¿Tiramos a Ortega a la basura?
Karina Garantivá y Ernesto Caballero llevan al teatro el pensamiento del autor de ‘La rebelión de las masas’ en un espectáculo reiterativo y sin chispa
Primero fue Javier Gomá, después Hannah Arendt y ahora Ortega y Gasset. Ernesto Caballero y Karina Garantivá fundaron hace tres años la compañía Teatro Urgente con el objetivo de poner en pie espectáculos recorridos de manera explícita por la filosofía. El título del que acaban de estrenar esta semana, Ortega, puede llevar a suponer que se trata de un recorrido didáctico por la vida y...
Primero fue Javier Gomá, después Hannah Arendt y ahora Ortega y Gasset. Ernesto Caballero y Karina Garantivá fundaron hace tres años la compañía Teatro Urgente con el objetivo de poner en pie espectáculos recorridos de manera explícita por la filosofía. El título del que acaban de estrenar esta semana, Ortega, puede llevar a suponer que se trata de un recorrido didáctico por la vida y el pensamiento del autor de La rebelión de las masas, pero nada más lejos de un biopic que esta pieza. Se trata más bien de un intento de aplicar sus ideas a dilemas domésticos encarnados en personajes del momento actual. “Rebajar los planteamientos filosóficos al terreno de lo cotidiano”, explica en un vídeo de presentación del montaje Ernesto Caballero, que en esta ocasión ejerce como director, mientras que Garantivá es la autora del texto. No solo eso, sino que pretende hacerlo en forma de comedia planteando una situación metafórica que roza el teatro del absurdo: una pareja decide deshacerse de su colección de libros de Ortega para vaciar estanterías, pero cada vez que lo van a ejecutar (la llevan a un contenedor, tratan de donarla a un centro vecinal, buscan alguien a quien regalarla…) siempre se encuentran con algún obstáculo que devuelve los tochos a casa. Todo ello entreverado con una circunstancia muy orteguiana: la mujer está a punto de someterse a una extirpación de útero que la dejará tan vacía como sus estanterías después de librarse de Ortega.
El paralelismo permite ir sacando a escena ideas de Ortega. La principal: el peligro de olvidar el pasado, pero también de idealizarlo porque eso impide el progreso. Es audaz, pero es más una anécdota que un conflicto y se agota enseguida. A mitad de la función da la sensación de que todo se repite y de que la fábula se estira y se estira solo para soltar sentencias filosóficas. Eso ocurre no solo por la dilatación de la trama, sino porque los diálogos de los protagonistas parecen también escritos únicamente para cobijar frases de Ortega. Los tres actores que conforman el reparto (Ana Ruiz, Álex Gadea y Alberto Fonseca) se esfuerzan por dar vida a los personajes, pero es inevitable que sus interpretaciones resulten forzadas.
La comedia tampoco cuaja. Quizá habría funcionado si la puesta en escena hubiera tendido más hacia el absurdo como apunta en un principio el texto o se le hubiera imprimido más ritmo. Hacer “teatro de ideas” no implica renunciar a la imaginación escénica.
‘Ortega’. Texto: Karina Garantivá. Dirección: Ernesto Caballero. Teatro Quique San Francisco, Madrid. Hasta el 15 de octubre.
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