‘La vegetariana’ a escena: teatro deliberadamente monótono
La italiana Daria Deflorian estrena en España una adaptación de la aclamada novela de Han Kang plásticamente atractiva pero monocorde en su expresión dramática
Pocas horas después de que la Academia Sueca anunciara este jueves la concesión del Premio Nobel de Literatura al húngaro László Krasznahorkai, el teatro María Guerrero de Madrid acogía el estreno en España de ...
Pocas horas después de que la Academia Sueca anunciara este jueves la concesión del Premio Nobel de Literatura al húngaro László Krasznahorkai, el teatro María Guerrero de Madrid acogía el estreno en España de la adaptación escénica de La vegetariana, la novela más emblemática de la escritora surcoreana Han Kang, galardonada el año pasado. Una coincidencia feliz que reforzaba las altas expectativas que había despertado el espectáculo, tanto por el prestigio internacional de su directora, la italiana Daria Deflorian, como por las sugerentes fotografías con las que se promociona el montaje. Sin embargo, al terminar la función, la excitación había dado paso al hundimiento. Pero no por la perturbación que sin duda provoca el libro de Hang Kang, sino como resultado de dos horas de una representación deliberadamente monótona.
Se entiende que Deflorian apuesta por un tono monocorde como reflejo formal del meollo de la novela. Y que quiere dar el máximo protagonismo a la palabra de Han Kang. Pero la renuncia a la representación en favor de la narración convierte la función casi en una lectura gestualizada. Igual que la protagonista de la obra decide dejar de comer carne como reacción a la brutalidad del mundo humano y animal, sumiéndose en una especie de estado de conciencia vegetal, la directora rehúye la dramatización y establece un distanciamiento total con la trama. Los actores apenas escenifican lo que sucede, sino que lo relatan o lo simplifican con acciones coreografiadas, de manera que se hurta al espectador la vivencia teatral de momentos tan cruciales como la violación que sufre la mujer por parte de su marido o el estallido de violencia física del padre. La conexión emocional es prácticamente imposible.
Lo que sí hay en el montaje es una potente dramaturgia visual. Deflorian, que firma la adaptación junto a Francesca Marciano, se mantiene fiel a la estructura de Han Kang y divide la función en tres partes que se desarrollan sobre una escenografía austera que apenas cambia, pero que adopta distintas tonalidades marcadas por la iluminación. El momento más teatral y poético es precisamente el más plástico: cuando el cuñado pinta el cuerpo de la vegetariana y el proceso se proyecta sobre un panel. Junto con la luz, los sonidos que acompañan el relato de los actores contribuyen plasmar en escena la atmósfera inquietante de la novela.
La vegetariana
Texto: Han Kang. Dirección: Daria Deflorian. Reparto: Daria Deflorian, Paolo Musio, Monica Piseddu y Gabriele Portoghese. Teatro María Guerrero. Madrid. Hasta el 12 de octubre.