Maduro: “Si los gringos atacan, responderemos”
El presidente de Venezuela asegura que la actividad económica del país no va a frenarse pese a la amenaza de Estados Unidos
Nicolás Maduro ha asegurado este miércoles que el ejército venezolano no se quedará de brazos cruzados en el caso de que Estados Unidos ataque militarmente a su país. “Si los gringos amenazan, más trabajamos. Si los gringos atacan, responderemos, pero el trabajo nada lo para”, dijo durante la inauguración de un hospital en Caracas.
El presidente de Venezuela quiere transmitir calma en un momento de máxima tensión. En el Caribe permanece fondeado un destacamento militar integrado por buques, aviones y submarinos que ha disparado contra embarcaciones salidas de las costas venezolanas, sospechosas de transportar droga. Marco Rubio, el secretario de Estado, ha insistido en que Maduro se encuentra detrás de estos cargamentos que tienen como destino suelo estadounidense, por lo que debe ser derrocado y puesto a disposición de las autoridades judiciales de su país.
El Gobierno chavista teme ser atacado y por eso ha desplegado tropas en la frontera y entrena en tácticas militares a la población. Venezuela y Estados Unidos llevan al menos seis años de negociaciones, de manera intermitente, tratando de dar solución a la política interna venezolana. Maduro, sucesor de Chávez, ganó en 2013 sus primeras elecciones de forma controvertida, aunque sin la seguridad evidente de que cometiese un fraude. Sin embargo, nunca ha entregado las pruebas de que ganase las presidenciales del año pasado, a pesar de que se las han exigido instituciones internacionales e inclusos países aliados como Brasil o Colombia. La oposición ha presentado unas actas, que han sido cotejadas y validadas, que les otorgan una victoria holgada.
La sensación en las dos últimas semanas es que algo va a ocurrir. Al principio, la cúpula chavista era escéptica y pensaba que solo era una treta de Washington para empujarla a negociar su salida del poder, pero a medida que pasan los días la amenaza cada vez parece más real. Maduro aparece casi a diario en la televisión tratando de mostrar fortaleza y unión. “Nosotros somos gente normal, de a pie. No somos ni magnates, ni multimillonarios, y gobernamos desde el pueblo, con el pueblo y por el pueblo. Nuestro interés no es intentar gobernar al mundo”, dijo en clara alusión a Trump y la política exterior estadounidense.
El presidente venezolano se cuida mucho de no dirigirse directamente a Trump. Rubio, al que culpa de envenenar a Trump para dirigirlo a una guerra, es el principal objetivo de sus señalamientos. Sin embargo, hoy sí se ha referido al inquilino de la Casa Blanca de manera indirecta: “¿Puede alguien creer que es el emperador del mundo y plantearse gobernar el mundo? No. Un presidente es elegido para que gobierne su país”.
Precisamente este miércoles, más de 60 ONG enviaron una carta al Congreso de Estados Unidos para pedirle que detenga la escalada militar de la Administración de Donald Trump en el Caribe y para expresar su “preocupación por las reiteradas ejecuciones extrajudiciales de civiles no identificados”. También, “ante el creciente riesgo de guerra” en la zona provocado por las operaciones que han destruido al menos cuatro lanchas provenientes de Venezuela. Esos ataques han matado a 21 personas, según la información proporcionada por la Casa Blanca desde el inicio de la ofensiva a principios de septiembre.
A principios de año, un asesor de Trump, Richard Grenell, fue el encargado de acercarse al chavismo y llegar a unos cuantos acuerdos, como mantener la licencia petrolera de Chevron, realizar un intercambio de presos y acordar las deportaciones de venezolanos. Maduro y Jorge Rodríguez, su principal operador político, aceptaron y creyeron haber firmado la paz con Washington. A la larga se ha visto que no fue así. Trump, según ha publicado The New York Times, ha ordenado interrumpir todo contacto diplomático con el chavismo. Ahora mismo son dos naciones sin diálogo y al borde de una escalada militar.