Luis Caputo, el mago de las finanzas de Milei que ya no convence
El pasado como operador bursátil del ministro de Economía de Argentina le permite hacer jugadas arriesgadas que dividen opiniones
Luis Toto Caputo (Buenos Aires, 60 años) tiene una habilidad sin igual para conseguir dinero en aguas revueltas. El ministro de Economía argentino eliminó a principios de esta semana el impuesto a las exportaciones de granos y en solo tres días, ingresaron 7.000 millones de dólares al país. El miércoles, e...
Luis Toto Caputo (Buenos Aires, 60 años) tiene una habilidad sin igual para conseguir dinero en aguas revueltas. El ministro de Economía argentino eliminó a principios de esta semana el impuesto a las exportaciones de granos y en solo tres días, ingresaron 7.000 millones de dólares al país. El miércoles, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, anunció que la Casa Blanca negocia una línea de ayuda de 20.000 millones de dólares para Argentina. La tormenta financiera que amenazaba con llevarse puesto al peso y a los bonos argentinos amainó. La moneda nacional volvió a apreciarse y los bonos recuperaron terreno. Este ex operador bursátil de Wall Street al nunca le ha temblado la mano para hacer arriesgadas operaciones financieras se ganó una nueva palmada en la espalda de Javier Milei y también un torrente de críticas.
Caputo nació en el seno de una familia acomodada y de extensos vínculos con la política y el poder. Su abuelo Nicolás fundó una constructora que se ha convertido en una de las más grandes del país, Caputo S.A., y su tío Dante fue canciller en el gobierno de Raúl Alfonsín tras el regreso de Argentina a la democracia en 1983. Estudió en el colegio privado Cardenal Newman, el mismo al que asistieron el expresidente Mauricio Macri y su primo Nicolás Caputo, y es el tío de Santiago Caputo, a quien Milei calificó como “el verdadero arquitecto” del triunfo electoral que lo llevó a la presidencia en 2023.
Es economista por la Universidad de Buenos Aires, pero sus pares y ex compañeros de Gabinete lo definen como un trader. “Si quiero un tipo que me maneje las finanzas personales, confiaría mucho en Toto Caputo porque su gran conocimiento del mercado me va a hacer ganar plata, pero como ministro de Economía prefiero una persona que diga cuáles son las reglas del juego e intervenga lo menos posible”, dice quien fue su secretario de Política Económica hasta junio de 2024, Joaquín Cottani.
“Es un gran trader y un pésimo funcionario”, lo define un operador bursátil argentino. “Es la opinión generalizada en el ambiente”, asegura después de que Caputo reintrodujese este viernes controles a la compra de divisas. “Lo que Macri valoraba en él era su conocimiento sobre cómo funcionan los mercados. Tiene dotes para anticiparse a sus movimientos, saber cómo piensan y reaccionan en este mundo tan irracional, y saber mostrarles la zanahoria, sacar un conejo de la galera”, coincide un ex alto cargo del Gobierno de Macri.
Su fama en el mundo de las finanzas se remonta a los años noventa, cuando trabajó para JP Morgan en Estados Unidos como trader de bonos y acciones en Argentina y América Latina en Estados Unidos. “Toto era una síntesis de la vieja y la nueva escuela: le gustaba la cosquilla del riesgo, pero intentaba rascarse con la mayor precisión posible”, escribió sobre él Hernan Iglesias Illa en el libro Golden boys (Penguin Random House, 2008) sobre el grupo de argentinos que coincidieron en esa época en Wall Street. “Era el Pelé blanco”, lo recuerda con admiración uno de ellos. Caputo se mudó de Nueva York a Londres para asumir como responsable de Trading de Europa del Este y América Latina del Deutsche Bank, banco que presidió en Argentina entre 2003 y 2008.
Fuentes allegadas a Caputo dicen que dudó cuando Macri lo invitó a formar parte de su Gabinete a finales de 2015 como secretario de Finanzas. Casado con Ximena Ruiz Hanglin y padre de seis hijos, Caputo triunfaba en la banca privada y tenía la vida resuelta. Su amigo desde la facultad, Mario Quintana, contribuyó a persuadirlo.
El entonces secretario se ganó con rapidez el aprecio del presidente gracias al acuerdo alcanzado con los fondos buitre que habían llevado a Argentina a los tribunales en 2010 y que bloqueaba el acceso del país sudamericano a los mercados financieros. Desde ese momento, el crédito privado internacional comenzó a fluir a raudales y Caputo fue ascendido a ministro de Finanzas a principios de 2017. Argentina había regresado al mundo y el entonces jefe de Gabinete, Marcos Peña, lo bautizó como “el Messi de las finanzas”.
