. Alberto Casillas es uno de esos señores respetables a los que Mariano Rajoy parece dirigirse en todos sus discursos. Y como aconseja siempre el presidente, lo que el señor Casillas hizo aquella noche fue aplicar el sentido común. Concretamente impidió que un grupo de antidisturbios entrara en su bar buscando a un participante de la manifestación del 25-S. “Me daba miedo que se montara una masacre”, contaba al día siguiente Casillas. Los policías tenían un aspecto algo inquietante cargados de armaduras, porras y cascos con la visera bajada. Casillas se plantó a las puertas del bar y dejó claro que allí solo se iba a entrar por encima de su cadáver. “Se me había metido una marea de gente: viejos, niños…”, explicaba aún apurado. Casillas se convirtió en el símbolo de una España tranquila, incluso conservadora, que simpatizaba con las causas de los manifestantes y no terminaba de entender la contundencia policial a la hora de controlarlos. La noche que se hizo famoso miles de personas estaban intentando rodear el Congreso de los diputados para transmitir su desagrado por la gestión política de la crisis. Las protestas no han remitido desde entonces, hasta el punto de que la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, y el presidente de la Comunidad, Ignacio González, han pensado que lo mejor era pedir que se limitara el derecho de manifestación. Hace dos días el propio Mariano Rajoy tuvo que salir a expresar su oposición a la idea: eso no sería razonable. Tampoco constitucional ni fácilmente digerible para la población. FOTO: JASPER JUINEN (GETTY IMAGES) / TEXTO: J. ANDREU
Apertura del metro el 12 de marzo. Forrada. De arriba abajo. A la estación de Sol, la más transitada de la red, le cambiaron el nombre y el aspecto durante un mes en una campaña para promocionar un teléfono móvil. Carteles, fotografías, expositores, un caricaturista que pintaba sobre el teléfono… El consejero de Transportes, Pablo Cavero, se dejó dibujar y recorrió los andenes con los responsables de la empresa. Ante la polémica, defendió “la forma creativa” de aumentar los ingresos de Metro sin tocar el precio de los billetes. No quiso dar el coste de la operación publicitaria, pero el tiempo le ha quitado la razón. Dos meses después, los viajeros sufrían el tarifazo de la década, con una subida media del 11% y de casi el 30% para billetes como el abono de 10 viajes. Volvieron a subir en septiembre con el IVA al transporte. Y los ingresos por publicidad del año conocidos el 4 de diciembre, con 10 millones previstos, suponen menos de lo previsto. Mientras, Metro vive un periodo de agitación sin precedentes: huelgas, descenso de la frecuencia y nerviosismo ante un plan fantasma que podría suponer el fin del servicio a medianoche.FOTO: SAMUEL SÁNCHEZ / TEXTO: PILAR ÁLVAREZ
24.00 del 4 de diciembre. Volvió el negro. Una palanca y todo quedó congelado en el plató. Tenía que haber permanecido a oscuras, en luto, o con el cartel sobre una imagen fija de la torre de emisiones: “Nuestra programación se está viendo alterada a causa de la huelga convocada por los sindicatos CC OO, UGT y CGT”. La Comunidad de Madrid ha anunciado el despido de 925 trabajadores de una plantilla de 1.170. El plazo de las negociaciones termina la víspera de Reyes. Los despidos comenzarán a hacerse efectivos ese día. Sin embargo, en la madrugada del 4 de diciembre en el centro de la pantalla y durante horas no fue el cartel de huelga el que quedó congelado sino la imagen del día del expresidente de los empresarios, Gerardo Díaz Ferrán, detenido por alzamiento de bienes y blanqueo. Allí quedó, con la mirada perdida y el gesto circunspecto a su llegada al juzgado. Los trabajadores de Telemadrid acusan a los responsables de la cadena, con 240 millones de deuda, de arruinarla a base de malas decisiones y despilfarros.FOTO: ULY MARTÍN / TEXTO: PILAR ÁLVAREZ
11.25 del 27 de agosto. Lunes. Se desata el mayor incendio forestal de la región de las últimas décadas. Un pirómano arrojó desde una furgoneta blanca cuatro artefactos incendiarios en los márgenes de la carretera M-537, que une Robledo de Chavela con Valdemaqueda. Las altas temperaturas, la sequedad de la zona y una densa población de árboles se alían para que el fuego alcance en minutos dimensiones espectaculares. Una densa columna de humo negro es visible desde kilómetros de distancia. El pirómano sabía perfectamente dónde lanzaba los explosivos: tres en la zona sur y el cuarto al norte, en una mezcla de superficie forestal y urbana. Pese a que los vecinos dieron aviso de inmediato, la falta de helicópteros y otros medios de extinción imprescindibles hace que la intervención de los bomberos arranque tarde, dando tiempo a que el fuego corra colina arriba. Trepa tan rápido que es necesario desalojar algunas urbanizaciones, como La Suiza Española o Río Cofio. La presa de Robledo está además vacía. Las llamas llegan hasta el municipio de Santa María de la Alameda, lo que supone unas 1.500 hectáreas arrasadas. Los bomberos, las brigadas forestales y la Unidad Militar de Emergencias se ven incapaces de acceder a lugares escarpados, por lo que tardan cuatro días en dar por extinguido el fuego. Atrás quedan miles de árboles destrozados y una amplísima zona devastada. Hasta la fecha no hay detenidos por un atentado forestal en el que, al menos, no hubo víctimas humanas.FOTO: LUIS SEVILLANO / TEXTO: F. JAVIER BARROSO
17.21 del 27 de diciembre. La Asamblea de Madrid vota una ley decisiva para la sanidad pública, la que permitirá algo inédito en la región y en España: que seis hospitales inaugurados en 2008 y 27 centros de salud se vacíen de personal público y vean entregada su gestión a empresas privadas. Una decisión del Gobierno regional que ha provocado una movilización histórica del colectivo sanitario, con los médicos —poco dados a protestar en público— haciendo huelga indefinida durante cinco semanas, llenando la calle con sus batas blancas y dejando 40.000 consultas suspendidas y 6.000 operaciones aplazadas. Mientras se vota, el 27 de diciembre, el fotógrafo Álvaro García capta la imagen de dos diputados del PP, Bartolomé García e Isabel Redondo, entreteniéndose con una partida de Apalabrados, un juego online. Las redes sociales se llenan de muestras de indignación; ellos piden disculpas. De momento, no han recibido sanción. El mayor conflicto sanitario que vive la región, con cuatro multitudinarias mareas blancas de protesta en el centro de la capital y paros totales convocados por todos los sindicatos, cambia de estrategia al abandonar los médicos la huelga indefinida: ahora llega el turno de las dimisiones en masa de las direcciones de los centros y de los comités consultivos. Medidas de presión para tratar de evitar lo que declaraciones públicas de todo tipo de sociedades científicas y colegios profesionales no han conseguido, que el Gobierno regional renuncie a privatizar la gestión de los hospitales escudándose en un mayor ahorro que sus cifras aún no han conseguido demostrar.FOTO: ÁLVARO GARCÍA / TEXTO: E. G. SEVILLANO