Argentina pospone parte de los vencimientos de su deuda en pesos más allá de 2024

El Gobierno argentino alcanzó este lunes un acuerdo con los bancos para posponer hasta más allá de 2024 vencimientos de su deuda en moneda local por 7,5 billones de pesos (36.500 millones de dólares, al cambio oficial). El anuncio pretende despejar la agenda de pagos en un año electoral y alejar “la idea de que tenemos un reperfilamiento de deuda”, según dijo el ministro de Economía, Sergio Massa, al hacer el anuncio.

La suma acordada es parte de los 16 billones de pesos que vencen durante este año en bonos que están en manos de bancos públicos y privados y organismos del Estado que llevan años financiado al Tesoro. El canje se suma al acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en enero de 2022, que supuso postergar los pagos de intereses de los 44.000 millones de dólares que el organismo prestó al presidente Mauricio Macri en 2018.

Este es el tercer canje de bonos en pesos que realiza Massa desde junio pasado, cuando asumió en medio de la tormenta política que generó la salida anticipada de su predecesor, Martín Guzmán. La reticencia de los bonistas a aceptar los papeles del Estado obligó al ministro a subir cada vez más las tasas, hasta llegar al 119%. Pero aún así no logró extender los plazos más allá de 2023. Cada vencimiento de bonos sometía al Gobierno un gran estrés financiero. Massa dijo este lunes que el canje “desactiva esa idea de la bomba, de que cada dos o tres meses está algo por explotar”. Ahora, en cambio, “tenemos una curva de vencimiento 2024 y 2025 mucho más ordenada, asociada además al programa de orden fiscal”, agregó.

La oferta de la Casa Rosada consta de dos canastas, una actualizada por inflación y otra dual con cobertura por inflación o valor dólar. Estos últimos son los más tentadores, porque prometen al tenedor el mejor resultado entre cualquiera de las dos variables. El Gobierno espera ahora que la adhesión de los bancos supere la de anteriores operaciones de canje, que oscilaron entre el 60 y el 80%. Solo así logrará detener la bola inflacionaria derivada de la impresión de billetes a la que apela para financiar el rojo fiscal y los vencimientos de deuda. El mes pasado, la inflación anual se acercó peligrosamente al 100%, una barrera que seguramente se cruzará cuando se conozca el dato del mes de febrero, de alrededor del 6%.

El canje se celebró como una gran victoria en la Casa Rosada pero recibió críticas de la oposición de Juntos por el Cambio, que lo consideraron una bomba de tiempo que le explotará al próximo Gobierno. Como esperan ganar en las generales de octubre, se consideran víctimas de la maniobra. El crítico más duro fue Hernán Lacunza, último ministro de Economía de Mauricio Macri. “Es una operación vil y ruinosa para el Estado”, escribió. Le respondió el jefe de Gabinete, Agustín Rossi. “Intentan desestabilizar con un comunicado por mes los mismos que ‘defaultearon’ la deuda en pesos cuando gobernaron. El canje de la deuda en pesos da certeza y previsibilidad a la economía argentina”, dijo Rossi en su cuenta en Twitter.

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