Sexo igualitario para cuatro esposas: una crónica de la poligamia en Nigeria
Con enorme ironía, la escritora Lola Shoneyin convierte ‘Las vidas secretas de las esposas de Baba Segi’ en un golpe literario a la ignorancia y la sumisión
Hay mil maneras de abordar un drama, pero la mejor es la ironía, el humor. La nigeriana Lola Shoneyin lo ha conseguido al describir la singular familia que ha formado a su medida Baba Segi, un comerciante simplón que acumula mujeres dentro del esquema polígamo de su cultura; que recurre a un ignorante Maestro para consultarle las cosas importantes de la vida; que reparte igualitariamente el sexo y las noches entre sus cuatro espos...
Hay mil maneras de abordar un drama, pero la mejor es la ironía, el humor. La nigeriana Lola Shoneyin lo ha conseguido al describir la singular familia que ha formado a su medida Baba Segi, un comerciante simplón que acumula mujeres dentro del esquema polígamo de su cultura; que recurre a un ignorante Maestro para consultarle las cosas importantes de la vida; que reparte igualitariamente el sexo y las noches entre sus cuatro esposas como si fuera justo y que asiste orgulloso a un dominio masculino sin adivinar jamás lo que se trama fuera de su vista. Que es lo mejor.
Las vidas secretas de las esposas de Baba Segi, una novela de 2010 traída a España por Libros del Baobab, colección africana de Malas Compañías dedicada a la memoria de Antonio Lozano, ha ganado varios premios y ha sido traducida a varios idiomas. Y es sin duda una de esas joyas que la distancia mental que mantenemos con la historia y la cultura africanas coloca demasiado lejos de nuestro marco, nuestros estantes, nuestra mesilla. Injustamente.
Mediante tramos inteligentes, sarcásticos y certeros, Shoneyin (Ibadan, Nigeria, 1974) va colocando el foco sobre cada una de las esposas de Baba Segi, desde la inicial, la de su juventud, que tiene un ascendente jerárquico en la familia al disponer las tareas, repartir la despensa y mantener cierta preferencia y lealtad del macho, hasta la cuarta, una joven con formación universitaria que no acierta a encajar en el entorno de analfabetas, ignorantes, celosas e intrigantes que componen la familia. Su llegada trastoca a todos: al marido henchido de satisfacción al haber traído a una chica distinguida; a las esposas adaptadas a ese hábitat y que se ven desplazadas; a los hijos deseosos de dejarse ayudar en los deberes por la universitaria, pero obligados a ignorarla por sus madres; y hasta al chófer, por razones que será mejor no desvelar. Porque se van a divertir al leerla. El giro es espectacular.
A partir de ese cambio de foco, la autora va construyendo un crisol, una obra coral que ilumina la realidad de la poligamia desde dentro, no a través de la descripción y la condena exterior y menos aún desde las imposiciones legales, sino haciendo emerger desde su propia cultura y —según se relata en la contraportada y explica en la entrevista de Ana Carbajosa en EL PAÍS— desde la propia experiencia familiar.
Es así como sabremos que una nueva esposa no tiene derecho a sillón hasta que no sea madre aunque el sexo se reparta por igual; que, para avanzar por las carreteras para ir al hospital, hay que pagar sobornos. Que salir sola a comprar al mercado puede conllevar castigo. Que no quedarse embarazada puede ser motivo de expulsión. Que los curanderos y maestros anteceden para mucha gente a los médicos. Y un sinfín de historias que colocan a este libro —además— en la lista de todos aquellos que nos enseñan a conocer el mundo.
Página a página, los agujeros que deja cada narrador en su relato serán rellenados por otros. Y la descripción luminosa de esas rutas, de los delincuentes en el camino, los puestos de control, la suciedad de una casa, de un hombre, las tretas más arteras y hasta la escatología local quedan brillantemente definidos por un trazo irónico, también surrealista, que atrapa y retrata con eficacia un universo paródico, pero muy real.
África nos ha regalado magistrales escritores que han narrado el choque entre los blancos colonizadores y las comunidades locales, desde el nobel Abdulrazak Gurnah (Paraíso, A orillas del mar) al genial Chinua Achebe (Todo se desmorona) o la etíope Maaza Mengiste (El rey en la sombra). En esta ocasión, sin embargo, no es el encontronazo entre dos culturas, no es el salvajismo de los invasores y la debilidad del nativo lo que veremos, sino las propias carencias que se manifiestan en una sociedad —la nigeriana, en este caso— donde la incultura general, el atavismo y el dominio del hombre sobre la mujer, especialmente el hombre poderoso, deja huecos devastadores por los que aún se cuela y se instala el atraso. Mérito de Lola Shoneyin es conseguir contarlo desde la creación literaria desde dentro. Y divertirnos, además.
Así es como Las vidas secretas de las esposas de Baba Segi se va convirtiendo en un golpe literario perfecto a la ignorancia y a la sumisión.
Las vidas secretas de las esposas de Baba Segi
Traducción de Federico Vivanco
Libros de las Malas Compañías, 2022
288 páginas. 19,18 euros
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