‘Los vulnerables’, de Sigrid Nunez: ¿Por qué he sentido mi vida como un duelo?
El último trabajo de la estadounidense cierra un tríptico literario que la autora reconoce no haber planificado en torno a las nociones del favor y el apoyo
Hay directores que ruedan siempre la misma película, artistas que pintan siempre el mismo cuadro y escritores —quizá menos, si dejamos a un lado a quienes se entregan a la consabida fórmula del best seller— que escriben siempre el mismo cuento, la misma novela. Nadie mejor que ellos conoce el entusiasmo y el rechazo resultantes, entre las filas de su potencial público, de afinidades y animadversiones imposibles de explicar sin recurrir a un pálpito: su trabajo nos atrae o nos repele —en ocasiones, tan solo nos cansa— en la misma medida en que ciertas personas nos caen bien o mal. Acaso ...
Hay directores que ruedan siempre la misma película, artistas que pintan siempre el mismo cuadro y escritores —quizá menos, si dejamos a un lado a quienes se entregan a la consabida fórmula del best seller— que escriben siempre el mismo cuento, la misma novela. Nadie mejor que ellos conoce el entusiasmo y el rechazo resultantes, entre las filas de su potencial público, de afinidades y animadversiones imposibles de explicar sin recurrir a un pálpito: su trabajo nos atrae o nos repele —en ocasiones, tan solo nos cansa— en la misma medida en que ciertas personas nos caen bien o mal. Acaso la clave para la repetición, entre los incondicionales que aguardan con paciencia cada nueva entrega, radique en la sensación de saberse en buenas manos.
Por temática, por estructura y por tono, Los vulnerables, de Sigrid Nunez (Nueva York, 1951), cierra un tríptico que la autora reconoce no haber planificado. Integrado por novelas que comparten la naturaleza digresiva, la reflexión y el gusto por lo anecdótico, los tres textos pivotan en torno al favor: si en El amigo se trata de cuidar de un gran danés, cuya presencia condiciona la continuidad de la protagonista en un apartamento de renta antigua, en el segundo es la petición, por parte de una amiga, de acompañamiento en la eutanasia. La autora de Cuál es tu tormento —magnífico título tomado de Simone Weil— recupera en Los vulnerables el concepto de apoyo sin olvidar cuestiones que ya había tratado: la capacidad de forjar vínculos significativos con el mundo animal, la crisis climática, las servidumbres del paso del tiempo y, en especial, el papel de la literatura en nuestras vidas. La pregunta que planea sobre la novela —¿Por qué he sentido mi vida entera como un duelo?— halla respuesta en una cotidianidad, marcada por la pérdida, que solo encuentra alivio en la escritura.
La escritora regresa a cuestiones que ya había tratado: la capacidad de forjar lazos con el mundo animal, la crisis climática…
Nunez ha declarado, en más de una ocasión, que comparte edad, circunstancia y opiniones con su protagonista, lo que convierte el texto en una especie de híbrido donde lo que sucede es inventado y la voz es real. No se trata de algo nuevo, pues ocurría ya en sus dos trabajos anteriores e incluso en la primera novela de la autora, A Feather on the Breath of God (una pluma en el aliento de Dios), cuyo rutilante título homenajea a Hildegarda de Bingen. Quizás por todo ello, al romper la protagonista la cuarta pared —algo que practica con frecuencia—, tengamos la impresión de estar asistiendo a un diálogo entre la autora y su voz narrativa.
Escrito, como los anteriores, en primera persona (y traducido, como ellos, por Mercedes Cebrián), Los vulnerables consta de dos partes separadas por un breve interludio, que ejerce de borrón y cuenta nueva para encauzar, por fin, una novela plagada de meandros narrativos que por momentos abusa del estilo indirecto. La trama principal no cristaliza hasta bien entrado el texto: en plena cuarentena —la acción transcurre en pandemia, aunque la autora sortea sin dificultad la pereza cósmica que podría llegar a despertar la coyuntura—, la protagonista se traslada a un lujoso apartamento para asistir a un loro en su particular encierro y acabar compartiendo espacio, a su pesar, con “un ecoterrorista en ciernes” ajeno a sus privilegios. Con un toque sutil de humor inteligente que ya es marca de la casa, Nunez plantea un llamamiento a la conexión con una voz que, sin ser extraordinaria —me estoy sirviendo aquí de las palabras de la autora—, posee una calidez conmovedora y atrayente: incluso arriesgándose a acercarse, en forma y fondo, a trabajos anteriores, conoce los resortes a pulsar para que la envolvente sensación de haber estado en buenas manos se mantenga intacta al cerrar la novela.
Los vulnerables
Traducción de Mercedes Cebrián
Anagrama, 2024
208 páginas, 18,90 euros
Els vulnerables
Traducción de Ariadna Pous
L'Altra Editorial, 2024
240 páginas, 18,90 euros