La confianza del Gobierno en él se mantuvo incólume cuando su nombre apareció en los Paradise Papers sobre inversiones en paraísos fiscales. La filtración de documentos difundida por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) vinculó a Caputo con dos sociedades que no figuraban en su declaración jurada pública como funcionario. El ministro dijo haber omitido el dato porque no era accionista de las sociedades y continuó en el cargo.
Caputo también hizo oídos sordos a quienes le reclamaban que repatriase su fortuna. “Cuando sos ministro y vas al exterior a buscar inversiones, es un papelón tener la plata afuera”, dijo entonces el economista y diplomático Guillermo Nielsen. Siete años después, todo sigue igual y dos tercios de sus bienes están en el extranjero. Según su última declaración jurada, el patrimonio de Caputo aumentó un 137% en 2024, hasta los 11.851 millones de pesos (equivalentes a 11,1 millones de dólares a final de ese año).
Entre los hitos más recordados de su gestión macrista está el bono a 100 años que colocó por 2.700 millones de dólares, pero también sus maniobras a partir de 2018, cuando los fondos frescos comenzaron a escasear. Ese mayo logró vender 3.000 millones de dólares en bonos del Tesoro en pesos a los fondos Templeton y BlackRock con el objetivo de mostrar que el Gobierno todavía tenía acceso a los mercados. Le propuso entonces a Macri pedir un rescate al Fondo Monetario Internacional que resulto el más grande en la historia de la institución (57.000 millones de dólares).
El uso de los fondos recibidos del FMI fue motivo de duras discusiones entre el staff del organismo internacional y Caputo en su flamante cargo de titular del Banco Central de la República Argentina (BCRA), como recordó el entonces director del Departamento del hemisferio occidental en el FMI, Alejandro Werner, en su libro La Argentina en el Fondo (Edhasa, 2023). “La designación de Caputo fue otro gran error de Macri”, escribió Werner. “Se trataba de una persona sin experiencia en política monetaria, un asunto clave para lograr la estabilización en medio de esa tremenda crisis”, subrayó el economista. En una charla posterior con EL PAÍS, Werner reiteró que en ese momento “Argentina necesitaba un banquero central que pusiese orden y determinase las reglas del juego para que el mercado funcionase de forma eficiente”. En su opinión, Caputo tenía “experiencia como jugador, no como árbitro” y en vez de poner reglas claras prefirió intervenir en el mercado cambiario.
En 2018, Milei no había dado el salto a la política y era un economista excéntrico que se paseaba de un plató de televisión a otro con opiniones polémicas que disparaban los niveles de audiencia. En una de sus intervenciones televisivas, llamó a Caputo “ineficiente” y lo acusó de “fumarse 15.000 millones de dólares en reservas, irresponsablemente”. Caputo duró solo tres meses al frente del BCRA y renunció por “motivos personales”.
“El mejor ministro de la historia”
Milei cambió de opinión al conocer a Caputo en persona. El presidente electo lo invitó a acompañarlo a un viaje a Estados Unidos en noviembre de 2023 y a su regreso lo confirmó como su ministro de Economía. Le ha dedicado decenas de elogios, entre ellos el de ser “el mejor ministro de Economía de la historia de Argentina.
Caputo volvió por la revancha. Milei le dio otra oportunidad y no ha tenido problema para adaptarse al estilo de su nuevo jefe. “Me impresiona su transformación pública”, dice un ex alto funcionario macrista. “La persona que traté no tenía esa euforia ni arrogancia de ahora, era incapaz de decir cosas como ‘Comprá, campeón”, subraya, en referencia a la frase con la que intentó semanas atrás alejar los rumores de que se avecinaba una devaluación del peso. También le sorprende que comparta Gabinete con el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger: “Se detestaban en la época de Macri. Para Sturze, que estudió en Harvard y participa en la vida académica, Toto era un mercachifle, un timbero; para Toto, Sturze era el típico académico que vive alejado de la realidad con sus teorías abstractas”.
Cottani cree que, como ministro de Economía, Caputo se parece más a Pablo Aimar, el exjugador de River Plate y el Valencia, que a Messi. “Aimar era muy bueno para marear, para sorprender a los defensores, pero llegaba al arco y le costaba concretar”, dispara. Para el exsecretario de Política económica, Caputo “es muy hábil sacando conejos de la galera, como la medida de eliminar las retenciones a las exportaciones que duró tres días o el blanqueo impositivo, que permitió que las reservas no cayeran”. Esa habilidad, continúa, “sería muy buena para resolver shocks externos, pero no como solución a los problemas fundamentales y a los desequilibrios de la economía argentina”.
Una semana atrás, la economía argentina parecía precipitarse al abismo, pero Caputo multiplicó de la nada, otra vez, los conejos. Nadie sabe si tiene otros ni cuándo los usará.