Lucía Carballal, dramaturga: “Hoy tendemos a ser muy infantiles. Reactivos más que reflexivos”
‘Los nuestros’, obra de una de las autoras y directoras de escena del momento, llega al Teatre Nacional de Catalunya
Lucía Carballal (Madrid, 1984) es una de las autoras y directoras de escena del momento. Su obra Los nuestros, estrenada a principios de año en el Centro Dramático Nacional, llega al Teatre Nacional de Catalunya este 21 de noviembre.
¿Cuándo supo que se dedicaría al teatro? Iba a clases de teatro desde los 15 años y a los 19 escribí una obra de teatro para un grupo universitario. Ya nunca lo dejé. Cuando abandonaba el teatro me desorientaba....
Lucía Carballal (Madrid, 1984) es una de las autoras y directoras de escena del momento. Su obra Los nuestros, estrenada a principios de año en el Centro Dramático Nacional, llega al Teatre Nacional de Catalunya este 21 de noviembre.
¿Cuándo supo que se dedicaría al teatro? Iba a clases de teatro desde los 15 años y a los 19 escribí una obra de teatro para un grupo universitario. Ya nunca lo dejé. Cuando abandonaba el teatro me desorientaba.
¿Cuáles son sus tres dramaturgos de cabecera? Anton Chéjov, Bertolt Brecht, Pascal Rambert. Aunque quizá el impulso más íntimo lo he encontrado en algunas dramaturgas británicas de mi generación: Ella Hickson, Alice Birch, Annie Baker…
¿Hay algún clásico que haya descubierto recientemente? Hace un par de años escribí y dirigí una obra que establecía un diálogo con El castillo de Lindabridis de Calderón de la Barca, en la Compañía Nacional de Teatro Clásico. El Siglo de Oro te obliga a mejorar. Hacía muchos años que no lo miraba.
¿Qué texto siente que es imposible representar? Imposible, ninguno… Otra cosa es que uno no encuentre una veta por la que poderle entrar. Que no te importe, vamos. Eso sí es un problema y como directora saldría corriendo.
¿Qué le resulta hoy patético? Bueno, tendemos a ser muy infantiles, ¿no? Reactivos más que reflexivos. Le pedimos diálogo a nuestros gobernantes, y eso está bien porque es su obligación; pero es interesante pensar, al mismo tiempo, cómo reaccionamos nosotros cuando tenemos delante a alguien que no nos da la razón. Escuchar es una práctica muy incómoda, requiere esfuerzo. El teatro lo sabe.
¿Qué cualidad valora más en un texto teatral? Siempre se ha dicho que un buen texto teatral es aquel que logra perdurar, pasar a la posteridad. Yo sin embargo valoro la capacidad de mover el presente, especialmente ahora que estamos tan distraídos. Convocar a la ciudad, como dice Juan Mayorga, invitarla a mirarse, es ya un logro enorme.
¿Cuál es la última obra teatral que le ha emocionado? La gaviota de Chéjov, dirigida por Thomas Ostermeier en la Schaubühne de Berlín. El acomodador se equivocó y me sentó en primera fila. Lloré muchísimo.
¿Cuál es el mejor halago que ha recibido por su trabajo? “Me apetece volver a trabajar contigo”.
¿Y el más extravagante? A veces he escrito personajes con idearios o conductas que me producen mucho rechazo y me han dicho que lo he hecho muy bien. Más que un halago extravagante, puede ser perturbador. Virginie Despentes habló sobre esto a raíz de su trilogía Vernon Subutex y dijo algo así como que escribir al villano, jugar a ser el villano en la literatura, es una manera de vencerlo durante un rato.
¿Qué libro tiene ahora mismo abierto en la mesilla de noche? Llego tardísimo, pero estoy leyendo La mala costumbre, de Alana S. Portero. Es un libro maravilloso, como ya sabe mucha gente.
¿Uno que no pudo terminar? La vida instrucciones de uso, de Perec. Sentí que fallé a muchos amigos para los que esa novela es sagrada…
¿Su película favorita de todos los tiempos? Vi Una mujer bajo la influencia, de Cassavetes y pensé “es mi película favorita de todos los tiempos”. Han pasado 15 años, ahora ya no podría elegir solo una de manera tajante.
¿Cuál fue la última serie que vio del tirón? Así, de manera irrefrenable: La Mesías de Los Javis y Nos vemos en otra vida, de los hermanos Cabezudo.
¿Qué canción escogería como autorretrato? He escuchado muchísimo la versión que hizo Patti Smith del Smells Like Teen Spirit de Nirvana. Las versiones son cartas de amor de unos artistas a otros, me encantan.
¿En qué museo se quedaría a vivir? Varios de Berlín: la Neue Nationalgalerie, Martin-Gropius Bau, C/O… Cuando estoy escribiendo una obra nueva me voy allí a que me ayuden. Tengo una conexión muy fuerte con esa ciudad.
¿Cuál es el suceso histórico que más admira? Cualquiera que me esté contando mi suegro, apasionado de la Historia y gran interlocutor.
¿Qué encargo no aceptaría jamás? Me dieron este consejo hace muchos años y es que, para aceptar un encargo, tienen que reunirse dos de estas tres condiciones: que sea apetecible artísticamente, que exista el tiempo necesario para desarrollarlo, que esté bien remunerado. Puedes ceder solo en una. Si no se cumplen al menos dos de estas tres condiciones es mejor no aceptarlo (si te lo puedes permitir).
¿Qué está socialmente sobrevalorado? La urgencia, la inmediatez.
¿A qué actor le daría un Oscar? ¿Y a qué dramaturgo el Premio Nobel? Le daría el Oscar a Annette Bening o Glenn Close, que son míticas y nunca lo han ganado. Y en cuanto al Nobel… ya solo por su obra Incendios, Wajdi Mouawad lo merecería.
De no haberse dedicado al teatro, sería… No tengo ni idea. Le he preguntado a mi mujer. Dice que diseñadora de interiores.