Alrededores de Madrid, Málaga, Granada y Almería: los ritos de la generación fracturada del ‘trap’ y los descampados
En su segunda monografía, la fotógrafa de la agencia Magnum Lúa Ribeira retrata a jóvenes que habitan espacios marginales, capturando sus gestos, actitudes y códigos culturales mientras se enfrentan a la incertidumbre, la precariedad y los desafíos de la vida contemporánea
La segunda publicación de Lúa Ribeira (As Pontes, Galicia, 1986), nace como un cierre y, al mismo tiempo, como un punto de fuga. Lo que comenzó entre los ritmos y ecos de la emergente escena española del trap y el drill —se mostró primero en el ...
La segunda publicación de Lúa Ribeira (As Pontes, Galicia, 1986), nace como un cierre y, al mismo tiempo, como un punto de fuga. Lo que comenzó entre los ritmos y ecos de la emergente escena española del trap y el drill —se mostró primero en el ICP en Nueva York después en el Lázaro Galdiano y ahora en C/O Berlin— creció mientras se exhibía y se transformó a medida que respiraba en público. El proyecto ha quedado depurado formal y conceptualmente hasta condensarse en un libro ligero de páginas, grande y fino como un cuento, pero denso en interrogaciones: Agony in the Garden.
Así, la fotógrafa se sitúa en un terreno más ambiguo donde asegura sentirse más cómoda. Su interés por las comunidades marginales y los mecanismos de opresión se centra esta vez en la contracultura, desde un enfoque que trasciende la música, observando los signos y lenguajes de los movimientos juveniles contemporáneos que expresan la alienación y la incertidumbre que envuelven nuestro tiempo. “Me interesaba la respuesta expresiva y natural de la generación posterior a la mía. Ha vivido en un ambiente de crisis permanente: emergencias climáticas, inestabilidad económica, una pandemia y crisis migratorias”, apunta la fotógrafa, miembro de pleno derecho de la Agencia Magnum desde 2023.
Las fotografías fueron realizadas entre 2021 y 2023, en los alrededores de Madrid, Málaga, Granada y Almería. Aun así, aluden a un territorio global a través de las poses y las actitudes de los protagonistas. Sus retratos se intercalan con paisajes que introducen momentos de silencio. Parajes de tierra reseca, matorrales que sobreviven al polvo, a los residuos plásticos y a los escombros, donde termina y empieza lo incierto. “Yo he crecido jugando en descampados, en esos terrenos que eran un poco tierra de nadie”, señala Ribeira. “Ahora todo está siendo vallado, pero lo cierto es que algunas de las imágenes están hechas en lugares que se encuentran en medio de la ciudad”.
Una atmósfera premonitoria envuelve el conjunto; en los áridos paisajes resuena la Oración en el Huerto de Getsemaní, el pasaje bíblico que describe el periodo de aceptación del sufrimiento inminente que antecede a la detención de Jesús, preludio de la Pasión, y que da título a la monografía. “Tanto el paisaje del sur como el título me sirvieron para enmarcar mi trabajo, tomar distancia de la ilusión de lo actual e intentar acercarme a lo más fundamental, a lo universal“, señala la fotógrafa.
Algunos de los jóvenes retratados ya habían posado para Los afortunados, una de sus anteriores series. Otros pertenecían a la comunidad local o estaban relacionados de algún modo con la música mediante la producción de vídeos caseros u otro tipo de publicaciones que la fotógrafa iba encontrando en las redes. Así conoció a Pomelo, tras descubrir por azar un clip en el que cantaba. En una de las imágenes la joven saca del bolsillo unas pocas monedas, un gesto que a Ribeira le evocó a Caronte, el barquero del inframundo griego que cobraba por cruzar el río. Un ademán que, al mismo tiempo, funciona como símbolo de la inestabilidad económica que pesa sobre buena parte de su generación. También está Alba, bailarina y música trap, conocida como BITXSX. Posa haciendo un ahegao face —término japonés que describe una expresión facial de intenso placer—, que se utiliza a menudo en el hentai —una forma de anime pornográfico—, así como en los videojuegos y el manga erótico. “Esa parte performativa y teatral que tanto me gusta integrar en mi obra, en este caso, ya la traían ellos”, afirma la artista. “Son jóvenes muy acostumbrados a expresarse a través de la imagen de forma muy fresca, hacen videoclips que rompen con el concepto de amateur. Todo eso me engancha mucho, pero el grado de colaboración depende de la conexión que se genere entre nosotros”.
La fotógrafa prefiere prescindir de los detalles más contextuales de las tomas para centrarse en los gestos y las posturas, y evitar distancias entre quien observa y quien aparece en la imagen. Así, las expresiones se convierten en un espejo de la condición humana.
La simbología religiosa está también presente en la serie. “Ayudan a alejar el relato de la actualidad, aunque en este caso de eso se encarga sobre todo el título. Yo diría que, en este caso, hace referencia a mi admiración por el arte religioso, por la representación del dolor y el sufrimiento”, destaca la fotógrafa.
Ribeira construye un espacio tan provocador como poético, donde lo sagrado y lo profano van de la mano. En un contexto de crisis perpetua y mutaciones culturales aceleradas, sus imágenes transitan una atmósfera distópica donde algunos gestos rozan el absurdo, pero no para desorientar, sino para subrayar aquello que permanece: la fragilidad, el miedo, la traición, la incertidumbre y el deseo de trascendencia que acompañan la existencia humana. Entre los escombros del pasado y del presente, la obra busca una verdad desnuda en los márgenes del mundo oficial, donde lo efímero y lo eterno se encuentran.
Agony in the Garden. Lúa Ribeira. Dalpine. 64 páginas. 50 euros.