El Gobierno de Milei vigilará las redes sociales con IA para “predecir futuros delitos”
La Unidad de Inteligencia Artificial Aplicada a la Seguridad, anunciada este lunes por el Ejecutivo argentino, se dedicará al ciberpatrullaje de redes e internet
El ajuste y el desguace de la administración pública que motoriza Javier Milei en Argentina no corren para las áreas de seguridad y defensa. Después de restaurar la Secretaría de Inteligencia del Estado y asignarle millonarios fondos reservados —por los que no debe dar cuenta—, ahora creó una unidad especial que se ocupará del ciberpatrullaje en redes sociales e internet, el análisis de las cámaras de seguridad en tiempo real y la vigilancia aérea mediante drones, entre otras cosas. Además, usará “algoritmos de aprendizaje automático” para “predecir futuros delitos”, como alguna vez soñó el escritor Philip K. Dick y llevó a la fama la película Minority Report. ¿Cómo hará todo eso? Mediante la inteligencia artificial (IA), anunció el Ejecutivo.
El presidente Milei viene planteando, entre los planes dirigidos a achicar el Estado, que pretende reemplazar a sus trabajadores y organizaciones por sistemas de IA. La primera función que le dará a esa tecnología, sin embargo, será una ampliación de las dependencias estatales: este lunes su Gobierno creó la Unidad de Inteligencia Artificial Aplicada a la Seguridad.
El nuevo organismo dependerá del Ministerio de Seguridad. “Resulta indispensable aplicar la inteligencia artificial en la prevención, detección, investigación y persecución del delito y sus conexiones”, indica la resolución firmada por la ministra Patricia Bullrich, que cita como fundamento desarrollos similares en otros países. La convicción detrás de la decisión es que el uso de la IA “mejorará significativamente la eficiencia de las distintas áreas del ministerio y de las fuerzas policiales y de seguridad federales, permitiendo respuestas más rápidas y precisas ante amenazas y emergencias”.
La Unidad de Inteligencia Artificial estará integrada por policías y agentes de otras fuerzas de seguridad. Tendrá entre sus funciones “patrullar las redes sociales abiertas, aplicaciones y sitios de internet”, donde buscará “detectar amenazas potenciales, identificar movimientos de grupos delictivos o prever disturbios”. También se dedicará a “analizar imágenes de cámaras de seguridad en tiempo real a fin de detectar actividades sospechosas o identificar personas buscadas utilizando reconocimiento facial”. La resolución le atribuye, además, potestades dignas de la ciencia ficción: “Utilizar algoritmos de aprendizaje automático a fin de analizar datos históricos de crímenes y de ese modo predecir futuros delitos”. Otro propósito será descubrir “transacciones financieras sospechosas o comportamientos anómalos que podrían indicar actividades ilegales”.
La nueva unidad no se ocupará sólo de los espacios virtuales. Podrá “patrullar mediante drones áreas extensas, proporcionar vigilancia aérea y responder a emergencias”, así como realizar “tareas peligrosas, como la desactivación de explosivos, mediante robots”.
Derechos en riesgo
Diversos expertos y organizaciones civiles advirtieron que la nueva Unidad de IA amenazará derechos ciudadanos.
“El órgano gubernamental creado para patrullar redes sociales, aplicaciones y sitios de internet contradice varios artículos de la Constitución Nacional”, señaló Martín Becerra, profesor e investigador en medios de comunicación y tecnologías de la información. “El Gobierno de Milei (y Bullrich) es antiliberal. Decreta nuevas regulaciones, refuerza la función represiva estatal, aumenta la opacidad de los fondos públicos y elimina normas que buscaban proteger a los más vulnerables”, alertó en sus redes sociales.
Para Natalia Zuazo, especialista políticas digitales, la iniciativa consiste en “inteligencia ilegal disfrazada de utilización de tecnologías ‘modernas’”. Entre los riesgos implícitos, detalló que habrá escaso control y muchas fuerzas de seguridad diferentes con acceso a la información recabada.
El Centro de Estudios en Libertad de Expresión y Acceso a la Información de la Universidad de Palermo planteó que sus investigaciones sobre las prácticas de ciberpatrullaje en Argentina y otros países latinoamericanos indican que “muchas veces no se cumplen los principios de legalidad y transparencia. La opacidad en la adquisición e implementación de tecnologías y la falta de rendición de cuentas son preocupantes. En el pasado, estas tecnologías se han usado para perfilar académicos, periodistas, políticos y activistas”. En ese contexto, “sin supervisión ni contrapesos, la privacidad y la libertad de expresión se ven amenazadas”.
El Observatorio de Derecho Informático Argentino apuntó que en la resolución de Seguridad “se justifica la medida mediante una invocación de experiencias comparadas de la que nunca se efectúa el más mínimo análisis”. Y preguntó: “¿Son comparables realmente los sistemas de seguridad de China o India con los de Francia o Singapur y, al mismo tiempo, todos ellos con el de Argentina?”.
El investigador Becerra cuestionó en particular la función de predecir delitos asignada a la nueva unidad y señaló que es “algo en lo que explícitamente el uso de IA ha fallado y que, por tanto, hay que evitar”.
El cuento de Philip K. Dick que dio origen a la película de Steven Spielberg, conocida en castellano como Sentencia previa, ya alertaba sobre los problemas de la predicción de crímenes. “Los detuvimos [a los futuros delincuentes] antes de que pudieran cometer cualquier acto de violencia”, decía uno de los personajes del relato. “Así, la comisión del crimen por sí mismo es absolutamente una cuestión metafísica. Nosotros afirmamos que son culpables. Y ellos, a su vez, afirman constantemente que son inocentes. Y en cierto sentido son inocentes.”
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