¿Quiénes votan a Javier Milei en Argentina?
El candidato ultra suma apoyos de todas las edades y clases sociales, aunque los que más lo militan son los varones jóvenes
Javier Milei es el candidato a la presidencia argentina con un perfil más heterogéneo de votantes. Su base electoral son varones jóvenes, los primeros que comenzaron a seguirlo a través de las redes sociales, pero en los últimos meses el apoyo al candidato ultra ha crecido y se ha extendido a electores de todas las franjas etarias y clases sociales. Entre los votantes del partido de ultraderecha La Libertad Avanza entrevistados por EL PAÍS hay trabajadores sin empleo formal que han sido golpeados como nadie por la inflación, pequeños comerciantes que critican la carga impositiva que deben pagar, profesionales que teletrabajan para conseguir clientes en el exterior y padres y abuelos preocupados por el futuro de sus hijos y nietos, la creciente inseguridad y la corrupción. El favorito en las encuestas para las elecciones presidenciales del domingo tiene votantes en la capital y su extensa área metropolitana y también en las provincias más alejadas.
Facundo Sastre, estudiante, 18 años: “Me gusta Milei porque es muy honesto y tiene planes a futuro”
Facundo Sastre cursa ingeniería de sistemas en la Universidad Tecnológica Nacional en Buenos Aires. Conoció a Milei en el secundario, cuando estudiaba en una escuela con orientación económica, y empezó a seguirlo a través de las redes sociales y a hablar de él a su familia. “Al principio, a mi papá no le gustaba mucho la idea por su forma de hablar, pero después lo escucharon mejor y les gustaron sus ideas”, cuenta Sastre, que vive en Lomas de Zamora. “Lo noto muy honesto, no como los otros, y tiene planes a futuro, da ejemplos claros de lo que va a hacer”, continúa. La propuesta que más le entusiasma a este adolescente del programa del candidato ultra tiene que ver con la educación: “Me encanta el sistema de vouchers para las facultades, me parece muy bueno”. Según Milei, ese sistema contempla que las escuelas sean aranceladas [de pago] y que los estudiantes puedan usar el cheque que reciban del Estado “para ir a la que quieran, sea de gestión estatal o privada”.
Augusto Montamat, comerciante, 28 años: “Decirse de izquierdas debería dar vergüenza”
Augusto Montamat comenzó a militar en política en grupos juveniles de Juntos por el Cambio en la provincia de Córdoba, en el centro de Argentina. Acababa de salir del colegio y los discursos antikirchneristas lo empujaron hace una década a las filas de la alianza creada por Mauricio Macri. Desencantado con la gestión macrista entre 2015 y 2019, tomó distancia de la formación, pero mantuvo contacto con algunos personajes que conoció allí, como el escritor de ultraderecha Agustín Laje, que fue quien le presentó a Milei. Desde entonces, Montamat ha apoyado los pasos de aquel controvertido economista que vio por primera vez en 2018. “Soy de derechas y trabajo para que ese concepto sea aceptado”, dice el cordobés, “decirse de izquierdas debería ser una razón de vergüenza”. Comerciante de profesión, Montamat creó en la pandemia una fundación para apoyar a comedores comunitarios y asistir a niños pobres. Esta semana viajó 700 kilómetros para estar presente en el cierre de campaña de Milei en Buenos Aires. Si tuviera que definirse a sí mismo, diría que es enemigo del Estado, defensor de “la vida desde la concepción” y un seguidor de “los valores cristianos”.
María del Carmen Moraga, desempleada, 48 años, y su hija, de 14: “Quiero que si mi hija se va del país sea solo para disfrute”
María del Carmen Moraga decidió votar a Milei cuando su hija le dijo que cuando terminase el secundario se iba a ir de Argentina a probar suerte fuera. “Pienso que Milei representa una opción para que ella se lo piense mejor”, cuenta, “quiero que si mi hija se va del país sea solo para disfrute, para conocer otras culturas”. A esta mujer, hoy desempleada, le da miedo la similitud entre las políticas que plantea el candidato ultra y las de Carlos Menem (1989-1999), que llegó al poder cuando ella era una adolescente. “La pasé muy mal, fue lo peor que me tocó vivir. A los 14 años empecé a trabajar para llevar la comida a mi casa y como no había dinero, mi patrón solo me podía pagar con comida”, recuerda de aquella época. Aun así, cree que esta vez será distinto. Se decidió por el candidato del partido de ultraderecha después de haberle dado oportunidades a otros y sentir que le fallaron. Residente de la periferia oeste de Buenos Aires, Moraga cree que la principal preocupación es la inseguridad. “En el tema económico somos un país de tirar para abajo y subir, hasta flotar de nuevo. Pero en la inseguridad, en una semana tuve dos robos” agrega.
