Queralt Lahoz: “La belleza no es ningún mérito”

Nacida en Cataluña, en el seno de una familia de orígenes granadinos, Queralt Lahoz (Santa Coloma de Gramenet, 1991) construye paisajes sonoros que se encuentran atravesados por una mezcla de influencias. Su EP Alto cielo (Costa Futuro) vuelve a abanderar esa fusión de estilos, de la electrónica a los sonidos tradicionales, para internarse a lo largo de cuatro capítulos en las profundidades de una relación amorosa.

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Nacida en Cataluña, en el seno de una familia de orígenes granadinos, Queralt Lahoz (Santa Coloma de Gramenet, 1991) construye paisajes sonoros que se encuentran atravesados por una mezcla de influencias. Su EP Alto cielo (Costa Futuro) vuelve a abanderar esa fusión de estilos, de la electrónica a los sonidos tradicionales, para internarse a lo largo de cuatro capítulos en las profundidades de una relación amorosa.

Acaba de publicar un nuevo trabajo, Alto cielo. ¿Qué discos le acompañaron mientras lo componía? En el proceso de creación y grabación he estado escuchando muchas playlists que suelo hacer con amigos, dónde vamos introduciendo canciones que descubrimos. En cuanto a discos, Loving in Stereo de Jungle, Multitude de Stromae, El amor brujo de Manuel de Falla, interpretado por Esperanza Fernández y la Orquesta Simfònica de Barcelona.

¿Cuándo supo que se dedicaría a la música? Desde pequeña sabía que mi conexión con la música era especial, me permitía liberarme y expresar todo aquello que guardaba en mi silencio, nunca he sido de compartir mis preocupaciones o dolores y ahí encontraba una forma de crear mundos donde sanarme. Desde pequeñita sabía que este camino era para mí, aunque me hayan querido confundir por el camino.

¿Qué canción o composición musical usaría como autorretrato? Por más que le de vueltas no creo que haya una canción que pueda usar como autorretrato, mi vida ha pasado por muchos lugares que creo que jamás describiría y todavía no hay canción que abarque a tanto.

¿Qué canción o disco ajeno le gustaría haber compuesto? Omega, de Morente y Lagartija Nick, sin duda.

¿Qué libro tiene abierto en la mesilla de noche? Tengo dos que me los voy leyendo en tiempos libres: pequeñas mujeres rojas, de Marta Sanz, y Flamenco: arqueología de lo jondo, de Antonio Manuel.

¿Cuál no pudo terminar? Buuuff, algunos, ja, ja, ja. He perdido muchos libros por el camino, de viaje. Que luego he pensado volver a comprar o retomar de bibliotecas y al final he empezado nuevos.

¿Qué le ha enseñado subirse a un escenario que no se pueda aprender de un libro? Me ha enseñado a comunicarme mejor y a saber hacerlo a través de la mirada. Me ha enseñado que hay que ser muy valiente para decir verdades poniendo la cara.

¿Cuál es la película que más veces ha visto? Posiblemente Solo en casa, muchos años de pelis de sobremesa en familia y es una tradición navideña ponérmela cada año aunque esté sola, ja, ja, ja.

¿Su diálogo favorito en una película? No tengo ninguno, la verdad, no soy muy buena para eso, ja, ja.

¿A qué película se mudaría? A una en la que fuese una superheroína o algo similar, una en la que haya mucho poderío y humor o algo bien sensible. Por un lado se me ocurre Ocean’s 8, con ese grupo de mujeres bien brutales, glamur, humor... pero luego pienso en La princesa Mononoke, que me encanta también, El viaje de Chihiro... me encantan las pelis japonesas de anime tiernitas.

¿Cuál es la última serie que ha visto del tirón? Hierro, con Candela Peña, me encanta ella.

¿En qué museo se quedaría a vivir? Me encantó el MASP de São Paulo aun siendo chiquito, el Prado es una maravilla, pero creo que me quedaría en la Fábrica del Arte Cubano situada en La Habana. Es más bien un edificio donde se conjugan diferentes disciplinas artísticas y se puede encontrar lo mejor del arte contemporáneo de la ciudad, me enamoró entrar en una galería y salir en un concierto, es completamente todo lo que me gusta.

¿Qué está socialmente sobrevalorado? La fama y la belleza; la belleza no es ningún mérito.

¿Cuál es su suceso histórico favorito? El movimiento sufragista.

¿Qué trabajo no aceptaría jamás? Un trabajo que me hiciera sentir pequeña y que no pusiera en valor mi persona, talento o esfuerzo.

De no haber sido música, habría sido… Me habría dedicado a algún trabajo relacionado con el acompañamiento artístico, moda, creativo…

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