Dos meses sin respuestas por el perro matado por la Patrulla Fronteriza en El Paso
El dueño del rottweiler llamado Chop y una congresista texana piden explicaciones por el incidente que sucedió en una zona residencial de la ciudad fronteriza
Este artículo ha sido publicado conjuntamente con Puente News Collaborative en colaboración con KTEP News. Puente News Collaborative es una organización sin ánimo de lucro dedicada a la información, organización y financiación de noticias de calidad y rigor informativo enfocadas en la frontera entre Estados Unidos y México.
La Patrulla Fronteriza apareció en la puerta de una casa tranquila una mañana de otoño, justo después del amanecer, en busca de inmigrantes indocumentados. Dijeron que llevaban varios días vigilando la vivienda.
Pero en lugar de realizar detenciones, un agente disparó y mató al perro de la familia.
Más de dos meses después, el propietario de la casa, un hombre de 26 años, sigue esperando respuestas y exigiendo responsabilidades por la muerte de su querido rottweiler de siete años de edad, que fue abatido el 9 de septiembre en su casa de Upper Valley, una zona residencial arbolada de El Paso.
El dueño no desea que se utilice su nombre por motivos de privacidad. Su abogada señala que el hombre cooperó cuando llegaron los agentes y le dijeron que estaban investigando un aviso sobre “tráfico de personas extranjeras en la vivienda,” algo que el propietario negó.
“Les dijo a los agentes que podían entrar,” explica Marisa Ong, abogada de la familia que trabaja con el bufete nacional Singleton Schreiber. Pero primero, el propietario les indicó que metería a su perro Chop en un cuarto de baño, según Ong. Incluso señaló a los agentes dónde estaba su perro.
Aunque su dueño había metido a Chop dentro del baño, el perro fue sacado por un agente de la Patrulla Fronteriza que le disparó a una distancia de aproximadamente 18 pies (5.5 metros), dijo la abogada a KTEP News.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE UU (CBP, por sus siglas en inglés) confirmó en un comunicado que el 9 de septiembre “un agente de la Patrulla Fronteriza de EE UU estuvo involucrado en un incidente de uso de la fuerza en El Paso, Texas… El incidente involucró a un canino.”
El uso de la fuerza está actualmente bajo revisión por la Oficina de Responsabilidad Profesional de CBP, de acuerdo con las políticas de la agencia, según el comunicado que indica en parte: “CBP se toma estos incidentes en serio.”
La muerte del perro Chop demuestra que no son solo los inmigrantes y los niños los afectados, sino también las mascotas familiares, atrapadas en la agresiva cruzada de control migratorio de la administración Trump en ciudades de todo el país, desde Los Ángeles y Chicago hasta San Antonio y Charlotte.
El incidente provocó una reacción nacional en redes sociales, que se llenaron de videos de agentes sometiendo a personas en las calles, rompiendo ventanas de automóviles y arrestando a inmigrantes en establecimientos de negocios, e incluso dentro de un hogar en Charlotte mientras las personas en su interior colocaban luces en un árbol de Navidad. Las escenas se han vuelto tristemente comunes mientras la Administración Trump intenta llevar a cabo deportaciones masivas. Según datos de CBP, los incidentes de uso de la fuerza por parte de agentes federales aumentaron este verano, pero luego comenzaron a disminuir.
La congresista Veronica Escobar, demócrata por Texas, envió una carta al Comisionado de CBP y al jefe de la Patrulla Fronteriza el 18 de noviembre solicitando una actualización sobre la investigación del uso letal de la fuerza en la vivienda de El Paso.
“Este incidente es inexcusable,” escribió Escobar. “Una familia perdió a su querido perro a causa de las acciones de un agente de la Patrulla Fronteriza, y todavía desconocemos qué, si es que algo, está haciendo la agencia para remediar la situación o evitar que algo similar ocurra nuevamente.”
El incidente en el inmaculado barrio de Upper Valley de El Paso comenzó cuando los agentes tocaron a la puerta del hombre. El propietario cooperó y les dijo que podían entrar en la casa después de haber confinado a Chop. “Les mostró el baño exacto en el que estaba. Y les dijo que si querían registrar ese baño, que le avisaran y él movería a Chop,” dijo la abogada.
Los agentes le pidieron al propietario que saliera. Él aceptó y fue a su camioneta, estacionada en la entrada, para sacar su identificación. Justo entonces escuchó un disparo, relató la abogada. Cuando el hombre regresó corriendo a su casa, los agentes intentaron sujetarlo, según Ong.
“Vio al agente que había entrado en la casa. Tenía el arma desenfundada. Apuntó su pistola hacia mi cliente. Y luego vio a su perro Chop tirado en el suelo, gimiendo de dolor,” dijo Ong. Chop murió desangrado.
Según todos los informes, el Rottweiler había sido un perro “extremadamente amistoso,” indicó Ong.
La Patrulla Fronteriza no encontró ninguna evidencia de actividad ilegal en la vivienda.
La abogada señala que la familia está cooperando plenamente con la investigación de la Oficina de Responsabilidad Profesional de CBP mientras espera respuestas.
Entre sus preguntas: ¿Por qué el agente de la Patrulla Fronteriza entró solo en la casa?
“Es totalmente contrario al protocolo que un agente ingrese solo a un hogar,” dice Ong, una exfiscal que anteriormente trabajó para el gobierno federal. “Crea un riesgo para la seguridad del agente. Crea un riesgo para cualquier persona presente,” agrega.
Además, la familia quiere saber por qué el agente abrió la puerta del baño después de que el propietario dijera que Chop estaba dentro. Y también hay dudas sobre el momento en que el agente disparó su arma. “El agujero de bala donde Chop fue alcanzado está a aproximadamente a 18 pies del baño,” dice Ong.
“Si Chop hubiera atacado al agente de alguna manera o se hubiera mostrado agresivo, uno entiende que el agente le habría disparado ahí mismo, en el baño,” agrega, señalando que el dueño nunca escuchó ni siquiera ladrar a Chop.
Ong presentó un formulario SF-95 en nombre de su cliente para presentar una reclamación por daños, lesiones o muerte causados por un empleado federal. Además, la familia quiere que la Fiscalía del Distrito de El Paso persiga cargos por crueldad animal. La oficina del fiscal dijo que no comenta sobre casos pendientes.
Desde la muerte de Chop, el joven propietario no ha podido poner un pie en la casa que estaba renovando con su padre, según Ong. “Está extremadamente angustiado. Chop era su mejor amigo,” dice. “Solo esperamos que haya transparencia sobre lo sucedido y que se rindan cuentas, para que esto nunca le vuelva a pasar a otra familia.”