Gonzalo, programador informático, 41 años: “Si mis clientes en el exterior me pagan acá pierdo con el cambio”
Gonzalo quiere que gane Javier Milei para que haya una rebaja generalizada de impuestos. Cree que así se dinamizará una economía que lleva 12 años estancada. “Mirá alrededor, hay muchos negocios cerrados porque no dan las cuentas. Vos querés abrir un comercio y tenés que pagar la habilitación, un montón de tasas a la municipalidad, a la provincia, salarios, publicidad… Así no se puede”, cuenta este programador informático en Lomas de Zamora, a 20 kilómetros de Buenos Aires. Gonzalo critica también las trabas que pone el Estado para los emprendedores como él. “Yo tengo clientes en el exterior, pero me depositan los dólares en una cuenta externa porque si me pagan acá me lo pasan a pesos al valor oficial, que está a 370 pesos, en vez de al blue, que se acerca a los 1,000. Y así estamos todos”, lamenta. Gonzalo militó en el peronismo en su juventud, pero hoy, cuando echa la vista atrás, piensa que lo hizo “por una cuestión generacional”. Ahora apoya a Milei con la agrupación La Julio Argentino, creada en 2021, tras la fundación de La Libertad Avanza.
Alicia, enfermera, 66 años: “Me gusta Milei porque no viene de la política”
Alicia, quien prefiere no dar su apellido, nació en Uruguay hace 66 años, pero se nacionalizó argentina por opción: “Aquí estudié, aquí trabajé y aquí me jubilé”. Cuenta que durante sus 35 años como enfermera en hospitales públicos vio el progresivo deterioro de la sanidad, la escasa valoración a los profesionales, los sueldos cada vez más bajos y cómo los mejores “se van a la privada”. Lamenta que en Argentina “está todo politizado” y dice que por eso, pese a tener la nacionalidad, nunca fue a votar. Este 22 de octubre será la primera vez. “Yo siempre dije que era apolítica y nunca voté porque no confiaba en nadie, pero ahora me gusta la propuesta de Milei porque no viene de la política”, señala. Alicia cree que mucha gente se asusta porque “habla y parece un loco”, pero defiende que es un economista con gran experiencia. “Al menos es alguien no conocido, porque de los conocidos no hay ninguno que valga la pena”, subraya.
Ruth Bacca, comerciante, 54 años: “Se respira una esperanza, hace mucho que tenía ganas de sentirla”
Ruth Bacca creció en una familia antiperonista en la provincia de Mendoza (oeste), pero no se involucró en la política hasta el año pasado, cuando empezó a asistir a reuniones en las que se hablaba sobre las ideas de Javier Milei. El candidato ultra la encantó, asegura. “Se respira una esperanza, hace mucho que tenía ganas de sentirla. Él va a poder hacer el cambio y vamos a tener que ayudarlo mucho”, dice Bacca, que estos días ha repartido boletas y el domingo ayudará en la fiscalización de urnas. Bacca resume con un ejemplo lo que la lleva a votar a Milei. “Yo vivo en el campo y hay una salita [de atención sanitaria]: solo te podés enfermar de 7.30 a 13.00, que es cuando va la enfermera. Es un horror; estamos dependiendo del Estado y el Estado está manejando mal la plata”, explica. Donde ella vota, afirma, Milei obtuvo el 55% de los votos en las elecciones primarias y espera que el triunfo se repita este domingo: “Acá a [Sergio Massa, peronista] no lo quiere nadie; [Patricia] Bullrich [Juntos por el Cambio] vino y estuvo 10 minutos, todo el tiempo hablando en contra de Milei. La gente está cansada”.
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