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Javier Milei, con los astros en contra

La renuncia del candidato a diputado José Luis Espert, denunciado por sus vínculos con un empresario preso por narcotráfico, impacta en la “regeneración política” prometida por el presidente argentino

La eximia historiadora del monoteísmo Karen Armstrong señaló que una de las desviaciones catastróficas de la política ocurre cuando un líder pretende convertir el mito en logos. Es decir, atribuir a un agente sobrenatural el vaivén de la historia profana. El presidente argentino, Javier Milei, acaso cayó en ese error. A medida que se fue acercando hacia el poder, imputó ese movimiento al impulso de “las fuerzas del cielo”. En las últimas semanas, su marcha, muy accidentada, dejó al descubierto que ...

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La eximia historiadora del monoteísmo Karen Armstrong señaló que una de las desviaciones catastróficas de la política ocurre cuando un líder pretende convertir el mito en logos. Es decir, atribuir a un agente sobrenatural el vaivén de la historia profana. El presidente argentino, Javier Milei, acaso cayó en ese error. A medida que se fue acercando hacia el poder, imputó ese movimiento al impulso de “las fuerzas del cielo”. En las últimas semanas, su marcha, muy accidentada, dejó al descubierto que su Gobierno está siendo vapuleado por las fuerzas de la tierra.

La última manifestación de esa naturaleza terrenal de su actuación se produjo el domingo por la tarde. El primer candidato de la lista con la que La Libertad Avanza, el partido de Milei, competirá el próximo domingo 26 en las elecciones por los diputados nacionales de la provincia de Buenos Aires, José Luis Espert, renunció a su postulación. Fue después de resistir durante más de una semana la acusación de haber sido financiado por un empresario procesado en los Estados Unidos por narcotráfico.

Para calibrar la dimensión del problema: en la provincia de Buenos Aires se libra la principal batalla de poder de la Argentina. No solo porque es el distrito más poblado, con una agenda endiablada de penurias económicas. También porque allí tiene su base más sólida el peronismo kirchnerista, cuyo regreso es la amenaza que más temen los hombres de negocios o, para utilizar la jerga del sector, “los mercados”.

Espert es un economista que ingresó en la arena política en 2019. Ese año un empresario, Federico Fred Machado, organizó para él la presentación de un libro, poniendo a su servicio un avión privado. Aquel año Espert fue candidato a presidente, con chances casi iguales a cero. En 2021 volvió a postularse, para una diputación. Durante la campaña le reprocharon el vínculo con Machado. Pero él alegaba que se limitó a la inocente presentación de un libro. Y que desconocía las fechorías de su benefactor. Aferrado a ese argumento, llegó hasta 2025, en que Milei lo puso al frente de su lista más valiosa.

Hace 10 días, la prensa publicó que en enero de 2020 entraron en una cuenta bancaria de Espert 200.000 dólares aportados por una empresa de Machado. Una minera que está siendo investigada en los Estados Unidos por presunto lavado de dinero del narcotráfico. Un dirigente kirchnerista, candidato en la lista que compite con la del acusado, Juan Grabois, llevó el tema a la justicia. Desde ese momento comenzó a crecer un escándalo que terminó en la renuncia del candidato.

Lo más interesante de esta tormenta es que Espert siguió negando las evidencias y resistiéndose a dar explicaciones, aun en su carta de renuncia. No le importó que, a medida que pasaban las horas, se fuera agregando información muy poco edificante. En muchos casos, provista por personas cercanas al propio Machado, indignado porque su patrocinado negara todo lo que había recibido de su mano.

Milei acompañó a su candidato descalificando la discusión: “Son chismes de peluquería”, dijo. Ahora que Espert ya no está más en la nómina oficialista, la cabeza de esa oferta la encarna Diego Santilli, un dirigente del Pro, el partido que lidera Mauricio Macri y que es aliado de La Libertad Avanza. Minutos después de que emerja el nombre de Santilli comenzó a viralizarse un mensaje de Milei, emitido hace cuatro años, en el que retrataba a su actual candidato como un símbolo de la corrupción.

