Venezuela revoca las concesiones a Iberia, TAP, Avianca, Latam, Turkish y Gol tras suspender sus vuelos en plena escalada militar
Las autoridades chavistas dejan de momento al margen a Air Europa y Plus Ultra, y acusan a las aerolíneas de “sumarse a las acciones de terrorismo de Estado promovido por el Gobierno de Estados Unidos”
El Gobierno de Nicolás Maduro ha consumado su amenaza y en la noche de este miércoles ha dejado sin efecto los derechos de tráfico aéreo de Iberia, TAP, Avianca, Latam Colombia, Turkish Airlines y Gol. El argumento del régimen chavista es estrictamente político. El Ministerio de Transporte y el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) acusan a las aerolíneas de “sumarse a las acciones de terrorismo de Estado promovido por el Gobierno de Estados Unidos, suspendiendo unilateralmente las operaciones aerocomerciales hacia y desde la República Bolivariana de Venezuela”. Tras esta decisión oficial, no podrían volver a Caracas unas compañías que decidieron parar sus operaciones hacia y desde la capital venezolana por motivos de seguridad.
La orden de revocación ha sido publicada en la Gaceta de la República Bolivariana de Venezuela sin que se hayan visto afectadas las otras dos compañías aéreas españolas que también han cerrado sus conexiones: Air Europa y Plus Ultra. No les alcanza la represalia a la vista de que dejaron de volar este martes, cuando Iberia lo había anunciado el sábado y ya dejó aviones en tierra desde el lunes. El matiz de la fecha es relevante. Iberia y el resto de suspendidas siguieron la recomendación de no volar por alto riesgo que partió el pasado viernes de la Autoridad Federal de Aviación Civil de EE UU (FAA, por sus siglas en inglés), lo que es interpretado en Caracas como seguidismo a Donald Trump, mientras que Air Europa y Plus Ultra atendieron el consejo de no sobrevolar cielo venezolano una vez que fue ofrecido el lunes por la Agencia Española de Seguridad Aérea (Aesa).
El Gobierno de Portugal ha sido el primero en responder. Su ministro de Infraestructuras y Vivienda, Miguel Pinto Luz, ha afirmado en su cuenta de la red social X que su país “no cede a amenazas, ultimátums, ni presiones de ningún tipo”. Pinto Luz remarca que la actuación de la pública TAP “está guiada exclusivamente por el interés nacional superior y la defensa inquebrantable de la seguridad de los portugueses en cualquier parte del mundo”.
El impacto del parón es poco relevante en el negocio de Iberia, pese a que esta tiene en Latinoamérica su principal mercado, y la acción de su matriz, IAG, se ha dado la vuelta en los primeros minutos de negociación en Bolsa tras arrancar con una pérdida del 0,4%. La cotización se apunta un 0,78% al filo de las 12.00 del mediodía.
En la página web de Air Europa se puede leer que “los vuelos a o desde Caracas a partir del 28 de marzo de 2026 están sujetos a aprobación gubernamental”, sin mayor explicación. Desde la empresa se afirma que sus viajes entre Madrid y Caracas siguen suspendidos, “aunque es una situación que valoramos día a día”. Un portavoz de Plus Ultra, por su parte, confirma que esta compañía mantiene “cancelados los vuelos hasta el 1 de diciembre siguiendo las pautas del notam [aviso oficial] enviado de la autoridad aeronáutica española”.
La recomendación de la FAA anticipó una “posible situación de riesgo” en Venezuela y el sur del Caribe derivada del despliegue militar de EE UU en el Caribe, al que hace días se incorporó el mayor portaaviones estadounidenses, el Gerald Ford. A esta voz de alarma se sumó la Aesa en claro apoyo a las tres aerolíneas de este país que conectan con Venezuela. El aviso de riesgo, independientemente de la altura de operación, se mantiene al menos hasta pasado el 1 de diciembre en el caso de la agencia española, mientras que la estadounidense va más allá y fija un plazo de precaución que abarca hasta febrero.
Una vez que causó efecto la llamada de atención de la FAA, las autoridades venezolanas dieron el lunes un ultimátum de 48 horas a las aerolíneas ahora sancionadas para reanudar operaciones, amenazándolas abiertamente con una cancelación de la concesión de los derechos de vuelo en el país.
