Una epopeya en verso inspirada en la Ilíada, el último premio Herralde y otros libros de la semana

Los premios literarios, no nos engañemos, suelen estar diseñados para complacer (y vender) más que para descubrir voces inconformistas y maneras de contar arriesgadas. De ahí la sorpresa mayúscula cuando el año pasado se entregó el Premio del Libro de la Feria de Fráncfort —el más notorio entre los que se conceden en lengua alemana— a una epopeya en verso.

Inspirada por la Antigüedad grecolatina de la Ilíada y la Odisea, la escribió Anne Weber en torno a la figura de Annette Beaumanoir, una excombatiente de ...

Los premios literarios, no nos engañemos, suelen estar diseñados para complacer (y vender) más que para descubrir voces inconformistas y maneras de contar arriesgadas. De ahí la sorpresa mayúscula cuando el año pasado se entregó el Premio del Libro de la Feria de Fráncfort —el más notorio entre los que se conceden en lengua alemana— a una epopeya en verso.

Inspirada por la Antigüedad grecolatina de la Ilíada y la Odisea, la escribió Anne Weber en torno a la figura de Annette Beaumanoir, una excombatiente de la Résistance y luchadora por la independencia de Argelia. Weber, por su parte, ejerce como reconocida traductora literaria y está afincada en París desde hace años. También se dedica —como se ve, con éxito creciente— a la escritura. Sus obras juegan siempre con nuevas formas, estilos y problemáticas. Y suponen un talento a descubrir.

El de Cayetana Álvarez de Toledo, por el contrario, es un talento que pocos desconocen. Hay quien la considera la Dama de Hierro de la democracia española, víctima en repetidas ocasiones de los enemigos más letales que uno puede confrontar: los compañeros del propio partido. En las filas del PP ya se habla de traición tras la publicación de su libro, Políticamente indeseable, donde la política se regocija en algún desquite y traza una cartografía de las cloacas. Confiesa Álvarez de Toledo que el volumen está concebido “desde el socavón”, o sea, el hundimiento, lo que no la impide hacer un llamamiento al optimismo.

No se concede ese privilegio Albert Pijuan, que en su novela La gran ola, escrita originalmente en catalán, viaja hasta el Índico tras los pasos de tres hermanos que fundan un hotel de lujo en Sri Lanka en 2004, el mismo año del gran tsunami. El autor sigue el rastro de aquellos jóvenes hasta verlos convertidos en adultos —o algo parecido— en 2017 para demostrar una teoría: algunos no son capaces de aprender ni de las tragedias descomunales.

Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.