EN POCAS PALABRAS

César Mallorquí: “Escribir para jóvenes me concede libertad”

El escritor, uno de los más reconocidos de la literatura juvenil española, publica ‘El círculo escarlata’, continuación de la exitosa ‘Las lágrimas de Shiva’

SETANTA

La inclinación de César Mallorquí (Barcelona, 1953) por la ciencia-ficción y la fantasía le ha llevado a ser uno de los autores más reconocidos de la literatura juvenil española. Ahora publica El círculo escarlata (Edebé), continuación de su exitosa Las lágrimas de Shiva (2002).

¿Qué le llevó a escribir libros para jóvenes?

La libertad que me concede. Puedo escribir lo que quiera sobr...

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La inclinación de César Mallorquí (Barcelona, 1953) por la ciencia-ficción y la fantasía le ha llevado a ser uno de los autores más reconocidos de la literatura juvenil española. Ahora publica El círculo escarlata (Edebé), continuación de su exitosa Las lágrimas de Shiva (2002).

¿Qué le llevó a escribir libros para jóvenes?

La libertad que me concede. Puedo escribir lo que quiera sobre casi cualquier tema. Los adolescentes tienen la mente mucho más abierta que los adultos.

Las lágrimas de Shiva, la primera parte de El círculo escarlata, fue un superventas. ¿Qué tiene que tener un libro para enganchar a un joven de hoy?

Ojalá lo supiera. Las lágrimas de Shiva transcurre en 1969, cuando no había móviles, ni consolas, ni Internet, ni siquiera TV en color. Algo así como Marte para un chico actual. Y sin embargo, ha sido un gran éxito. Jamás lo habría pensado... Creo que lo fundamental es tratar a los adolescentes como las personas inteligentes que son, con respeto.

¿Qué libro recomendaría a un joven poco interesado en la lectura?

Voy a pecar de falta de humildad: le recomendaría Las lágrimas de Shiva. No es vanidad, es que esa novela ha demostrado múltiples veces su capacidad de atrapar hasta a los más reacios a la lectura.

¿Qué obra ajena le habría gustado escribir?

Trampa 22, de Joseph Heller, entre otras muchas.

¿Qué libro le ha impactado últimamente?

La súbita aparición de Hope, de Claire North. Una inteligente fantasía urbana.

¿Cuál tiene en su mesilla de noche?

Herederos del tiempo, de Adrian Tchaikovsky, una novela de ciencia-ficción.

¿Y cuál no pudo terminar?

Muchos, pero enseguida me olvido de ellos.

¿Qué película ha visto más veces en su vida?

2001: Una odisea del espacio, seguida muy de cerca por El Padrino y El Padrino II.

¿Y cuál recomendaría a un joven?

En busca del arca perdida. Es quizá la película más divertida jamás rodada.

¿Qué música le subyugaba a usted en su juventud? Y ahora, ¿han cambiado mucho sus gustos?

Mi grupo favorito era Pink Floyd. Ahora escucho mucha música celta, bandas como Capercaillie o The Chieftains. Pero no he cambiado demasiado, porque sigo frecuentando el rock de los setenta. Más bien me he encallado.

¿Qué está socialmente sobrevalorado?

Lo políticamente correcto. Es un desastre.

¿Qué encargo no aceptaría jamás?

Cualquiera sobre un tema que no me interese. Soy incapaz de escribir algo que me aburre.

¿A quién le daría el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil?

Por ejemplo, a José Antonio Cotrina. De hecho, intenté que se lo dieran cuando fui jurado del premio. El problema es que Cotrina escribe un dark fantasy muy, pero que muy oscuro. Tanto que asusta a los jurados. Pero su obra es excelente.

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