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La estela de las políticas migratorias de Trump en la música latina en Estados Unidos

Las redadas del ICE, la polarización política y la hostilidad contra la comunidad hispana han generado efectos negativos y cada vez más notables en la industria musical

Que de todas las fechas que Bad Bunny está preparando para su tour global, ninguna pasara por Estados Unidos confundió a sus millones de fans en el país. Todo apuntaba a que tendría que ver con las medidas antimigratorias de Donald Trump y su hostilidad hacia la comunidad latina. Ahora, ha sido el propio intérprete boricua quien ha confirmado esto en una entrevista para la revista i-D.

“Hubo muchas razones por las que no me presenté en Estados Unidos, y ninguna de ellas fue por odio —he actuado allí muchas veces. Todos los shows han sido exitosos. Todos han sido magníficos. Me ha gustado conectar con los latinos que viven en Estados Unidos. Pero específicamente, para una residencia aquí en Puerto Rico, cuando somos un territorio no incorporado de Estados Unidos… La gente de Estados Unidos podría venir aquí a ver el espectáculo. Los latinos y puertorriqueños de Estados Unidos también podrían viajar aquí, o a cualquier parte del mundo. Pero estaba el problema de que el maldito ICE podría estar afuera [del concierto]. Y es algo de lo que estábamos hablando y nos preocupaba mucho”, explicaba a la periodista Suzy Expósito.

Solo unos días antes de la publicación de estas declaraciones, el Tribunal Supremo autorizaba la reanudación de las redadas indiscriminadas contra las personas migrantes en California por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). Una victoria importante para la Administración de Donald Trump, ya que los agentes federales continuarán realizando operativos ante la población migrante en Los Ángeles, pese a que una jueza federal había ordenado su suspensión cautelar al considerarlas inconstitucionales.

La intensificación de las medidas represivas contra la población migrante y, específicamente, su afectación a las comunidades latinas, han causado que, además de Bad Bunny, otras reconocidas estrellas de la música en español hayan decidido cancelar, postergar o directamente no poder llevar a cabo sus presentaciones en el país.

Es también el caso de Shakira, quien en las últimas fechas de su gira por Estados Unidos decidió reprogramar su concierto en Los Ángeles del 20 de junio al 4 de agosto ante la situación de protestas contra las redadas del ICE en la ciudad. La cantante de Barranquilla dijo a principios del mismo mes de junio que ser inmigrante en Estados Unidos “significa vivir con miedo constante”. “Es doloroso de ver (...) Ahora, más que nunca, debemos permanecer unidos. Ahora, más que nunca, debemos alzar la voz y dejar muy claro que un país puede cambiar sus políticas migratorias, pero el trato a todas las personas debe ser siempre humano”, declaró la intérprete a la BBC.

Santa Fe Klan, Emiliano Aguilar y Majo Aguilar también cancelaron sus fechas en diferentes ciudades de Estados Unidos para enviar un mensaje claro de apoyo a sus compatriotas y a la comunidad migrante. Fuerza Régida, una de las bandas más potentes de música mexicana tanto en el país como a nivel internacional, empezaron a ganar popularidad en San Bernardino, donde más del 50% de su población es hispana o latina. No cancelaron su concierto de junio en el Hollywood Bowl, pero se focalizaron en ayudar a la comunidad a través de donaciones a entidades como el Immigrant Defenders Law Center, que cubre los gastos legales de las personas afectadas por las redadas del ICE.

“Es una situación jodida, pero estamos aquí para ayudar”, dijo el vocalista de la banda, Jesús Ortiz Paz, a la revista Variety. “No queremos decepcionar a nadie, y sé que mucha gente compró sus boletos y está esperando convivir con una comunidad. Por eso seguimos adelante con [el concierto en el Hollywood Bowl]. El show debe continuar”.

Las giras de Luis R Conriquez o Julión Álvarez también tuvieron que cancelarse por problemas con el visado. El Michelada Fest, un festival de música latina celebrado desde 2019, fue suspendido este año por esa misma razón: “Debido a la incertidumbre en torno a las visas de los artistas y al clima político que cambia rápidamente, ya no podemos garantizar la experiencia completa que habíamos soñado para ustedes con todos sus artistas favoritos”, explicaba la organización en un comunicado de su página web.

La represalia de un género en explosión en Estados Unidos

A pesar de que la presencia de los artistas latinos en las nominaciones de premios en Estados Unidos continúe siendo infrarrepresentada —Bad Bunny es el tercer artista más escuchado del mundo y apenas acumulaba cuatro candidaturas en los pasados VMAs, aunque eso sí, entrando en una de las categorías globales como ‘Artista del Año’—, los géneros de música latinos han explotado en los últimos años en el país.

En 2024, los ingresos de la música latina en Estados Unidos alcanzaron un récord de 1.400 millones de dólares, un 18% por encima del pico de 2005 y marcando el tercer año consecutivo por encima de los 1.000 millones y el noveno seguido creciendo más rápido que el mercado general (+5.8%), según la RIAA (la Recording Industry Association of America). El streaming domina con el 98% de los ingresos, liderado por las suscripciones (967 millones, +6%) y el streaming con publicidad (354 millones, 25% del total latino, frente al 10% del mercado general). Este auge refleja también el crecimiento sostenido de 15 años en América Latina, consolidando la influencia global del género.

Sin embargo, y viendo los principales efectos del mandato de Donald Trump y una polarización política y social que trasciende fronteras, ¿hasta dónde pueden pesar los efectos de las represalias a los principales consumidores de este tipo de música en el país, es decir, la comunidad latina? Además de los casos anteriormente mencionados, la revista Billboard analiza una serie de efectos generales en el último año, como el clima de miedo en comunidades inmigrantes ante las amenazas de deportaciones masivas, que genera temor de salir a conciertos, comprar boletos o incluso acudir a lugares públicos.

Esto causa una caída en asistencia a eventos: promotores y artistas reportan menor venta de entradas, obligando a cancelar espectáculos, especialmente en el entorno de la música mexicana. Se produce así un impacto económico directo: el miedo reduce el consumo en conciertos, restaurantes y negocios latinos. Además, las posibles deportaciones afectan también a las regalías digitales, ya que los usuarios deportados generarían menos ingresos de streaming en sus países de origen que en Estados Unidos.

Esto parece generar un efecto paralizador, reporta la mencionada revista. No solo la música, también escuelas, iglesias y comercios en barrios latinos experimentan disminución de asistencia por el miedo a redadas. Además, la guerra de aranceles de Trump, cuyo desenlace está pendiente en el Supremo, podría encarecer instrumentos, vinilos y afectar al turismo, reduciendo la asistencia a conciertos y festivales, señala la periodista especializada en música latina Griselda Flores.

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