Alberto Velasco: “Para mí, el amor está por encima del talento”
El intérprete forma parte del elenco de ‘Tiresias’, en el Festival de Mérida, y se encuentra de gira con su espectáculo de danza ‘Mover montañas’, un alegato contra la gordofobia
Alberto Velasco (Valladolid, 1983) es actor, director, coreógrafo y autor. Forma parte del elenco de Tiresias, en el Festival de Mérida, y se encuentra de gira con su espectáculo de danza Mover montañas, un alegato contra la gordofobia.
¿Cuándo supo que se dedicaría al teatro? La voluntad de dedicarme a las tablas profesionalmente me vino de adolescente cuando supe que existía una carrera llamada Arte Dramático… Una vez dentro, aun con du...
Alberto Velasco (Valladolid, 1983) es actor, director, coreógrafo y autor. Forma parte del elenco de Tiresias, en el Festival de Mérida, y se encuentra de gira con su espectáculo de danza Mover montañas, un alegato contra la gordofobia.
¿Cuándo supo que se dedicaría al teatro? La voluntad de dedicarme a las tablas profesionalmente me vino de adolescente cuando supe que existía una carrera llamada Arte Dramático… Una vez dentro, aun con dudas sobre un futuro posible en el que ese fuese mi oficio, la voluntad se transformó en trabajo, compromiso, curiosidad y constatación. Ya no hubo marcha atrás.
¿Qué papel se le escapó por los pelos? No sé si “por los pelos”, pero hay un papel para el que hice casting y que finalmente no salió en La juventud, de Paolo Sorrentino. Me hubiese vuelto loco trabajar con él y ser parte de ese universo suyo tan especial.
¿Qué aprende un actor escribiendo? ¿Y un director bailando? Creo que es muy beneficioso para un artista explorar cuantas mas vías de expresión que te interpelen, mejor. Te ensanchan tu universo creativo y te ayudan a ponerte en el lugar del otro no solo a nivel artístico o psicológico, también práctico. Te ayuda a entender mejor todo lo que construye la experiencia artística e inevitablemente van a hacer que tu visión sea mas rica y poliédrica.
¿Qué es lo más bonito que le han dicho sobre su trabajo? Que es inspirador. Esto me emociona especialmente y le da sentido y fuerza a lo que hago.
¿Y lo más extravagante? Eso mismo. Que es extravagante, raro. Lo que para mí es profundamente positivo.
¿Qué ha aprendido sobre un escenario que no se pueda aprender en un libro? A bucear en las miradas. Hay algo mágico en esa conexión, ese espacio vacío y vivo entre unos ojos y otros que abren millones de lecturas y universos. Ya sea entre compañeros/as o entre el público y la escena.
¿Qué libro tiene abierto en la mesilla de noche? Orlando, de Virginia Woolf. Ya era hora de entrar en esta novela, motivado por mi participación en el Orlando que dirigirá Marta Pazos en el CDN en la primavera de 2025.
¿El último que le encantó? La Mancha, de Enrique Aparicio o Meseta, de Rubén Cañadilla. Me he visto reflejado en los dos y ambos me han atravesado, divertido y emocionado. Los he devorado.
¿Y uno que no pudo terminar? Te di ojos y miraste las tinieblas, de Irene Solà. Es muy salvaje. Creo que lo empecé en un momento personal que no conectaba con el universo que hay en esas paginas, aunque me fascinaba, imposible terminarlo… volveré a intentarlo mas adelante.
¿Cuáles son sus tres dramaturgos de cabecera? Angelica Liddell, Pablo Gisbert (El Conde de Torrefiel) y Marcos Morau (incluyo un coreógrafo porque creo que la dramaturgia siempre va mas allá de la literatura dramática y porque me fascina).
¿En qué obra de teatro o danza se quedaría a vivir? Cafe Müller, de Pina Baush (Tanztheater Wuppertal).
¿Cuál es la película que ha visto más veces? Todo sobre mi madre, de Pedro Almodóvar.
¿La última serie que ha visto del tirón? El encargado, de Mariano Cohn y Gastón Duprat (brutal).
Si tuviese que usar una canción como autorretrato, ¿cuál sería? Tú que vienes a rondarme, de Maria Arnal & Marcel Bagés.
¿Qué está socialmente sobrevalorado? Lo normativo. No solo está sobrevalorado sino que genera unos patrones de infelicidad que son incompatibles con la construcción de una vida amable. Creo que tenemos que comprometernos con la deconstrucción de la norma, con la ruptura de esa idea inamovible. Desde los márgenes se abren fisuras, pero no es suficiente, se necesita la alianza de quienes son amparados en esa norma. Ser parte de lo normativo no te impide empatizar y señalar las injusticias, violencias y presiones del sistema.
¿Qué encargo no aceptaría jamás? Cualquiera que fuese vehículo de una idea contraria a mis principios. Tampoco aceptaría ningún encargo que incluyese trabajar con personas de carácter difícil, para mí desde hace tiempo el amor esta por encima del talento, y más en equipos de trabajo tan frágiles como son los artísticos.
¿Cuál es el suceso histórico que más admira? Los levantamientos populares contra el sistema opresor, de todos los lugares del mundo. Desde Stonewall hasta la Revolución de los claveles, pasando por la Manifestación por los derechos LGBTI de 1977 en Barcelona o el 15-M.
¿A quién le daría el próximo Max de Honor? A La Ribot. Ella es joven si tenemos en cuenta la edad media de premiados/as en esta categoría pero creo que su trabajo siempre ha ido un paso por delante rompiendo fronteras de lo multidisciplinar y cuestionando los límites de lo teatral y su relación con el público. Es una gran referente.
De no haberse dedicado al teatro y la danza, sería… Escritor, pintor o… ¿quién sabe? Si me desligo de los artístico me hubiera gustado dedicar mi vida a hacer un poquito mejor esta sociedad, quizá desde la política o desde el activismo.
Puedes seguir a Babelia en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.