La crisis que se desató con estos escándalos tiene derivaciones delicadas. En principio, impacta en el corazón del mensaje de Milei. Él llegó al poder envuelto en la bandera de la regeneración política. Como el vengador de la sociedad frente a una “casta” corrupta. Ahora su fuerza electoral parece encarnar lo más oscuro de esa “casta”.

Además, el estallido del episodio de Espert tiene la peculiaridad de reforzar la verosimilitud de otros casos anteriores de características similares. Por ejemplo, la participación del Presidente en el lanzamiento de una criptomoneda fraudulenta llamada $Libra. O la divulgación de confesiones de un exfuncionario relatando cómo en su dependencia se cobraban sobornos por contratos de adquisición de medicamentos para personas con discapacidad. En ambas tramas ocuparía un lugar central Karina Milei, hermana de Javier y secretaria general de la Presidencia. A medida que se van enhebrando esas historias se vuelve cada vez más sensata la pregunta: ¿Milei es el líder que viene a sanear la actividad política en la Argentina o es la manifestación de una etapa más acelerada de degradación de esa actividad?

La debilidad de La Libertad Avanza se hace más visible en la provincia de Buenos Aires, el distrito en el que se postulaba Espert y donde ese partido ya perdió las elecciones locales del 7 de septiembre, con una diferencia de casi 14 puntos porcentuales respecto del peronismo kirchnerista. Una nueva victoria de esa corriente dejaría la impresión de que los peronistas, liderados por Cristina Kirchner y su equipo, podrían regresar al poder en 2027 para imponer una agenda que desalienta mucho la inversión privada. Quiere decir que un éxito kirchnerista en las próximas elecciones podría determinar una retracción fuerte de los negocios, en una economía que pide a gritos reactivarse de la mano del sector privado.

Desde esas elecciones del 7 de septiembre, y a propósito de la crisis personificada por Espert, se quebró un hechizo. Milei ya no es invicto. Es un político más, de esos que pierden o ganan elecciones. Este desencantamiento viene de la mano de otro: además de no ser invicto, Milei tampoco es infalible. En efecto: la economía, que es la ciencia que él se ufana de manejar mejor que nadie, se está comportando en sentido inverso a sus pronósticos.

Hace dos semanas, el Gobierno argentino estuvo a punto de sumergirse en un maremoto financiero capaz de hacer peligrar su estabilidad. El mercado cambiario comenzó a demandar dólares, inquieto por la falta de reservas del Banco Central. Las autoridades económicas ofrecieron esos dólares, agravando el problema que provocaba la corrida. Ese duelo que el Gobierno iba perdiendo ante los compradores de divisas contaminó el mercado del crédito. Los tenedores de bonos argentinos comenzaron a desprenderse de esos papeles ante la posibilidad de que, carente de dólares, el Estado no pudiera honrar su deuda.

El milagro que detuvo la precipitación en el abismo llegó desde Washington. El secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, anunció que haría lo que fuera necesario para salvar a Milei. Con los días comenzó a evaluarse que ese salvataje podría consistir en un fortalecimiento de las reservas del Banco Central a través de algún préstamo del Tesoro norteamericano. También se especuló con que ese Tesoro compre títulos argentinos para despejar la perspectiva de un default.

El problema de este auxilio que encontró Milei en la administración de su amigo Donald Trump es que su ejecución está ligada a que el gobierno argentino fortalezca su política. Aquí se cruzan los dos cables para provocar un cortocircuito. El vapuleo al que está siendo sometida La Libertad Avanza hace temer que tenga un mal resultado electoral y que, por lo tanto, el blindaje financiero ofrecido por Bessent no sea tan seguro. Esta posibilidad es advertida por el mercado cambiario que sigue presionando sobre la cotización del dólar.

La política y la economía se están organizando para someter a Milei a una gran corriente de adversidad. O, para contrariar a Karen Armstrong, se podría decir que los astros se están alineando en contra del presidente argentino.

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