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Los mercados castigan al peso argentino tras el cepo a los dólares para importaciones

La moneda local toca un mínimo histórico frente al dólar en el mercado informal de cambios

Federico Rivas Molina
valor de cambio de diferentes monedas, el 23 de junio pasado
Un comercio del centro de Buenos Aires muestra en una pizarra el valor de cambio de diferentes monedas, el 23 de junio pasado.LUIS ROBAYO (AFP)

La economía argentina está bajo máxima presión. Un día después de que el Gobierno limitase el acceso a los dólares para pagar importaciones, el mercado castigó con dureza al peso argentino. El dólar blue, aquel que se vende sin las restricciones del Estado en el mercado negro, se cambió por 239 pesos, un 15,5% más que en el inicio del mes. Alcanzó así su máximo valor desde la salida de la convertibilidad en 2002. Las empresas que acuden al mercado financiero para hacerse de divisas debieron pagar hasta 253 pesos, 18,4% más que el 1 de junio. La caída del peso en el mercado financiero estuvo acompañada por un derrumbe de los bonos argentinos que cotizan en moneda extranjera.

El riesgo país, que es el diferencial que Argentina paga por su deuda frente a los bonos de Estados Unidos, superó este martes los 2.400 puntos y avanzó 132% desde el canje de la deuda con el Fondo Monetario Internacional acordado en enero pasado. La sobretasa mantiene a Argentina fuera de los mercados de crédito internacional y la obliga a financiarse en pesos a valores exorbitantes.

El Banco Central mantiene el dólar oficial, al que acceden los importadores, a 129 pesos. Pero la disparada del valor de los dólares “no oficiales” frente al peso es evidencia de la falta de confianza en el rumbo económico. La inflación de este año ya se estima por encima del 70%, mientras los inversores huyen del peso y se refugian en el dólar. El ministro de Economía, Martín Guzmán, debió aclarar el lunes que la deuda en pesos no estaba en riesgo de default. Sirvió de poco para aplacar los rumores que circulaban en ese sentido entre los operadores financieros. La agencia Bloomberg advirtió este martes que “dos años después de que Argentina saliera de su último incumplimiento, una crisis de deuda se está gestando una vez más”, mientras hablaba del “nerviosismo generalizado” que corroe el ánimo de los tenedores de bonos argentinos.

La mayoría de los bonos en pesos están atados a la inflación. La disparada del IPC encuentra al Gobierno de Alberto Fernández obligado a pagar cada vez más por la renovación de sus títulos de deuda, mientras el acuerdo con el FMI limita las ayudas del Banco Central para cubrir el déficit presupuestario. “Hay una sensación creciente en Buenos Aires de que los funcionarios se están quedando sin opciones de financiamiento y que una reestructuración de los bonos locales se está volviendo casi inevitable”, dijo Bloomberg, una de las agencias de finanzas más escuchadas entre los dueños del dinero.

El pesimismo de la agencia coincidió con la última licitación de deuda del mes. El Tesoro argentino debía refinanciar este martes vencimientos por 258.000 millones de pesos (unos 2.000 millones de dólares al cambio oficial), una cifra que finalmente logró reunir, pese al ruido financiero. Las autoridades monetarias debieron pagar tasas del 60% anual, mientras que el 85% de la nueva deuda se contrajo con bonos con vencimientos muy cortos, a 2022. La suerte de los bonos en moneda extranjera no es mejor: hoy cotizan en un rango de entre 20 y 23 dólares por cada 100 dólares acordados, valores que se consideran de default. Argentina, sin embargo, no tiene vencimientos a corto plazo tras acordar en agosto de 2020 el refinanciamiento de su deuda con los acreedores privados y este año con el FMI.

Todos los esfuerzos del Gobierno pasan por contener la sangría de dólares que seca las reservas del Banco Central. Sin pagos de deuda, toda la atención está puesta en las importaciones. El lunes, limitó el acceso de divisas para el pago de bienes considerados no estratégicos, en un esfuerzo por garantizar los dólares necesarios para cancelar la cada vez más abultada cuenta de la importación de gas. El ministro Guzmán dijo que si se suman todas las compras registradas desde enero la cuenta del gas asciende a 4.600 millones de dólares, un 205% más que en el mismo periodo del año anterior. Por eso decidió apretar aún más el torniquete cambiario.

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Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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