Iberia ha reaccionado al amanecer asegurando que su deseo es “retomar los vuelos a Venezuela lo antes posible, en cuanto se den condiciones plenas de seguridad”. La aerolínea recuerda que su prioridad es “siempre la seguridad de los pasajeros y de los tripulantes”, y añade que “no puede operar en zonas donde hay un alto riesgo de seguridad”. Es el caso actual de Venezuela y se confía en poder volver con normalidad “cuando se recupere la calma en la zona”. La firma que preside Marco Sansavini está en la labor de rebajar la tensión y elude calificar la decisión tomada por el Ejecutivo de Maduro.
La nota enviada por la Aesa a las compañías aéreas con puentes entre España y Venezuela indica que “hasta el 1 de diciembre se recomienda fuertemente a los operadores aéreos civiles españoles no realizar ningún vuelo en el espacio aéreo dentro del FIR Maiquetía, debido al potencial riesgo para la aviación civil por aumento de actividad militar, armas antiaéreas capaces a todas las altitudes y falta de coordinación entre las partes del conflicto”. Tanto Iberia como Air Europa y Plus Ultra han mantenido el pulso al Gobierno de Maduro con su parón pese a la amenaza de un veto en el país latinoamericano que se ha consumado de forma selectiva.
El castigo sin paliativos del régimen se debe a que Venezuela, un país ya cercado diplomáticamente, quedó prácticamente aislado internacionalmente por la decisión de las aerolíneas. El lunes, en una reunión con las autoridades venezolanas, representantes de las compañías aéreas expusieron sus planes para reprogramar los vuelos suspendidos. Pero el paso dado por el Gobierno desoye la llamada al diálogo de la potente asociación de aerolíneas Iata, quien advirtió de que una medida como la retirada de los permisos de vuelo desconectaría a Venezuela del transporte aéreo. Iata también se refirió a que la decisión de parar de las aerolíneas es temporal y adoptada “tras rigurosos análisis de riesgo para garantizar la seguridad de pasajeros, tripulaciones y aeronaves, de acuerdo con los estándares internacionales establecidos en los Anexos 6 y 17 del Convenio de Chicago”.
Entre Madrid y Caracas operan al menos 36 vuelos semanales con un promedio de 300 pasajeros cada uno, lo que complica la reorganización de la oferta al inicio de la temporada alta de las fiestas navideñas. Solo la retirada de vuelos entre Madrid y Caracas hasta el 1 de diciembre ha afectado a unos 6.000 viajeros de Iberia, Air Europa y Plus Ultra.
Iberia ponía hasta ahora un vuelo diario en cada dirección en la ruta Madrid-Caracas salvo los viernes y domingos. Air Europa también ofrece cinco frecuencias semanales entre España y Venezuela.
Apoyo del Gobierno español
El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aseguró que todas las empresas españolas contarán con el respaldo del Gobierno. Exteriores también reiteró la recomendación del Gobierno de no viajar a Venezuela salvo que sea necesario, una medida vigente desde el recrudecimiento de la crisis política tras las elecciones de 2024 y ahora reforzada por la incertidumbre generada por la suspensión temporal de los vuelos.
La suspensión de los vuelos tiene un gran impacto en la región. Gol, que opera una ruta regular entre Caracas y el aeropuerto de Guarulhos, en São Paulo, tenía intención de mantener la cancelación de sus vuelos al menos hasta este viernes. Otras compañías, como Copa, con conexiones desde Panamá y Bogotá, continúan operando, al igual que las aerolíneas nacionales. Las que trabajan en asociación con compañías españolas, como Laser, se han sumado a la medida recomendada por la Aesa.
Por su parte, las autoridades colombianas informaron de que al menos 1.500 pasajeros de sus rutas con Venezuela han resultado afectados por las suspensiones iniciadas el fin de semana pasado. Ante el desvío de rutas aéreas de Europa y Sudamérica que usualmente sobrevolaban Venezuela, Aeronáutica Civil de Colombia reforzó la vigilancia y los sistemas de comunicación.