Vicente Luis Mora: “La verdadera inteligencia corta, pincha, es incómoda”

Vicente Luis Mora (Córdoba, 1970) es autor de narrativa, poesía, ensayo y crítica literaria. Su última novela, Cúbit (Galaxia Gutenberg), compone una historia de estratos superpuestos sobre la convivencia futura entre los seres humanos y la inteligencia artificial.

¿Con qué tres adjetivos definiría Cúbit? Distinta, fácil, difícil.

¿Qué libro le convirtió en lector? El doctor Jekyll y Mr. Hyde, de ...

Vicente Luis Mora (Córdoba, 1970) es autor de narrativa, poesía, ensayo y crítica literaria. Su última novela, Cúbit (Galaxia Gutenberg), compone una historia de estratos superpuestos sobre la convivencia futura entre los seres humanos y la inteligencia artificial.

¿Con qué tres adjetivos definiría Cúbit? Distinta, fácil, difícil.

¿Qué libro le convirtió en lector? El doctor Jekyll y Mr. Hyde, de Stevenson, o cualquier otro de aquella mítica colección Tus libros de Anaya.

¿Y en escritor? El relato de Borges La biblioteca de Babel.

¿Qué libro ajeno le habría gustado escribir? El Lazarillo.

¿Qué aprende un crítico escribiendo literatura? ¿Y viceversa? El crítico aprende a respetar el trabajo que implica escribir una novela decente y el talento que requiere una genial; el escritor evita pensarse original, salvo cuando toca la lotería impredecible de la inspiración.

¿Cuál es la mejor crítica que ha recibido? La mejor fue la de mi primer editor, Javier Fernández: “He recibido tus 50 poemas y tengo buenas noticias, voy a publicarte nueve″.

¿Y la más extravagante? Circular 22 motivó dos reseñas muy originales: una kilométrica de Octavio Gómez Milian con decenas de enlaces, un par de collages creados para la ocasión e incluso una lista de Spotify para escuchar durante la lectura; y una “reseña en marcha” de Pablo Llanos, que se extendió durante diez meses.

Y al revés, ¿cuáles son las críticas más positiva y extravagante que ha hecho usted? Creo que la crítica más positiva que he hecho fue al libro de poemas El fósforo astillado de Juan Andrés García Román. Y la más rara, la lectura que hice de la obra de César Aira usando solo sus palabras, citando fragmentos de 80 obras suyas.

¿Cuál ha sido el último libro que le ha gustado? Ciento veinticuatro huecos (Ed. Hurtado&Ortega), de Begoña Méndez.

¿El que tiene abierto ahora mismo en la mesilla de noche? Desde las gradas (Letraversal), de Juanpe Sánchez López, sorprendente.

¿Qué película ha visto más veces? Supongo que la primera parte de El Padrino.

¿La última serie que vio del tirón? Ninguna; Antidisturbios y Autodefensa en dos sentadas.

Si tuviese que usar una canción o una pieza musical como autorretrato, ¿cuál sería? Construção, de Chico Buarque.

¿La que suena en bucle en su cabeza? La del anuncio de Bic naranja y Bic cristal.

¿En qué museo se quedaría a vivir? En el Museo del vacío de Robert Smithson.

¿Qué suceso histórico admira más? Si el Fedón es fiable, las últimas palabras de Sócrates antes de morir, ya envenenado, recordándole a Critón que debían devolverle un gallo a Asclepio.

¿Qué encargo no aceptaría jamás? Una historia del Fútbol Club Barcelona.

¿Qué está socialmente sobrevalorado? La afabilidad, el don de gentes. La verdadera inteligencia corta, pincha, es incómoda.

¿A quién le daría el próximo premio Cervantes? A Diamela Eltit, a César Aira, a Chantal Maillard, a Mario Bellatin o a Olvido García Valdés.

De no ser escritor le habría gustado ser... Bibliotecario.

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