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Cárcel para L-Gante, el rapero que cautivó al peronismo y a la prensa de derecha radical en Argentina

Elián Valenzuela, de 23 años, cumple una semana detenido, acusado de amenazar con un arma y mantener cautivo a un vecino de su familia tras una pelea en una discoteca

L-Gante
El rapero argentino L-Gante, durante una presentación en Buenos Aires en 2021.SOPA Images (SOPA Images/LightRocket via Gett)
José Pablo Criales

Un fiscal de la provincia de Buenos Aires ha rechazado este martes el pedido de libertad de uno de los raperos más populares de Argentina. Elián Valenzuela, de 23 años, seguirá prisión tras haber sido detenido el pasado martes. Está acusado de amenazar con un arma y secuestrar a un vecino de su familia tras una pelea en una discoteca el pasado 27 de mayo. “Si no salgo ganando, prefiero no salir”, escribió en una carta que compartió el lunes con sus cinco millones de seguidores de Instagram. El más reciente de sus problemas judiciales lo tiene contra las cuerdas.

Máximo exponente del nicho de la nueva cumbia argentina, L-Gante se convirtió en una de las personas más populares del país en julio de 2021. Fue gracias a un cumplido de Cristina Kirchner. Durante un acto oficial en una escuela de Buenos Aires, la expresidenta citó una entrevista en la que el músico contaba que había grabado y editado su primer éxito viral en uno de los ordenadores repartidos por el Estado en las escuelas públicas. “Élegant”, como le llamó la vicepresidenta, era un buen ejemplo de que los cinco millones de portátiles que había repartido la Casa Rosada entre 2010 y 2015 podían servir para que los jóvenes “formen empresas” o “descubran sus cualidades artísticas”. “Les recomiendo que lo escuchen”, aconsejó Kirchner. “Él dice que, con esa Conectar Igualdad que recibió en 2014 y un microfonito hizo un tema que hoy tiene 176 millones de reproducciones en YouTube”.

La vicepresidenta quería que se escuchase la historia de un joven nacido pobre que cambió su destino para respaldar una de sus políticas públicas, pero la prensa opositora lo tomó como un respaldo a canciones que incitaban al consumo de drogas, la promiscuidad y la misoginia. “El nuevo icono de la cultura cristinista”, lo llamó uno de los periodistas más influyentes de la derecha argentina, Eduardo Feinmann, que terminó invitándolo a su programa.

L-Gante había salido a desmentir a la vicepresidenta para decir que, en realidad, había recibido el ordenador de Conectar Igualdad de un amigo porque él ya había dejado la escuela. “¿Usted sabe cantar?”, le preguntó el rapero a Feinmann apenas comenzada la entrevista. “Yo tampoco”, le dijo sin esperar respuesta y lo encandiló durante media hora. Desde la anécdota de que empezó a consumir drogas a los 15 años hasta la descripción minuciosa de la pequeña casa que compartía con su madre en la periferia de Buenos Aires, fueron todas sonrisas.

2021 fue el año de L-Gante. En marzo grabó una canción en el estudio musical más famoso del mundo, el de Bizarrap; en julio fue la noticia del mes; en octubre lo recibió el presidente, Alberto Fernández; en diciembre se mudó a un barrio privado con su novia y su hija de un año. En ese mismo sitio fue arrestado el pasado martes.

El 27 de mayo, uno de sus antiguos vecinos del municipio de General Rodríguez, en la periferia oeste de la ciudad de Buenos Aires, denunció que el rapero le había apuntado con un arma y obligado a subirse a su coche durante la madrugada. Pasó después de una pelea entre él y los amigos de L-Gante en una discoteca de la zona. Según la denuncia, el hombre, Gastón Torres, fue obligado a subir al coche del músico a punta de pistola y secuestrado durante casi media hora, mientras este se aseguraba de que sus amigos no habían tenido problemas con la policía. “Preparame un campito que a este lo matamos ahí”, había dicho L-Gante en una conversación telefónica mientras paseaba a su rehén, según la agencia Télam. El 6 de junio, fue arrestado en su casa tras cuatro allanamientos para encontrarlo.

L-Gante acaba de terminar una semana detenido en una unidad de investigaciones de la policía con sus familiares y fanáticos acampando en la puerta. Este martes, el fiscal que lleva su caso negó su liberación mientras continúa la investigación. No es su primera problema con la justicia: ya había sido detenido en marzo de 2021 por disturbios en la vía pública y en febrero de 2022 por otra intimidación a un joven con un arma de fuego. Su abogado denuncia que la policía se ha ensañado con el cantante, y la movilización a las afueras del centro de detención exige la liberación del último héroe de los humildes, que canta sobre la realidad social de un país con un 40% de su población en la pobreza y exclusión.

En un audio filtrado a la prensa, su denunciante asegura que las amenazas no han parado en toda la semana: “Amenazan hasta a mi hija de 13 años. Es una vergüenza. No sabemos qué hacer, si salimos nos amenazan y si nos quedamos nos tiran piedras a la casa”.

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Sobre la firma

José Pablo Criales
Es corresponsal de EL PAÍS en Buenos Aires. Trabaja en el diario desde 2019, fue redactor en México y parte del equipo de la mesa digital de América. Es licenciado en Comunicación por la Universidad Austral y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS.

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