Entre Papá Pitufo y el Oso Yogui
En una semana que parece un año, aparecen nuevos (viejos) personajes a la tragedia nacional, con nombres entrañables pero historias terroríficas
Una semana que parece un año: implosión del gabinete presidencial televisada y descontrolada, patriarcado en vivo desde la cabeza del Gobierno, el atornillamiento de ...
Una semana que parece un año: implosión del gabinete presidencial televisada y descontrolada, patriarcado en vivo desde la cabeza del Gobierno, el atornillamiento de Armando Benedetti como el hombre de “la locura” al lado de Petro, la partida en cascada de seis de los ministros centrales (Defensa, Interior, Ambiente, Trabajo, Cultura y el Dapre); el expresidente Álvaro Uribe en el banquillo de los acusados estirando con artimañas jurídicas un ya muy largo caso por presunto soborno; la aparición de nuevos (viejos) personajes a la tragedia nacional, con nombres entrañables pero historias terroríficas, como Papá Pitufo y el Oso Yogui. Eso, claro mientras los problemas graves y urgentes como la crisis humanitaria del Catatumbo y la falta de medicamentos para los enfermos del país siguen ahí, olvidados.
¿Quién es quién?
Papá Pitufo fue uno de los alias mencionados en el famoso Consejo de Ministros de hace una semana. Casi pasa desapercibido entre las más de seis horas de discursos presidenciales. El director de la Unidad Nacional de Protección, Augusto Rodríguez, dijo que el señor, un zar del contrabando- el más grande contrabandista del país, diría Petro- intentó infiltrar la campaña presidencial con 500 millones de pesos. “El tema del señor Pitufo comenzó con él [Benedetti] y no sé dónde va a terminar”, dijo Rodríguez. El personaje, cuyo nombre real es Diego Marín, es un viejo conocido del teatro nacional. Según Petro, Marín ha tenido relación con senadores y funcionarios de diferentes gobiernos en el pasado y lo pidió en extradición desde Portugal para que venga a contar todo lo que sabe. “Los que me llaman corrupto parece que eran los verdaderos socios de alias El Pitufo. Diego Marín dice que ha financiado varias campañas presidenciales con el fin de asegurar que directores de la DIAN y de la Policía de Aduanas, Polfa, sean proclives a cuidar sus grandes envíos de contrabando al país”, escribió Petro.
La revista Cambio fue más allá. No solo confirmó que el contrabandista en efecto entregó ese dinero a la campaña de Petro y el entonces candidato ordenó devolverlos, sino quién los recibió. De acuerdo con la investigación periodística, el catalán Xavier Vendrell fue quien se reunió con Pitufo y recibió el dinero. Lo confirma Rodríguez. El Gobierno muestra el caso como evidencia de transparencia, pues Petro devolvió la plata, pero, como señala la columnista Yolanda Ruiz, hay muchas preguntas sin respuesta. “¿Por qué se mantuvo en la campaña y luego en el Gobierno al español Xavier Vendrell, quien recibió los 500 millones de pesos de dudosa procedencia? ¿Era normal recibir dineros en efectivo en la campaña? ¿Se registraban esos dineros en las cuentas de la campaña? ¿No era necesario denunciar ante las autoridades si había sospechas de dineros sucios? ¿Quién es el militante del Pacto que se embolsilló 50 millones de esa plata?”. Esta última ya tiene una respuesta, según de Rodríguez: Daniel García Colorado, un viejo militante de la Alianza Verde que ha sido muy cercano a figuras petristas de ese partido, como Carlos Ramón González. Él lo niega.
Como suele decirse en este boletín, esta ha sido una noticia en subdesarrollo. Este martes en la tarde cuando no se esperaba un efecto más del consejo de ministro, Rodríguez envió un comunicado a medios de comunicación dando detalles de la infiltración de Pitufo y agregó una fotografía en la que se ve a Vendrell y Benedetti en la Casa de Nariño y que fue tomada “pocas horas después” del consejo de gobierno. El director de la UNP terminó el documento con una sugerencia escalofriante: “me animo a hacer público que no estoy deprimido, no suelo atentar contra mi propia integridad y disfruto de buena salud”, al hacer referencia a que su vida está en riesgo y que no tiene intenciones de suicidarse.
Y si saltan preguntas por este lado, también hay terremoto en tierras barranquilleras. Este sismo va por cuenta del Oso Yogui o Héctor Amarís, quien anunció que va a declarar contra el alcalde de Barranquilla, Álex Char por corrupción. Se trata del miembro más visible de una casa política que domina la principal ciudad del Caribe colombiano desde hace dos décadas.
Amarís es, según La Costa Nostra, de Laura Ardila, el “asesor, compañero de rumbas y mandadero de Char” con información. El Oso Yogui es investigado por un contrato público y este martes, en un comunicado sobre su colaboración con la justicia, dijo que fue “testigo de prácticas corruptas lideradas por Alejandro Char, con sus socios estratégicos, testaferros, colaboradores cercanos, directores de su partido político, funcionarios de la Alcaldía de Barranquilla y diversas empresas fachadas”. El Yogui, que se conoce así por su corpulencia, aseguró que tiene cómo aportar documentos y registros en cuatro casos: presunta corrupción en la empresa Triple A; entramado fraudulento en Iarco Limitada, lavado de activos a través de Súper Tiendas Olímpica, uno de los varios grandes negocios de un poderoso conglomerado familiar, y compra de votos en el caso mediático de la exsenadora Aida Merlano.
Dos personajes, en dos orillas diferentes, que muestran lastre de una corrupción que sigue allí, siempre detrás de tantas otras noticias que no dejan lugar al respiro.
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