‘La última vez’, de Guillermo Martínez: un laberinto con final milagrosamente imprevisible
En la obra del escritor argentino se juntan la invención casi matemática y el homenaje a flor de piel a la belleza, la inalcanzable y la táctil
Quien haya leído cualquiera de las novelas del escritor argentino Guillermo Martínez, desde Acerca de Roderer (1993), pasando por Los crímenes de Oxford (2004), y llegando hasta La muerte lenta de Luciana B. (2007 y recientemente convertida en película por Neflitx) o Los crímenes de Alicia (Premio Nadal 2019), reconocerá su sentido de la nitidez expresiva y el carácter riguroso de sus repr...
Quien haya leído cualquiera de las novelas del escritor argentino Guillermo Martínez, desde Acerca de Roderer (1993), pasando por Los crímenes de Oxford (2004), y llegando hasta La muerte lenta de Luciana B. (2007 y recientemente convertida en película por Neflitx) o Los crímenes de Alicia (Premio Nadal 2019), reconocerá su sentido de la nitidez expresiva y el carácter riguroso de sus representaciones psicológicas. También verá en esas ficciones el dibujo cartesiano de sus tramas, donde lo sinuoso, lo laberíntico apunta siempre a la luz de sus finales milagrosamente imprevisibles. Ahora vuelve por sus fueros con una nueva novela, La última vez.
En La última vez se citan tres relatos, uno principal, bajo el cual se esconde otro; y un tercero, dividido, a su vez, en otros dos más. En el primero, digamos vertebral, se comienza con una voz en primera persona que nos presenta a los actores capitales de la novela. Se nos habla de un novelista argentino muy prestigioso que tiene una novela terminada pero que no quiere publicar hasta que el crítico Merton, también argentino y prestigioso, antes dicte su sentencia. Y sobre todo, quiere el reconocido novelista, que el famoso, por sus inclementes juicios, Merton, descubra la verdad última del libro: la historia de un escritor enfermo hasta la agonía, que mantiene una relación furtiva con la mujer que lo cuida.
Quien hace de intermediaria es una célebre agente literaria, Montse Monclús (la misma agente que sale en la novela de José Donoso, El jardín de al lado). Entre Monclús y Morgana, la mujer del escritor, acuerdan recibir a Merton en la lujosa casa del escritor. Mientras, le dan la novela que Merton debe descifrar hasta llegar hasta su asunto crucial. El escritor está convencido de que nadie, tanto la crítica elogiosa como la hostil, llegan nunca a esa ansiada revelación. Sólo Merton puede acertar a descubrir esa verdad, cuya otra cara es la mentira.
La otra novela dentro de aquella es la que tejen Merton, Morgana y Marvi la hija de ésta y el escritor. Un amor planeando sobre Merton, la sensualidad cercana de Morgana, el deseo logrado. Mavi es la Lolita que nunca pasa de la ingenuidad provocativa y rebelde.
Soy un admirador de la obra de Guillermo Martínez. Se juntan en ella la invención casi matemática, el homenaje a flor de piel a la belleza, la inalcanzable y la táctil. Y por fin, yo diría que hay una especie de revelación hegeliana (que este crítico no puede desnudar para el lector), con la cual Merton maniobra para acercarse a esa verdad final que tiene que tiene que compartir con su dueño. Visiten al prestigioso escritor y especulen con Merton. Vale mucho la pena.
La última vez
Destino. Barcelona, 2022
192 páginas. 18,90 euros
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