Valeria Correa Fiz: “Nunca aceptaría un encargo de las Fuerzas Armadas”
El último libro de relatos de la autora, ‘Hubo un jardín’, reúne siete historias crudas e inquietantes construidas en torno a la idea del desbordamiento de la naturaleza
Valeria Correa Fiz (Rosario, Argentina, 1971) es cuentista y poeta. Su último libro de relatos, Hubo un jardín (Páginas de Espuma), reúne siete historias crudas e inquietantes construidas en torno a la idea del desbordamiento de la naturaleza.
¿Qué libro la convirtió en lectora? Más que un libro reivindico la Biblioteca de clásicos de Ciencia Ficción de la editorial Orbis. El primer libro que editaron fue El fin de la eternidad, de...
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Valeria Correa Fiz (Rosario, Argentina, 1971) es cuentista y poeta. Su último libro de relatos, Hubo un jardín (Páginas de Espuma), reúne siete historias crudas e inquietantes construidas en torno a la idea del desbordamiento de la naturaleza.
¿Qué libro la convirtió en lectora? Más que un libro reivindico la Biblioteca de clásicos de Ciencia Ficción de la editorial Orbis. El primer libro que editaron fue El fin de la eternidad, de Isaac Asimov, que me descubrió un mundo y me cambió la vida lectora para siempre.
¿Y en escritora? La noche de la iguana, de Tennessee Williams.
¿Qué libro ajeno le habría gustado escribir? Felicidad, de Alice Munro, y cualquier poema de Wislawa Szymborska.
¿Qué aprende una poeta escribiendo relatos? ¿Y viceversa? Los relatos me enseñaron a tensar la trama de los poemas narrativos; la poesía, el valor del correlato. objetivo y de las imágenes.
¿Con qué tres adjetivos definiría el cuento perfecto? No hay recetas, pero a mí me gustan los cuentos de personajes singulares, atmósferas enrarecidas y en los que siempre haya algo de humor, aunque sea negrísimo.
¿Cuál es la mejor crítica que ha recibido? No sé si es la mejor, pero la crítica que más feliz me hizo decía: “Estoy convencida de que a Borges y a Quiroga, si pudieran, les habría gustado leer este libro” (La condición animal).
¿Y la más extravagante? Estos relatos parecen escritos por un hombre, crítica que pretendía ser un elogio.
¿Cuál ha sido el último libro que le ha gustado? La vida por delante, de Magalí Etchebarne, y el poemario Un momento, de Luis Muñoz.
¿El que tiene abierto ahora mismo en la mesilla de noche? Tecnología y barbarie, de Michel Nieva y La mala conciencia, de Ana Llurba.
¿Qué película ha visto más veces? El gran Lebowski.
¿La última serie que vio del tirón? Mi reno de peluche y La arquitecta.
Si tuviese que usar una canción o una pieza musical como autorretrato, ¿cuál sería? ‘Sempre libera’, de La Traviata.
¿La que suena en bucle en su cabeza? The Long and Winding Road, me encanta la melodía y me recuerda que los caminos de la vida son siempre sinuosos; también Caminante no hay camino, porque era el soundtrack de mi abuelo.
¿En qué museo se quedaría a vivir? En la casa Museo de Gustave Moreau.
¿Qué suceso histórico admira más? De mi país, el Juicio a las Juntas realizado en 1985 por orden del Presidente Raúl Alfonsín a los pocos días de recuperar la democracia.
¿Qué encargo no aceptaría jamás? Ninguno que proviniese de las Fuerzas Armadas.
¿Qué está socialmente sobrevalorado? La juventud.
¿A quién le daría el próximo premio Cervantes? A Juan Mayorga.
De no ser escritora le habría gustado ser... Cantante de ópera o actriz de teatro.
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