Yorgos Lanthimos: el fotolibro como otro espacio narrativo

Kinds of Kindness (2024) es la última y controvertida película de Yorgos Lanthimos (Atenas, 1973). Etiquetada por la crítica tanto de pretenciosa como de obra maestra, se presenta como un tríptico fabulado, cuyas partes discurren en paralelo, más que de forma lineal. Una retorcida antología compuesta por tres mediometrajes,...

Kinds of Kindness (2024) es la última y controvertida película de Yorgos Lanthimos (Atenas, 1973). Etiquetada por la crítica tanto de pretenciosa como de obra maestra, se presenta como un tríptico fabulado, cuyas partes discurren en paralelo, más que de forma lineal. Una retorcida antología compuesta por tres mediometrajes, donde los mismos actores interpretan distintos papeles que reflejan formas diferentes de dominio y sumisión, en la cual el oscarizado realizador griego retoma su vena más dura y descarnada.

Durante el rodaje, Lanthimos hizo uso de su cámara de fotos analógica para capturar una serie de imágenes que configuran un fotolibro: i shall sing these songs beautifully (MACK). En él lograremos distinguir, en unos casos de forma más evidente que otros, las figuras de Emma Stone, Willem Defoe, Jesse Plemons, Margaret Qualley, Hong Chau y Mamoudou Athie, así como algunas de las localizaciones de la película. En su conjunto, las fotografías configuran una nueva narrativa, que si bien se mantiene por sí sola, podría ser considerada como otra pieza más de la oscura antología, donde resuenan muchas de las características que definen el estilo cinematográfico del autor. Su meticulosa puesta en escena, su estética evocadora y elegante, donde lo cotidiano se intercala con lo inesperado, la sugerente distribución de espacios vacíos y geométricos, así como la interacción de los distintos elementos que dan pie a interpretaciones subjetivas, contribuyen en su conjunto a crear esa atmosfera desasosegante que se ha convertido en una de las señas de identidad del artista.

El título se inspira en la más romántica de los poetas clásicos, la licenciosa Safo. Otro guiño más a la antigua Grecia, al que nos tiene acostumbrado el autor, que en esta ocasión incorpora a la obra textos escritos por él mismo. Breves anotaciones que transgreden lo cotidiano y amplifican el espacio de reflexión e interpretación que ofrece la fragmentada estructura de la publicación. La acción transcurre en un Nueva Orleans extrañamente silencioso y en sus alrededores, en cuyo cielo, suspendido entre la realidad y el sueño, se desdibuja el rostro de Plemons. La luz acentúa el dramatismo en cada toma a través de marcadas sombras. La vegetación urbana, las piernas de una mujer que se dirige a un coche, la figura de un mesías con la mano rota, o una piscina vacía, adquieren un significado distinto bajo la mirada de Lanthimos, que trastoca lo familiar y cotidiano para transformarlo en algo extraño y perturbador. Es en la ambigüedad donde se ubica la esencia del misterio y en los encuadres asfixiantes que hablan sobre aquello que permanece invisible.

Si bien en la película el autor incorpora el blanco y negro como una forma de separar los recuerdos de la línea central de la trama, en la publicación predomina el monocromo sobre el color. El artista hace uso de composiciones donde con frecuencia predominan los vacios, zonas despejadas que invitan al lector a recorrer con su mirada la totalidad de la imagen en busca de detalles que de otra forma pasarían inadvertidos y hacen que el espectador se sienta como un observador escondido, o voyeur. Apenas hay movimiento, se trata de imágenes en su mayoría estáticas que refuerzan la teatralidad del rebuscado universo de Lanthimos.

La publicación sigue la senda del anterior fotolibro del autor, Dear God, the Parthenon is still broken (Void). Realizadas durante el rodaje de Pobres Criaturas (2023) con la colaboración de Stone (quien al final de cada jornada ayudaba a su director con en el revelado de las imágenes), las fotografías ofrecen una narrativa propia ambientada en la suntuosa escenografía que recorre la Europa del siglos XIX, donde se desarrolla la película ganadora de cuatros Oscar. En contraposición al ritmo apresurado de la creación del filme, el autor optó por utilizar una cámara de gran formato, centrándose en la inmovilidad de los sujetos. Una experiencia mucho más contemplativa que, al igual que ocurre con i shall sing these songs beautifully, tiene como resultado imágenes más meditativas. Ambas publicaciones han servido a Lanthimos para ahondar en las mismas obsesiones que alimentan sus películas desde un enfoque más formal y conceptual. Un espacio de naturaleza híbrida, donde la realidad es inseparable de la ficción, que le permite continuar sus exploraciones absurdistas del ser humano.

I shall sing these songs beautifully. Yorgos Lanthimos. MACK. 112 páginas. 45 euros.