Las empresas gallegas abandonan la investigación

Cuando la crisis golpea, los primeros damnificados suelen ser los trabajadores. Pero cuando golpea a una economía débil o con escasos planes para el futuro, la I+D sufre otro tanto. Es lo que ha sucedido en Galicia, según los datos del informe económico Ardán editado por la Zona Franca de Vigo que ayer presentó su delegada, Teresa Pedrosa. El último número del estudio, algo así como la biblia de las empresas gallegas, muestra las profundas secuelas de la depresión económica en el terreno de la investigación: la inversión en innovación, medida en porcentaje sobre la cifra de negocio, que en 200...

Cuando la crisis golpea, los primeros damnificados suelen ser los trabajadores. Pero cuando golpea a una economía débil o con escasos planes para el futuro, la I+D sufre otro tanto. Es lo que ha sucedido en Galicia, según los datos del informe económico Ardán editado por la Zona Franca de Vigo que ayer presentó su delegada, Teresa Pedrosa. El último número del estudio, algo así como la biblia de las empresas gallegas, muestra las profundas secuelas de la depresión económica en el terreno de la investigación: la inversión en innovación, medida en porcentaje sobre la cifra de negocio, que en 2007 era del 1,12%, descendió tres años después al 0,88%. “Menos del 1%”, enfatizan los expertos. Ese es el suelo para cualquier economía desarrollada.

Quizá esta circunstancia explique la acusada pérdida de valor añadido que los autores han detectado en los años 2011 y el primer trimestre de 2012, con descensos superiores a la media española. Aunque, para ser exactos, en 2010 hubo una tímida recuperación, calificada por el economista Albino Prada (departamento de Economía Aplicada, Universidade de Vigo) como una “salida en falso”, de la crisis. Ese brote verde, si se lo puede llamar así, quedó diluido por acontecimientos posteriores. En ese contexto, las firmas de tamaño mediano y grande registraron crecimientos tímidos y se resistieron a perder empleo frente a las pequeñas, que se comportaron peor.

Los mimbres sobre los que el tejido industrial se desarrolla no están en absoluto debilitados. Ocurre con las infraestructuras. La crisis no ha afectado a la inversión pública y siguen transfiriéndose más recursos ( hasta el 2010, un 8% de inversión en los presupuestos generales con tasas de ejecución equivalentes a otras regiones) de los que teóricamente debería recibir Galicia por su peso socioeconómico. Pero el miedo se apodera de los emprendedores: ahora menos de la mitad de las personas que en 2007 estaban dispuestas a montar un negocio se atreven a hacerlo. “Estamos retrocediendo a tasas de hace años”, advirtió Santiago Lago (Universidade de Vigo), que reflexionó sobre el hecho de que la comunidad autónoma sea incapaz de atraer inversiones del exterior. Otro golpe que pronto se dejará sentir es la pérdida de convergencia respecto a la media de la UE después de una década brillante, en la que Galicia pasó de representar el 75% al 93%.

Zara y el resto

 En la batalla territorial, la todopoderosa matriz de Zara, Inditex, destaca por encima de cualquier otra industria por su capacidad de creación de riqueza, lo que ha desplazado definitivamente el crecimiento hacia el norte de la comunidad. De las diez primeras empresas por facturación con sede en Galicia, siete pertenecen al grupo de Amancio Ortega. La factoría viguesa de PSA Peugeot Citroën, en cualquier caso, es la empresa individual con mayores ventas (5.560 millones de euros). En ese top ten también se encontraban en 2010 la distribuidora Vegonsa y la constructora San José.

Por sectores, la construcción ocupa el segundo puesto en creación de valor, seguida por la automoción, agroalimentario, los transportes y los servicios empresariales. Eliminando la contribución del sector público y los servicios financieros (el Ardán no los incluye), el informe destaca que la provincia de A Coruña es la única que muestra tasas positivas de variación de ingresos y riqueza entre los años 2009 y 2010. Otra cosa será lo que pase a partir de ahora (y que el informe no recogerá), por la pérdida del tejido bancario tras la venta del Banco Pastor y la situación límite de Novagalicia y el Banco Gallego.

Por último, el profesor Xavier Labandeira analizó el aspecto medioambiental, donde “el 35%” de las empresas obtienen beneficios por mejorar sus prácticas.