‘Juego de niñas’, el peligro de ser inocente

El autor Adrián Novella y la compañía valenciana Bullanga escenifican una comedia inmersiva inspirada en el caso de un profesor condenado por abusar sexualmente de varias alumnas de entre cinco y ocho años

Representación de 'Juego de niñas', en el Teatro del Barrio.

Lo importante no es mirar, sino participar, podríamos decir a propósito del estreno de la estimulante comedia inmersiva Juego de niñas en el Teatro del Barrio, de Madrid. Adrián Novella, su autor y director, y la compañía valenciana Bullanga, abren un debate sobre la naturaleza escurridiza de la verdad y la tenue linde que separa la buena fama de la infamia. Su argumento está inspirado en sucesos protagoniz...

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Lo importante no es mirar, sino participar, podríamos decir a propósito del estreno de la estimulante comedia inmersiva Juego de niñas en el Teatro del Barrio, de Madrid. Adrián Novella, su autor y director, y la compañía valenciana Bullanga, abren un debate sobre la naturaleza escurridiza de la verdad y la tenue linde que separa la buena fama de la infamia. Su argumento está inspirado en sucesos protagonizados por Jordi Alonso, compañero de posgrado de Novella condenado a 30 años de prisión por abusar sexualmente de varias alumnas de entre cinco y ocho años en una escuela rural del Montseny.

La Audiencia de Barcelona dio en 2015 pleno crédito al relato de las pequeñas respecto a que su profe las sentaba en su regazo y las acariciaba donde no debía, a pesar de lo cual este sigue aseverando que tales atropellos son fruto de su imaginación. En la cárcel donde ingresó, Alonso edita Reflexions d’un mestre acusat d’abusos, blog donde escribe artículos concisos y razonados sobre la fragilidad de la memoria y los límites de la certidumbre. Ambos excompañeros de estudios teatrales cavilan, pues, sobre temas similares, pero Novella lo hace con distancia crítica, trascendiendo el caso de su amigo, que le sirve como trampolín para hablar también de la pugna por imponer el relato propio sobre el del adversario y de la facilidad con la que cualesquiera partes en conflicto recurren a la violencia.

Hay mucha distancia entre el caso cierto y la ficción que plantea el autor valenciano mediante un juego dialéctico trenzado con minucia. Como en Oleanna, de David Mamet, el público sale de la función dividido irreconciliablemente entre quienes condenan sin paliativos al docente (algunos antes de escucharle) y quienes lo exoneran porque ven inconsistencias en el relato acusatorio: otro motivo para considerar inocente al maestro es la vertiginosa defensa de su integridad moral que emprende Vicent Domingo, su entregado intérprete.

La acción sucede durante una convocatoria de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos, en un aula donde público y actores comparten entremezclados el mismo espacio. En su papel de directora del colegio, Resu Belmonte es una mano izquierda empeñada en que las manos diestras del barrio no lleguen a los puños. Héctor Fuster y Ariana Higón son el rayo y el trueno: una pareja fulminante. Gemma Taberner y Francesc Romeu encarnan a dos padres que sacan conclusiones de veracidad dudosa a base de hacerle preguntas con respuesta inducida a su hija. Todos los personajes respiran organicidad y modulan su conducta conforme a como sea la respuesta del público, que en ocasiones se ha lanzado a proteger la integridad física de alguno de ellos. Juego de niñas es, en definitiva, un conflictivo retazo de vida contado con un sentido del humor vigoroso: parece fruto de un encuentro jovial entre el teatro festivo de La Cubana y las metaficciones de Roger Bernat.

Juego de niñas

Autor y director: Adrián Novella. Madrid. Reparto: Resu Belmonte, Vicent Domingo, Héctor Fuster, Ariana Higón, Francesc Romeu, Gemma Taberner. Teatro del Barrio, hasta el 8 de mayo. Valencia. Teatro El Musical, 14 de mayo.

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