Tamara Kamenszain, el poema que piensa

El último libro que la escritora argentina publicó en vida es una meditación sobre su propia obra y las de las poetas que la acompañaron durante muchos años

La escritora argentina Tamara Kamenszain.SEBASTIÁN FREIRE

Apenas unas semanas antes de su muerte, apareció este libro que Tamara Kamenszain fechó en “marzo- diciembre de 2020″, durante el larguísimo confinamiento que rigió en Buenos Aires. No es un diario de la pandemia, aunque está presente “esta cuarentena sin bares”; no es un ensayo, aunque se citan poetas y pensadores; no es poesía lírica, aunque está escrito en verso; no es una narración, aunque uno de sus leitmotivs dice: “Lo que empezó como poesía / puede terminar como novela...

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Apenas unas semanas antes de su muerte, apareció este libro que Tamara Kamenszain fechó en “marzo- diciembre de 2020″, durante el larguísimo confinamiento que rigió en Buenos Aires. No es un diario de la pandemia, aunque está presente “esta cuarentena sin bares”; no es un ensayo, aunque se citan poetas y pensadores; no es poesía lírica, aunque está escrito en verso; no es una narración, aunque uno de sus leitmotivs dice: “Lo que empezó como poesía / puede terminar como novela”. Chicas en tiempos suspendidos es una meditación sobre su propia obra y las que la acompañaron durante muchos años, una reflexión sobre el poema y su lenguaje: cómo denominarse, ¿poetisa, poeta, antivata (es decir, lo que se opone a la figura masculina del vate)?: “Poetisa era noble / hasta que se usó para despreciar / a nuestras propias abuelas”. ¿Cómo nombrarse? Para una poeta, ser llamada por el nombre de pila (Delmira, Alfonsina) es un rebajamiento paternalista, aunque ahora se recuerde con cierto pudor aquella época en que “estaba montada / en mi tonta pretensión de ser Kamenszain y no Tamara”. En algunos pasajes parece clara la intuición del final, que sin embargo fue repentino, mediante la evocación de poetas amigos que registraron el ocaso de la vida, como el Diario de muerte, de Enrique Lihn, o la producción última de Juana Bignozzi, de quien cita: “Llamo soledad a cenar sola en mi ciudad”.

Este libro representa la convergencia de las dos vocaciones de Kamenszain: el poema y la reflexión sobre el poema. La obra de creación y el ejercicio de pensar lo que escriben los otros, las otras, sobre todo: las “chicas”, en la inflexión rioplatense que incluye todas las edades: desde las que ya no están, como Delmira Agustini o Amelia Biagioni, a las jóvenes en plena producción. Kamenszain se relee y se repiensa: sobre Biagioni y Enrique Lihn había escrito en La edad de la poesía (1996); sobre Delmira Agustini, en Historias de amor (2000). Puesto que, aunque perteneció a una generación de poetas (la de Néstor Perlongher y Arturo Carrera, muy cercanos a ella) que leyó y se impregnó de los pensadores del posestructuralismo (Barthes, Deleuze, Lacan), Kamenszain fue la única que desarrolló una actividad sistemática como ensayista.

De Lacan tomó el concepto de “extimidad” con el que analizó, en Una intimidad inofensiva (2016), algunas obras destacadas de los poetas que se dieron a conocer en el siglo XXI, “los que escriben con lo que hay”.

Después de reunir su obra de creación en La novela de la poesía (2012), publicó El libro de los divanes, una recapitulación en verso de su historia psicoanalítica, y El libro de Tamar (2018), peculiar indagación autobiográfica acerca de su matrimonio y divorcio con Héctor Libertella. La idea de tiempo suspendido del presente libro la toma de Jacques Rancière acerca de la inmovilidad impuesta por la pandemia. Pero suspensión no es supresión, y la meditación de Kamenszain opera por resonancias: de su propia escena como abuela a las Abuelas de Plaza de Mayo; del activismo político de su juventud a la lucha por una ley de aborto en Argentina, promulgada recientemente. Las distintas formas del lamento (el “tanguero”, el “judío” o aquel “con que suelo tapizar / el diván de mi analista”) colorean, con mucho más humor que lágrimas, una cavilación que no parte de respuestas (“las mujeres, ya lo dije, / no escribimos para convencer a nadie”) sino de preguntas siempre renovadas. Chicas en tiempos suspendidos es un libro único, dentro y fuera de la obra de Kamenszain: una lectura obligatoria para quienes se pregunten qué es la poesía de nuestro tiempo.

Chicas en tiempos suspendidos 

Autora: Tamara Kamenszain.


Editorial: Eterna Cadencia, 2021.


Formato: tapa blanda (88 páginas 12,90 euros).

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