El trío The Bad Plus cierra un ciclo de jazz contemporáneo
La formación se reunió con el arranque de siglo y solo esperó un año para su estreno discográfico con The bad plus
Su jazz contemporáneo no se escapa de la música rock, el indie o la clásica hasta el punto que las versiones de temas muy conocidos de Radiohead, Bowie, Queen, Pixies o Neil Young se colaban en cada uno de sus discos. El trío estadounidense The Bad Plus pone en pausa las adaptaciones en su Never stop(Do The Math/Emarcy/Universal, 2010) para publicar por primera vez un disco solo con material propio, en el que, sin embargo, mantienen el gusto por las melodías del rock, el country o el swing.
El trío formado por Ethan Iverson al piano, Reid Anderson al bajo y David King a la bate...
Su jazz contemporáneo no se escapa de la música rock, el indie o la clásica hasta el punto que las versiones de temas muy conocidos de Radiohead, Bowie, Queen, Pixies o Neil Young se colaban en cada uno de sus discos. El trío estadounidense The Bad Plus pone en pausa las adaptaciones en su Never stop(Do The Math/Emarcy/Universal, 2010) para publicar por primera vez un disco solo con material propio, en el que, sin embargo, mantienen el gusto por las melodías del rock, el country o el swing.
El trío formado por Ethan Iverson al piano, Reid Anderson al bajo y David King a la batería cierra el domingo en Santiago (a las 20.00 h. en el Teatro Principal con entradas a 15 y 18 euros) los ciclos Jazz in Blue y 1906, que han llevado a Santiago las actuaciones de grandes formaciones que marcan el jazz actual como la de Erik Truffaz 4tet y Joe Lovano Quartet.
La formación se reunió con el arranque de siglo y solo esperó un año para su estreno discográfico con The bad plus (2001). King y Anderson, sin embargo, se conocían desde su época del instituto en Minnesota, cuando tocaban en bandas de rock, y que ya habían tenido un acercamiento en 1989. En 12 años ha firmado nueve discos (dos de ellos, directos) que los confirman como uno de los mejores tríos a la hora de deconstruir e improvisar sobre melodías del jazz más allá de los sesenta, el rock, la electrónica o la clásica. Las cuidadas carátulas de sus discos reflejan también un gusto por la estética pop, pero no es hasta Never stop, su disco más personal, cuando protagonizan la portada