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‘Göteborg’: la teoría sueca del amor

El montaje de Jordi Casanovas es como ‘Regreso al futuro’ en versión teatral, habla de esa posibilidad de cambiar nuestro pasado que muchos hemos deseado

El amor, el tiempo y las segundas oportunidades son temas que nunca pasan de moda. La fatídica pregunta “¿Qué hubiera pasado si…?” puede llegar a martirizarnos. La sociedad se divide entre los conformistas y los aventureros: los que se aferran a la primera relación de su vida como a una tabla salvavidas y los que prefieren ir picando de flor en flor. No es lo más habitual que Jordi Casanovas estrene un texto ...

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El amor, el tiempo y las segundas oportunidades son temas que nunca pasan de moda. La fatídica pregunta “¿Qué hubiera pasado si…?” puede llegar a martirizarnos. La sociedad se divide entre los conformistas y los aventureros: los que se aferran a la primera relación de su vida como a una tabla salvavidas y los que prefieren ir picando de flor en flor. No es lo más habitual que Jordi Casanovas estrene un texto basado en el amor, pero Göteborg se asemeja a algunas de sus obras anteriores: personajes inteligentes que cuestionan su presente, viajes al pasado que van del flashback a la física cuántica, la cultura popular como determinante de una generación... Göteborg nos cuenta el (re)encuentro de una noche entre Paula y Sergi, dos personas que pasaron unos días en la ciudad sueca cuando eran adolescentes.

Roger Coma, uno de los actores que mejor encarna el rol de “catalán aturdido” es Sergi, un hombre que se encuentra tranquilamente en casa en pijama y batín cuando recibe la visita de Paula, interpretada por Maria Molins. La mujer tiene una misión, y su arma secreta es un diario escrito por ella misma cuando tenía dieciocho años: un viaje de fin de curso a Suecia, un concierto de Depeche Mode y una noche de la cual, por culpa del schnapps, no tiene constancia escrita. Juntos intentarán reconstruir qué pasó treinta y dos años atrás, y las escenas del pasado estarán interpretados por Jan Mediavilla y Berta Rabascall en los roles de Sergi y Paula adolescentes.

La comedia va de menos a más, con dos personajes bien definidos que representan dos estilos de vida: Sergi es brillante, analítico y obsesivo (una especie de Sheldon Cooper en The Big Bang Theory), Paula es impulsiva, independiente y rebelde. Sus maneras de ver la vida chocan con las propias promesas del amor romántico en la sociedad occidental: Paula huyó al norte, creyendo que la conocida como “teoría sueca del amor”, que defiende que cada individuo tiene que ser feliz de forma autónoma, le salvaría. Sergi se ha quedado, en cierto modo, resignado con la vida que le ha tocado vivir, pero esta noche todo puede cambiar: tienen la posibilidad literal de modificar el pasado. Entre las películas de Michel Gondry y el retrato sociológico y sentimental de la Generación X, Jordi Casanovas plantea una comedia más de sonrisa que de carcajada que nos puede interpelar a todos.

Los jóvenes Rabascall y Mediavilla defienden muy bien sus roles, aunque un pelín estereotipados y con pocas escenas, mientras que sus versiones adultas tienen arcos de personaje más desarrollados. Maria Molins está un poco monótona en el primer tramo del espectáculo, tanto de tono como de expresión corporal, y las revelaciones de su personaje suenan un poco inverosímiles. La nostalgia del futuro y la idealización de la juventud llegarán a su culmen en el tramo final del montaje, cuando Casanovas se pone más imaginativo y planea un encuentro muy bonito entre los personajes en sus distintas edades. Como Regreso al futuro en versión teatral, o la posibilidad de cambiar nuestro pasado que muchos hemos deseado. ¿Nos atreveríamos a hacerlo?

Göteborg

Texto y dirección de Jordi Casanovas

Intérpretes: Maria Molins, Roger Coma, Berta Rabascall y Jan Mediavilla.

La Villarroel. Barcelona. Hasta el 1 de febrero

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