El Ejecutivo fía sus expectativas a la renacida ‘geometría variable’ de pactos

Quizá es la fotografía más aproximada de lo que Euskadi puede vivir en los meses que medien hasta las elecciones autónomicas: nadie del todo con nadie, pero tampoco del todo solo. Esa geometría variable está teniendo ejemplos ilustrativos, y en ella tiene también depositadas el PSE sus expectativas de no vivir un final demasiado agónico al frente del Ejecutivo. Los acuerdos con la oposición son tan posibles como “hace tres meses o un año”, señaló ayer la portavoz, ...

Quizá es la fotografía más aproximada de lo que Euskadi puede vivir en los meses que medien hasta las elecciones autónomicas: nadie del todo con nadie, pero tampoco del todo solo. Esa geometría variable está teniendo ejemplos ilustrativos, y en ella tiene también depositadas el PSE sus expectativas de no vivir un final demasiado agónico al frente del Ejecutivo. Los acuerdos con la oposición son tan posibles como “hace tres meses o un año”, señaló ayer la portavoz, Idoia Mendia. El consejero de Vivienda y líder de los socialistas guipuzcoanos, Iñaki Arriola, quien compareció junto a ella en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Gabinete, precisó que “todo dependerá de las voluntades”.

Arriola recordó que, aun teniendo garantizada la mayoría con el PP hasta la ruptura de su pacto hace una semana, en el trabajo parlamentario han intentado “los máximos consensos con los demás grupos”. Lo mismo hará en adelante. “El Gobierno no se arrastrará, pero vamos a ver cómo es la voluntad de los demás y si priorizan el interés general o cada uno su juego partidista”, sostuvo. Los retratos, en el Parlamento, añadió.

En esa geometría variable, el PNV parece el elemento constante de las combinaciones. Por un lado, se ha garantizado con el PP mantener su predominio en el Consejo de Administración de Kutxabank, repitiendo el acuerdo de ambas formaciones en diciembre. Por otro, su portavoz en el Congreso, Josu Erkoreka, se alineó ayer con las tesis de Patxi López al anunciar el voto negativo de su partido al decreto que recoge los recortes sociales.

El Gobierno reclama

El primer acuerdo mereció la reprobación del Ejecutivo, cuyo intento de librar al nuevo banco de “la patrimonialización” histórica peneuvista de las cajas y de introducir una representación más plural a través del Parlamento sepultan el PNV y el PP. “Los dos partidos de derechas se ponen de acuerdo”, destacó Mendia. Para Arriola solo servirá para “perpetuar la hegemonía absoluta” del PNV en la entidad, en algo que “no es un reflejo de la realidad social”.

Respecto de los recortes, y aunque el Ejecutivo prepara ya su anunciado recurso de inconstitucionalidad, Erkoreka le instó a explorar “vías jurídicas” que defiendan al sistema vasco de salud de “la destrucción” que teme en el del resto de España.

Mendia sostuvo que el recurso se prepara cuidadosamente para “no hacer el ridículo” ni ante la Comisión Mixta con el Gobierno central que se constituirá primero, ni ante el Constitucional. Y reiteró que en Euskadi están descartadas medidas como las anunciadas ayer por el presidente catalán, el convergente Artur Mas.

Aun en una situación económica “francamente mala”, el ahorro ya realizado por el Ejecutivo le permite sostener servicios y seguir incluso construyendo hospitales o realizando obras en otros, como el de Cruces, “que debieron hacer anteriores Gobiernos, cuando había más dinero”, reprochó.

Arriola: “Veremos si los demás priorizan el interés general o el partidista”

Arriola, a quien se le notó el mando en plaza dentro del partido, se mostró más incisivo aún y rechazó del PNV “lecciones al Gobierno sobre el sostenimiento de Osakidetza”. Recordó que fue un consejero socialista —José Manuel Freire—, quien creó el Servicio Vasco de Salud, que fue “un modelo de gestión moderna y eficiente para el conjunto de España”. Después contraatacó: además de exigir al Ejecutivo, el PNV debe decir cómo recaudar dinero para pagar. “Llevan dos años rechazando ese debate. No se puede pedir al Gobierno que mantenga los servicios públicos y negarse a hablar de ingresos y fiscalidad”.