Fabra y Puig buscan normalizar su relación pero no acuerdan nada

La cordialidad preside la primera entrevista entre los dos dirigentes políticos

Fabra y Puig en el Palau de la Generalitat.CARLES FRANCESC

Buenas palabras. El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y el secretario general del PSPV, Ximo Puig, intentaron el martes normalizar las relaciones en su primera entrevista oficial en el Palau de la Generalitat. Y si el objetivo era demostrar que pueden ser cordiales el uno con el otro, lo consiguieron. Pero nada más.

Tras una hora de reunión, ambos dirigentes solo coincidieron en unos cuantos lugares comunes, sin ningún destello que permita vislumbrar acuerdo alguno, aunque sea genérico, sobre los problemas que preocupan a los ciudadanos.

“Tenemos que ofrecer normalidad...

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Buenas palabras. El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y el secretario general del PSPV, Ximo Puig, intentaron el martes normalizar las relaciones en su primera entrevista oficial en el Palau de la Generalitat. Y si el objetivo era demostrar que pueden ser cordiales el uno con el otro, lo consiguieron. Pero nada más.

Tras una hora de reunión, ambos dirigentes solo coincidieron en unos cuantos lugares comunes, sin ningún destello que permita vislumbrar acuerdo alguno, aunque sea genérico, sobre los problemas que preocupan a los ciudadanos.

“Tenemos que ofrecer normalidad y tranquilidad y que hay dos formaciones políticas que están preocupadas por los ciudadanos”, aseguró el jefe del Consell, que resumió en tres los principios genéricos tratados: mejorar la financiación autonómica, abordar el problema del paro desde la responsabilidad y trabajar en grupo para mejorar la imagen de la Comunidad Valenciana.

“A mayor diálogo, mayor esperanza de lograr una salida de la crisis. He abordado la reunión desde la máxima responsabilidad”, dijo Puig, que ofreció a Fabra la posibilidad de alcanzar compromisos para lograr “una regeneración democrática” y “abrir un diálogo para la reconstrucción de la Comunidad Valenciana”.

Una vez que ambos descendieron a cosas concretas, la brecha se fue agrandando, aunque siempre desde la educación.

Puig volvió a pedir una comisión de investigación sobre Bankia (Bancaja) en las Cortes Valencianas para que los responsables asuman sus responsabilidades. Y Fabra, se volvió a negar. Si en los últimos días tuvo alguna tentación de facilitar información pública sobre lo sucedido en Bancaja, para que se vea que la entidad valenciana no es la única responsable del desastre de Bankia, la decisión del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de dar carpetazo al tema en la Junta Directiva Nacional del PP terminaron por aclarar las ideas del presidente de al Generalitat.

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“La responsabilidad sobre Bancaja le correspondía al Banco de España y al Ministerio de Economía [del Gobierno socialista] que autorizó la fusión [entre Caja Madrid y Bancaja”, prosiguió Fabra, “aquí estamos afrontando una situación que no se afrontó en su momento cuando se autorizó la fusión y no se hizo seguimiento”.

Nada dijo el presidente de la Generalitat del control del PP sobre las dos cajas de ahorro desde hace más de una década, ni sobre la salida a Bolsa de Bankia con el Gobierno de Mariano Rajoy. “La responsabilidad de Bancaja es del PP desde el año 1997 [cuando cambiaron la ley autonómica] y en primera persona de quienes han dirigido las cajas y han sacado mucho dinero”, remachó Puig.

Y si sobre la depuración de responsabilidades en Bankia y la desaparición del sistema financiero valenciano no hubo acuerdo, tampoco hubo ninguna aproximación en materia de empleo.

Puig propuso a Fabra movilizar el dinero que tienen las diputaciones provinciales para incentivar el empleo juvenil. Y Fabra replicó que el Consell ya dispone de su propio plan para crear empleo juvenil e ironizó sobre el protagonismo que ahora otorga el secretario general del PSPV a las Diputaciones, pese a que los socialistas reclamaron su desaparición.

¿Han acordado algo? le preguntaron a Puig. “Le he dado a Fabra alternativas concretas, será él quién decida”, indicó.

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