Las críticas de teatro de la semana: una evocación de las huellas del exilio, dos amigos bondadosos en un piso tutelado y la historia real de una refugiada afgana

Los expertos de ‘Babelia’ reseñan los estrenos recientes más destacados

Una escena de la obra 'Misericordia', de Denise Despeyroux.Geraldine Leloutre

Misericordia, el nuevo trabajo de Denise Despeyroux, trata de muchas cosas pero sobre todo de las huellas que deja el exilio no solo en quienes lo viven en primera instancia, sino también en sus descendientes. La dramaturga parte de su propia historia como hija de exiliados uruguayos en España y compone un espectáculo con momentos sobresalientes en los que brilla su singularidad como autora, aunque pretende abarcar demasiados temas y algunas escenas resultan largas.

Elling y Kjell son dos hombres especiales, ...

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Misericordia, el nuevo trabajo de Denise Despeyroux, trata de muchas cosas pero sobre todo de las huellas que deja el exilio no solo en quienes lo viven en primera instancia, sino también en sus descendientes. La dramaturga parte de su propia historia como hija de exiliados uruguayos en España y compone un espectáculo con momentos sobresalientes en los que brilla su singularidad como autora, aunque pretende abarcar demasiados temas y algunas escenas resultan largas.

Elling y Kjell son dos hombres especiales, que después de compartir habitación en un centro psiquiátrico son trasladados a un piso tutelado en Oslo. Un trabajador social se encargará de que la pareja demuestre su autonomía en las tareas de la vida cotidiana, y ellos se enfrentarán al mundo con la inocencia y la franqueza de los niños. Elling es un cuento feliz, una historia sencilla donde aparentemente no pasa nada. Al final, es más importante la bondad de las personas que todas las etiquetas que nos compartimentan según nuestra salud mental.

Nadia Ghulam, refugiada afgana, es extraordinaria. Una bomba abrasó su cara, sus extremidades y la dejó seis meses en coma, cuando tenía ocho añitos. Como su hermano murió en la guerra civil (y su padre perdió la razón), a los 11 años de edad Nadia decidió hacerse pasar por él, para encontrar un trabajo con el que sacar a su familia adelante. Esta historia cierta, narrada por su protagonista en sendos libros, es la leña que alimenta el precioso fuego en torno al que se reúne el público en Cuentos a Nadia, un espectáculo pequeño, frágil, bello, penetrante y conmovedor.

'Misericordia', de Denise Despeyroux

En la nueva obra de Denise Despeyroux conviven escenas sobresalientes y otras que resultan largas y aburridas. Crítica de Raquel Vidales.

‘Elling’, de Ingvar Ambjørnsen

Pau Carrió firma un montaje ágil sobre la amistad de dos hombres que, después de compartir habitación en un centro psiquiátrico, son trasladados a un piso tutelado. Crítica de Oriol Puig Taulé.

‘Cuentos a Nadia’, de Elena Tur y Nadia Ghulam

Nadia Ghulam, refugiada afgana, y la actriz Pepa Zaragoza conmueven al público en un espectáculo penetrante donde vuelcan su experiencia, su don de gentes y una humanidad inmensa y contagiosa. Crítica de Javier Vallejo.

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