Pau Vallvé: “Mi personaje histórico favorito es Espinete”

El cantante barcelonés, convertido en fenómeno musical en Cataluña, presenta en gira su nuevo disco, un canto al hedonismo pospandémico

SÍLVIA POCH

Desde que debutó en 2010, Pau Vallvé (Barcelona, 1981) se ha ido ganando cada vez más adeptos con su pop artesanal de letras sofisticadas y aceptablemente melancólicas. En su nuevo disco, :), deja de lado cualquier atisbo de nostalgia para celebrar la vida después del bache de la pandemia. Es un canto a la felicidad reencontrada, a las virtudes del hedonismo y a los placeres discretos de la vida en común, que el cantante presentará en concierto hasta el final del verano.

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Desde que debutó en 2010, Pau Vallvé (Barcelona, 1981) se ha ido ganando cada vez más adeptos con su pop artesanal de letras sofisticadas y aceptablemente melancólicas. En su nuevo disco, :), deja de lado cualquier atisbo de nostalgia para celebrar la vida después del bache de la pandemia. Es un canto a la felicidad reencontrada, a las virtudes del hedonismo y a los placeres discretos de la vida en común, que el cantante presentará en concierto hasta el final del verano.

Dice que este es un disco “pospandemia” y “precolapso”. ¿No quedamos en que era su álbum más alegre?

Precisamente, trata del hedonismo de quien consigue vivir en el presente sin preocuparse por el futuro ni mirar nostálgicamente el pasado. No es mi caso, pero molaría, ¿no? Pues de eso va mi disco.

Se fue a escribirlo a Menorca, de todos los lugares. ¿Qué excusa se buscó para justificarlo?

No fue buscado, fue una casualidad. Un amigo me dejó su casa un mes de enero entero. Y claro, en Menorca pocas cosas puedes hacer tu solo un mes de enero, así que me puse a escribir y salió esto.

Sus primeros discos los grabó con una discográfica. ¿Por qué ahora se autoedita?

Después de 13 discos que iban bien de público, pero que salían siempre a pagar, dije basta. Desde que me lo llevo todo yo, vivo de esto. Simplemente eliminé los porcentajes de los intermediarios y los cambié por muchas horas de trabajo de oficina. Me compensa.

¿Qué porcentaje de su música es autobiográfica?

Yo solo sé escribir de las cosas que me pasan. No me sé inventar historias.

En el disco se opone al sarcasmo, sinónimo de “tristeza e inseguridad”. ¿Qué alternativa propone?

Construir en vez de destruir. Sumar en vez de restar. Ya suficientemente difícil es crear o creer en algo actualmente, como para que encima otro venga a restar desde su comodidad de no aportar nada. Queda muy bien criticar cosas, pero encuentro más interesante y valiente hacerlo en positivo, arriesgarse a decir en qué sí crees, qué es lo que sí te gusta.

¿Le gustaría grabar un disco en otras lenguas que el catalán, o le parecería postizo?

Yo, como casi todos aquí, empecé cantando en inglés. Pero enseguida me di cuenta de que era una impostura y que si quería realmente ser sincero y hacer algo de verdad debía hacerlo con el idioma en el que pienso, siento y sueño. No lo elegí, sencillamente es el mío.

¿Qué pregunta no le hacen nunca en las entrevistas y le gustaría que le hicieran?

Son ya 18 discos, creo que me las han hecho todas. Hasta me preguntaron una vez quién mataría, con quien me casaría y quien me follaría de una lista de gente, en directo, en la radio. Periodismo de calidad.

¿Cuál es la mejor crítica que ha recibido?

Siempre he tenido mucha suerte con el público y con la crítica, quizá demasiada. Mi síndrome del impostor sale a flote cuando leo críticas. En realidad, soy batería. El resto es solamente hasta que me descubran.

¿Y la más demoledora?

Dolieron un poco esas en las que te dabas cuenta de que ese crítico no había estado en el concierto del que hablaba o no se había escuchado el disco que reseñaba. Periodismo de calidad.

¿Quiénes son sus tres músicos o bandas de referencia?

The Beatles, Radiohead y los primeros discos de Richard Swift.

¿Qué canción suena en bucle en su cabeza en este momento?

Pra te acalmar, de Marcelo Camelo.

¿Mozart o Beethoven?

Mozart. Lacrimosa no se puede superar.

¿Serrat o Camarón?

No controlo a ninguno de los dos, pero diré Camarón, venga.

¿Chavela Vargas o Taylor Swift?

Tampoco las controlo, pero Taylor Swift, que si no la elijo un buen amigo que la adora me matará.

¿Cuál es la película que ha visto más veces?

Cariño, he encogido a los niños, de Joe Johnston. La habré visto unas mil veces.

¿Y una que le recuerde a su juventud?

Atrapado en el tiempo, de Harold Ramis.

¿Qué actor querría que le interpretara en un biopic sobre su vida?

Sin ninguna duda, el que hacía de Alf.

¿Un estreno reciente que le fascinara?

El triángulo de la tristeza me encantó.

Cite sus tres series favoritas de todos los tiempos.

Fleabag, En terapia y The Office.

¿Y cuál fue la última que vio del tirón?

The Last Of Us.

¿Qué libro tiene ahora mismo en su mesilla de noche?

Mañana, y mañana y mañana, de Gabrielle Zevin.

¿Y uno que no lograra terminar?

Teoría de la comunicación humana, de Paul Watzlawick, pero lo conseguiré.

Recomiéndenos un cómic

Creo que nunca me leí un cómic.

¿Cuál es su librería de referencia?

Taifa, en la calle Verdi de Gràcia, en Barcelona.

¿La última obra teatral que ha visto?

Hedda Gabler, en el Teatre Lliure.

¿En qué museo se quedaría a vivir?

De hecho, ya viví un mes en uno. En la Fundació Miró de Barcelona, cuando formaba parte de la banda Standstill. Hicimos una instalación allí que consistía en vivir y ensayar allí dentro de una jaula de cristal y la gente podía ver como trabajábamos.

¿Cuál es su personaje histórico favorito?

Espinete.

¿Qué trabajo no aceptaría jamás?

En caso de necesidad extrema no diría que no a nada.

¿Qué está socialmente sobrevalorado?

Ser famoso.

De no ser músico, le habría gustado ser…

Estudié Bellas Artes, pero en lo que era bueno (y federado) era como jugador de ping pong.

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